martes, 30 de junio de 2020
HOMENAJE A LOS HÉROES, HEROÍNAS Y MÁRTIRES
HOMENAJE A LOS HÉROES, HEROÍNAS Y MÁRTIRES
Vídeo musical dedicado a todas y todos los que lucharon y siguen luchando, por las y los detenidos desaparecidos, por los que dieron su vida con al esperanza de una nueva Guatemala.
Imágenes que marcan la violación a los derechos humanos en Guatemala, con imágenes del archivo histórico de COMUNICARTE.
GUATEMALA, DÍA DE LAS Y LOS HÉROES Y MÁRTIRES
¿Día de los Mártires o Día del Ejército?
Miguel Ángel Albizures
Este 30 de junio, es para nosotros el Día de los Mártires; para los militares y quienes comparten la existencia de una institución armada es el Día del Ejército. Para nosotros es el día en que cayó acribillado a balazos el padre Hermógenes López, hecho por el cual se instituyó el Día de los Mártires, para recordar a todos aquellos que en defensa del derecho de expresarse, de manifestarse, de protestar, de reivindicar la existencia de espacios políticos para exigir el cese de la represión, y la transformación de un Ejército y un Estado al servicio de la oligarquía criolla, fueron detenidos, desaparecidos o asesinados como el padre Hermógenes.
Miguel Ángel Albizures
Este 30 de junio, es para nosotros el Día de los Mártires; para los militares y quienes comparten la existencia de una institución armada es el Día del Ejército. Para nosotros es el día en que cayó acribillado a balazos el padre Hermógenes López, hecho por el cual se instituyó el Día de los Mártires, para recordar a todos aquellos que en defensa del derecho de expresarse, de manifestarse, de protestar, de reivindicar la existencia de espacios políticos para exigir el cese de la represión, y la transformación de un Ejército y un Estado al servicio de la oligarquía criolla, fueron detenidos, desaparecidos o asesinados como el padre Hermógenes.
GUATEMALA: CARTA ABIERTA DE LA APG ANTE EL CAOS DE LA JUSTICIA EN GUATEMALA
CARTA ABIERTA DE LA APG ANTE EL CAOS DE LA JUSTICIA EN GUATEMALA
La justicia en un caos
En el país se agudizó la lucha de poder y se comprobó que el Estado es cautivo de intereses oscuros, entre ellos la corrupción, la impunidad y la ausencia del Estado de Derecho, la Asociación de Periodistas de Guatemala ve con preocupación el rumbo que toma la ingobernabilidad en medio de una pandemia que pareciera es la sombra para cubrir los más oscuros intereses en detrimento de la seguridad, del desarrollo integral y protección de la población., sobre todo su libertad, seguridad y paz.
El asalto a la gobernabilidad se refleja en la lucha de poder y el control de la justicia que ha iniciado el Congreso de la República contra la Corte de Constitucionalidad y de los fallos de algunos tribunales de justicia que han favorecido a diputados y políticos.
En la actual crisis, promovida por magistrados suplentes de la Corte Suprema de Justicia, al despojar de su inmunidad a los magistrados de la Corte de Constitucionalidad que emitieron el fallo para que se cumpla con lo establecido por la Constitución Política de la República, en relación a que los magistrados de las cortes para ser electos deben tener idoneidad, pero han participado grupos con evidentes intereses sectoriales que en nada contribuyen a encauzar el rumbo de la justicia que adolece de equidad.
Que el amparo otorgado al Procurador de los Derechos Humanos en contra de la resolución de la Corte Suprema de Justicia debe ser atendido por el Congreso de la República, al igual que otros fallos de la CC.
Por este medio pedimos que sea restaurado el Estado de Derecho, el orden para que todos los miembros de la sociedad, diputados, funcionarios, magistrados, sean sometidos a la ley cuando han cometido delito o falta punible.
Que dejen de utilizar los call center que publican noticias falsas, insultos y desacreditaciones, para crear más confusión.
La Asociación de Periodistas de Guatemala APG se solidariza con el movimiento reivindicativo del Estado de Derecho y pide a los diputados no prolongar más la elección de magistrados y que cumplan con el fallo de la CC de elegir a los magistrados que reúnan los requisitos constitucionales.
Finalmente, la asociación de periodistas de Guatemala, ante los planes de los sectores más recalcitrantes del país de copar todo el sistema de justicia, manifiesta su total respaldo a los magistrados de la Corte de Constitucionalidad que están siendo acosados y condena la actitud asumida por los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y de los diputados que forman parte del pacto de corruptos.
La justicia en un caos
En el país se agudizó la lucha de poder y se comprobó que el Estado es cautivo de intereses oscuros, entre ellos la corrupción, la impunidad y la ausencia del Estado de Derecho, la Asociación de Periodistas de Guatemala ve con preocupación el rumbo que toma la ingobernabilidad en medio de una pandemia que pareciera es la sombra para cubrir los más oscuros intereses en detrimento de la seguridad, del desarrollo integral y protección de la población., sobre todo su libertad, seguridad y paz.
El asalto a la gobernabilidad se refleja en la lucha de poder y el control de la justicia que ha iniciado el Congreso de la República contra la Corte de Constitucionalidad y de los fallos de algunos tribunales de justicia que han favorecido a diputados y políticos.
En la actual crisis, promovida por magistrados suplentes de la Corte Suprema de Justicia, al despojar de su inmunidad a los magistrados de la Corte de Constitucionalidad que emitieron el fallo para que se cumpla con lo establecido por la Constitución Política de la República, en relación a que los magistrados de las cortes para ser electos deben tener idoneidad, pero han participado grupos con evidentes intereses sectoriales que en nada contribuyen a encauzar el rumbo de la justicia que adolece de equidad.
Que el amparo otorgado al Procurador de los Derechos Humanos en contra de la resolución de la Corte Suprema de Justicia debe ser atendido por el Congreso de la República, al igual que otros fallos de la CC.
Por este medio pedimos que sea restaurado el Estado de Derecho, el orden para que todos los miembros de la sociedad, diputados, funcionarios, magistrados, sean sometidos a la ley cuando han cometido delito o falta punible.
Que dejen de utilizar los call center que publican noticias falsas, insultos y desacreditaciones, para crear más confusión.
La Asociación de Periodistas de Guatemala APG se solidariza con el movimiento reivindicativo del Estado de Derecho y pide a los diputados no prolongar más la elección de magistrados y que cumplan con el fallo de la CC de elegir a los magistrados que reúnan los requisitos constitucionales.
Finalmente, la asociación de periodistas de Guatemala, ante los planes de los sectores más recalcitrantes del país de copar todo el sistema de justicia, manifiesta su total respaldo a los magistrados de la Corte de Constitucionalidad que están siendo acosados y condena la actitud asumida por los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y de los diputados que forman parte del pacto de corruptos.
Junta Directiva
Asociación de Periodistas de Guatemala
Guatemala 30 de junio de 22020
lunes, 29 de junio de 2020
PADRE HERMÓGENES LÓPEZ, PROHIBIDO OLVIDAR
EUFEMIO HERMÓGENES LÓPEZ COARCHITA
(Padre Hermógenes)
Párroco de San José Pinula
Fecha de nacimiento: 16 de septiembre de 1928. Lugar de nacimiento: Ciudad Vieja, Sacatepéquez, Guatemala.
Ordenación sacerdotal: 7 de noviembre de 1954, en Guatemala.
Párroco de San José Pinula desde el 28 de noviembre de 1966.
Fecha de su muerte: 30 de junio de 1978. Lugar: Aldea San Luis, San José Pinula, Guatemala.
(Padre Hermógenes)
Párroco de San José Pinula
Ordenación sacerdotal: 7 de noviembre de 1954, en Guatemala.
Párroco de San José Pinula desde el 28 de noviembre de 1966.
Fecha de su muerte: 30 de junio de 1978. Lugar: Aldea San Luis, San José Pinula, Guatemala.
Cada año el 30 de junio se recuerda la memoria de este humilde sacerdote guatemalteco, párroco del pueblo de San José Pinula y aledaños, que en el ejercicio de su misión pastoral fue vilmente asesinado en 1978. No había cumplido los 50 años de edad.
“¡Mataron al Padre..! Mataron al Padre..!” Era la voz que corría de boca en boca entre los habitantes del pueblo y las aldeas de San José Pinula, Fraijanes, Palencia, Santa Catarina Pinula, y por supuesto, una noticia que inmediatamente corrió toda la República como un hecho espantoso, que todos se resistían a creer pero tenían que rendirse a la evidencia. Cerca de Los Cerritos, en las inmediaciones de la Aldea San Luis, a cuatro kilómetros de San José Pinula en la carretera que conduce a Palencia, en la mañana de ese día 30, unos individuos esperaban al Padre Hermógenes, cuando regresaba de visitar a dos enfermos de su parroquia. Las circunstancias de ese momento están todavía poco esclarecidas. Los asesinos, buscaron el mecanismo de hacerle el alto al sacerdote que se conducía solo en un vehículo pik-up rojo, e inmediatamente descargaron sobre su pecho varios disparos de escopeta, cuyas balas hirieron mortalmente al sacerdote. Por si esto fuera poco, todavía, y a sangre fría, uno de ellos le dio el tiro de gracia.
El estremecimiento del pueblo ante semejante muerte fue impresionante. Reaccionó indignado. Condujeron el carrito del Padre Hermógenes a la Iglesia, sustrayéndolo casi por la fuerza a las autoridades de policía que lo habían llevado a la Municipalidad. Su cuerpo fue depositado
dignamente sobre el altar de la iglesia, que no era más que una provisional galera adecuada después del terremoto para las celebraciones litúrgicas. San José Pinula se convirtió en aquel momento en un gran altar, donde se repetía con creces el sacrificio del gólgota: Nuevamente se sacrificaba a Jesucristo, en la persona de uno de sus apóstoles, el Padre Hermógenes López. Lágrimas, dolor, sufrimiento, frustración.
Pero también dignidad, entereza y valor del pueblo de San José Pinula, que se enfrentaban “todos a una”, a la fuerza de la impunidad, siempre irracional e inhumana.
Cuando sus familiares se hicieron presentes, la mamá, con el corazón desgarrado, se atrevió todavía a decir: “Que Dios perdone a quienes han hecho esto con mi hijo”.
Hace algunos años, el Arzobispado de Guatemala ha publicado el DIARIO DE LA PARROQUIA DE SAN JOSÉ PINULA, del
P. Hermógenes López Coarchita. Lleva la
presentación del señor cardenal Rodolfo Quezada Toruño, actual Arzobispo de Guatemala. En este importante documento se traslucen experiencias y actividades pastorales del Padre Hermógenes, su profunda espiritualidad y su entrega a la labor evangelizadora que como sacerdote le correspondía. Vemos el itinerario de un hombre bueno, cercano a la gente. Humilde y sencillo, hasta cierto punto tímido. Lleno de Dios y revestido de un gran celo apostólico, que le permitía hacer propias las dificultades, los sufrimientos y las tristezas de los vecinos y pobladores de su inmensa Parroquia, especialmente los campesinos de la montaña.
Como era un hombre profundamente espiritual, porque aquí estaba la fuente de su fuerza de voluntad, de su valentía y de su entrega generosa, supo experimentar a flor de piel cualquier injusticia cometida contra sus parroquianos, y de tal manera que veía como una gran ofensa a Dios, cualquier violación de la dignidad de la persona humana.
Nació el Padre Hermógenes en Ciudad Vieja; con 15 años entró al Seminario menor en Guatemala, y la Teología la cursó en el Seminario San José de la Montaña de San Salvador, de 1951 a 1954. Un 7 de noviembre de 1954 fue ordenado presbítero por el Arzobispo Monseñor Mariano Rossell Arellano. En su etapa de formación fue un excelente estudiante, tanto en humanidades como en lenguas clásicas, latín y griego. Destacándose por su dedicación al estudio de la Teología, la Espiritualidad, la Sagrada Escritura, la Pastoral... Pasó sus primeros años de ministerio sacerdotal como formador del Seminario.
Al llegar a San José Pinula, el 28 de noviembre de 1966, para ser por primera vez párroco, quiso ser el amigo de todos sin excepción. Sin embargo, pronto se dio cuenta que la realidad era dura para la gente, y que su misión pastoral tenía también que abarcar la preocupación por las necesidades de la gente más sencilla. El ambiente de entonces facilitaba la comprensión de la realidad, y su inteligencia de pastor y profeta, pronto le permitieron conocer dónde estaban las causas de la pobreza, realidad que Dios no quería, y que en buena parte era producto de situaciones de injusticia creadas por los mismos seres humanos. De esto dan cuenta sus escritos tan copiosos, su Diario, publicado en junio de 2003, los cuadernos donde anotaba sus visitas a los enfermos, el buen número de cartas a autoridades eclesiásticas y públicas. También formaba parte del equipo de redacción de un pequeño periódico de San José Pinula, llamado VOCERO QUINCENAL.
Era un enamorado de su misión sacerdotal, y había deseado profundamente ser párroco, y ahora lo desempeñaba con entrega y alegría. Decía:
«Señor Jesús: vivo muy contento con ser Sacerdote; noto que todo me sale muy bien. Gracias por aquel gran favor del Viernes Santo... ¿Verdad que eres tan bueno con este pobre hombre? Gracias, Señor. Concédeme salud, para gastar mi vida en tu santo servicio» .
Asumió el trabajo pastoral con una entrega sin igual, pero también empezó a sentir como propias las graves dificultades de la vida de la gente: enfermedades, ignorancia, analfabetismo, bajos salarios de campesinos y colonos, realidad de agresión contra la mujer, sobre todo con ciertos intentos de esterilización que se infiltraban en donaciones internacionales. Pero lo que más le llegó al corazón, fue la realidad de los campesinos pinultecos, “mis pinulas” –les decía-, amenazados por una empresa de aguas que quería desviar sus copiosos ríos para un gran proyecto de distribución de agua en la ciudad Capital. Esto significaba añadir más pobreza a la realidad de carencia de la misma gente.
En cierta ocasión, su vehículo se negó a caminar y no pudo arrancarlo, se descompuso en un camino rural polvoriento y pedregoso. Pero había que continuar, ¡era urgente! Alguien le ofreció una bestia. «Gracias, pero no», contestó el P. Hermógenes; y quitándose los zapatos, así descalzo, continuó su camino con estas palabras: «quiero caminar así, para sentir lo que sienten mis pinulas cuando caminan descalzos»(3)
Fue aquí donde se dio a conocer la misión pastoral en defensa de la justicia social y de la dignidad de la persona humana, del Padre Hermógenes, al encabezar varias de las marchas que los campesinos de San José Pinula, y pueblos aledaños, como Palencia, Fraijanes y hasta Mataquescuintla, para caminar – muchos con los pies descalzos- hasta la Municipalidad de la ciudad Capital, para entregar las justas demandas de los campesinos. En todo esto, sencillamente, estaba en jugo nada más y nada menos que la dignidad y la vida de la gente.
Hubo personas que empezaron a tildar al Padre Hermógenes de subversión, pues su trabajo de párroco se salía de la labor pastoral. Hoy sabemos bien cuál era la causa por la que luchaba este verdadero hombre de Dios. De ninguna manera era ideológica o política. Una vez más se cumple aquel pasaje tan elocuente del Evangelio de San Juan cuando dice: «Les he dicho todo esto, para que no pierdan la fe en la prueba. Porque los expulsarán de la sinagoga. Más aún, llegará un momento en el que les quiten la vida pensando que así dan culto a Dios» (Jn 16, 1-2). Estas palabras del Evangelio se hacen realidad en la vida del P. Hermógenes, que llegó a identificar su vida y su muerte con la vida y la muerte de la gente del pueblo de San José Pinula. La lucha por el agua fue un compromiso de amor a sus feligreses.
A esto se añadió su lucha por la dignidad de los jóvenes, que como cuenta la gente de San José Pinula, y cuantos sufrieron el abuso inigualable de ser apresados como corderitos, y tratados como costales –así dice la gente-, eran lanzados sobre los camiones del ejército, para ser conducidos a los cuarteles, o llevados en día domingo a los entrenamientos requeridos para los grupos de reservistas en razón del servicio militar patriótico. El Padre Hermógenes alzó su voz de protesta, para pedir con vehemencia que se respetara la dignidad de los jóvenes. Que se respetara el día domingo, día del Señor, pues con frecuencia era después de la celebración de la Santa Misa, en la que participaban los jóvenes, que se practicaban estas redadas. Voz que tardó en ser escuchada, y con frecuencia mal interpretada. Decía el P. Hermógenes en nota al General Ricardo Peralta Méndez, ministro de la defensa: “Aprovecho la oportunidad para agradecer al Ejército el que nuestros jóvenes se hayan salvado de ir a filas como Reservistas los domingos de este año 1978. Hemos luchado para impedir ese fenómeno en día domingo y agradezco a Dios y al Ejército el que se nos haya escuchado
favorablemente. Pero General: usted sabe que periódicamente el Ejército practica un reclutamiento de jóvenes para prestar sus servicios como soldados. Ese reclutamiento se hace en forma asaz grosera e inhumana. Se les captura como si fueran facinerosos vitandos. Se les trata como si fueran animales. General: mi Pueblo es testigo de que no miento. Suplico en consecuencia dar una solución satisfactoria, en donde quepa la dignidad de nuestros jóvenes que debe ser respetada, acorde con el artículo 43 de nuestra Constitución de la República”.
¿Hay algo que reprochar en este reclamo del Padre Hermógenes? Estas eran algunas de las preocupaciones del Padre Hermógenes, que nacían de su profunda identidad de cristiano y sacerdote. Más aún, su fino sentido eclesial, le mereció para algunos el ser tildado de conservador. Visitaba constantemente a los enfermos y a los ancianos. Tenía un especial don para tratar con los niños. Los mismos alcohólicos encontraron en él a un amigo cariñoso que los comprendía y les ayudaba a salir de su situación. «Dios mío: permíteme que visite a mi gente de las aldeas lo más frecuentemente que me sea posible. Consérvales Señor ese gusto por tus cosas y ese espíritu de fe tan grande que he venido notando» .
La gente lo recuerda por su fe y caridad. Era un hombre de oración. Ponía siempre un gran cuidado en las celebraciones litúrgicas, sobre todo en la preparación para recibir la primera comunión, la confirmación, los matrimonios... Cuidaba la limpieza de la iglesia, que aunque sencilla, quería que fuera un lugar donde todos se sintieran bien. Por su Diario sabemos cuál era el espíritu que animaba esta labor pastoral del Padre Hermógenes.
«Señor: Soy demasiado feliz en mi Parroquia. Vivo pobre, no tengo muebles, no tengo una mesa que me permita estar deseando algo más:
pero soy demasiado feliz. Hoy
ocurrieron demasiadas cosas; todas ellas muy gratas; todas aumentando mis deseos de servirte. Te encomiendo a todos mis queridos pinulitas» .
Por su compromiso pastoral fue reiteradamente amenazado de muerte; llegaron a la puerta de su misma casa para advertirle con descaro, que no estaban de acuerdo con su proceder. Decidió entonces el Padre Hermógenes viajar siempre solo en su vehículo, para que nadie más fuera a ser víctima en caso de que atentaran contra su vida. Los prudentes le aconsejaron cambiar de parroquia. El buen párroco no pidió no solicitó al Arzobispo esta posibilidad, sino que siguió su misión pastoral en San José Pinula. Solía repetir: "Si mi misión es dar la vida, así lo haré. Pero nunca me echaré atrás en la causa que estoy defendiendo" .
Sus últimos días fueron difíciles; si bien era valiente, no dejaba de sentir el miedo en su carne de todo ser humano. En estas condiciones de tristeza y angustia, se atrevió a escribirle una carta al Presidente de la República, que hemos reproducido en la introducción a este libro, en la que, entre otras cosas, le solicitaba la disolución del ejército nacional. Pero en realidad, su sentencia de muerte ya había sido firmada con anterioridad. Con razón, algunos años antes había podido escribir en su Diario:
«Señor, yo no estoy soñando. Yo recuerdo que me comprometí a servirte y creo que no he vuelto un pie atrás. No me siento defraudado por Ti mi Señor, porque Tú me has tratado muy bien durante todos mis días de Sacerdocio. Y no muy bien simplemente, sino requetebién. Nunca he sentido miedo o tedio. Nunca he pensado mirar hacia atrás. Ahora que tengo el honor infinito de ser Párroco, me siento Padre de un pueblo al que amo entrañablemente y quisiera trabajar con toda mi alma por santificarlo y llevarlo al cielo» .
En el costado derecho de la iglesia del pueblo de San José Pinula están enterrados sus restos. En una urna muy bien adornada y cuidada por la gente, se encuentra la sotana negra y la estola con las manchas de su propia sangre, en las que se aprecian las perforaciones de las balas con las que acribillaron su cuerpo. Lo mataron por defender la vida de los sencillos y pobres campesinos de las montañas de San José Pinula, por defender el derecho del agua y la tierra de la gente más humilde; por oponerse al servicio militar forzado, que golpeaba a los jóvenes de las familias más pobres, y por oponerse a la esterilización de las mujeres, con el fin de llevar a cabo campañas de control natal.
El Padre Hermógenes nos deja un gran legado: En la convivencia ciudadana, en el ejercicio del poder, en las responsabilidades públicas y administrativas, sólo hay una jerarquía de valores que empieza por el respeto a la dignidad de la persona humana, respeto a su vida, amor a la justicia, la verdad, la paz y la solidaridad. Cada ser humano es nuestro hermano, porque todos somos hijos de un mismo Padre, Señor del cielo y la tierra, dueño de todo lo que poseemos. De ahí sus tres palabras repetidas tan frecuentemente, que han sido asumidas como propias por los habitantes de San José Pinula: Verdad, dignidad, libertad. Cada año se celebra su recuerdo con un lema; el del XXV Aniversario, por ejemplo, quiso reconocer este testimonio humano y espiritual proclamando: “Tu voz es más fuerte hoy”.
Que su testimonio, ratificado con el derramamiento de su propia sangre, siga siendo fuente de inspiración para mantener firme la fe y la esperanza, en que la justicia, la dignidad, la libertad y el bien pueden ser posibles entre nosotros, por encima de la injusticia, la impunidad los atentados contra la vida que tanto nos enlutan. Algún día llegará la hora en que se cumpla el sueño del Padre Hermógenes: «Él juzgará a las naciones, será árbitro de muchos pueblos. Entonces harán de sus espadas arados, de sus lanzas podaderas. No alzará la espada nación contra nación, ni se prepararán más para la guerra. Descendencia de Jacob, vengan,
caminemos a la luz del Señor». (Isaías, 2, 4-5).
OBSERVATORIO PASTORAL – CELAM
Teléfonos (57-1) 5879710 Ext.312 /319 Correo electrónico: observatorio@celam.org web site http://www.celam.org
1. Presentamos aquí una muy breve semblanza biográfica. La principal obra de la que nos valemos es una breve biografía de Julius Pater, AQUEL SANTO QUE YO CONOCÍ. Guatemala, septiembre de 1978. La Arquidiócesis de Guatemala está en el proceso de la publicación de sus escritos, entre otros, el DIARIO DE LA PARROQUIA DE SAN JOSÉ PINULA. Guatemala 2003.
2 . P. Hermógenes López, Diario... (2 de abril de 1967), p. 83.
3 . Julius Pater, AQUEL SANTO QUE YO CONOCÍ. Guatemala, septiembre de 1978, p. 34.
4 . P. Hermógenes López, Diario... (4 de enero de 1967), p. 68.
5 . P. Hermógenes López, Diario de la Parroquia de San José Pinula (12 de enero de 1967), p. 71.
6 . En el libro de CONFREGUA, “MÁRTIRES DE GUATEMALA”. Guatemala, 1988. p. 28.
7 . P. Hermógenes López, Diario... (7 de noviembre de 1967), aniversario de su ordenación, p. 138.
http://www.celam.org/observatoriosociopastoral/img_noticias/docu4d0e3334ae8f3_19122010_1130am.pdf
domingo, 28 de junio de 2020
GUATEMALA: LA VERDAD BAJO LA TIERRA
LA VERDAD BAJO LA TIERRA
23 minutos español 1995
Documental que refleja la represión del ejercito de Guatemala en el municipio de Rabinal, Baja Verapaz, con testimonios de sobrevivientes de las Aldeas Río Negro, Chichupac y Plan de Sánchez.
sábado, 27 de junio de 2020
GUATEMALA: EMBUSCADA AL CUARTEL, OFENSIVA DE LA MEMORIA 2020, FOTOREPORTAJE
OFENSIVA DE LA MEMORIA 2020: LA COMUNIDAD ES EL CAMINO
En su lugar anunció la realización de ceremonias de ascenso de oficiales en la Bridaga más importante del país, sede de la inteligencia militar y de las unidades tácticas que durante la guerra fueron destacadas a los teatros de operaciones, donde cometieron actos genocidas contra población civil no combatiente entre 1980 y 1983.
Nuestra organización, HIJOS Guatemala, llevaba ya cuatro años accionando en el mismo centro histórico de Guatemala, para detener el desfile de forma definitiva, en exigencia del esclarecimiento de la desaparición forzada de más de 45.000 personas y de juicio y castigo a los responsables.
Las acciones para llevar nuestras exigencias al lugar donde se llevarían a cabo los actos del 30 de junio del 2004, fueron discutidas en reunión unos días antes y un equipo reducido de compañeros fue el responsable de hacer reconocimiento, indagar y definir la mejor forma de ingresar a la Brigada Militar Mariscal Zabala.
Resulta que la Brigada hasta ese momento tenía un paso controlado de peatones entre la zona 17 y la zona 5 de la ciudad, lo que permitía atravesarla previa autorización militar sin mayor rigurosidad.
Así se hizo y el 30 de junio, se contrató un flete para llevar a más o menos 25 personas, del centro comercial Metro Norte en la zona 17 a la Zona 5.
Al llegar a la garita de ingreso uno de los compañeros indicó a la Policía Militar que nuestro grupo se dirigía a visitar un río que está en zona 5, y después de tomar los datos del conductor, nos fue permitido ingresar.
El carro fue detenido abruptamente cuando encontramos la ceremonia de ascenso indicada. Recuerdo que nos detuvimos entre una tanqueta militar y una plaza seguramente bautizada con el nombre de algún “héroe de guerra”, orgullo de un ejército que invadió su propio territorio masacrando niños y niñas.
Descargamos las mantas pintadas con rostros de nuestros familiares, banderas rojas, megáfono y unos cráneos gigantes que habíamos elaborado en el año 2000 para boicotear el desfile.
Inmediatamente iniciamos un mitin en territorio militar.
Estábamos en la emblemática Brigada Mariscal Zabala, una decena de oficiales debidamente formados para su ascenso quedó inmóvil, mientras nosotros colocamos las mantas, y gritábamos los nombres de nuestros familiares desaparecidos, los nombres de comunidades arrasadas y colocamos fotos de sus rostros y las calaveras gigantes a los pies de los militares.
El equipo de compañeros que hoy rememora aquella acción nos seguía con sus cámaras, como lo hizo por muchos años en las jornadas de lucha guatemalteca.
En el revuelo de la acción oficiales superiores se dedicaron a filmarnos, a señalarnos y amenazarnos con el dedo pasado por el cuello.
Seguramente quisieron estar en aquellos años aciagos de la guerra, para amordazarnos, golpearnos, torturarnos y desaparecernos.
Uno de esos oficiales sólo atinó a levantar los cráneos con sus propias manos y caminar lentamente frente a los presentes para tirarlos en algún lugar, una imagen que quedó para siempre en nuestra memoria.
Un Grupo de veteranos militares inician de una forma amenazante a levantar y destruir las fotografías y los claveles |
Pasaron como 15 minutos, tiempo que decidió la comisión de seguridad nuestra como suficiente y decidimos salir de la Brigada.
Estando afuera, una periodista nos informó que un grupo de veteranos militares haría una caravana en otro sector de la ciudad, en el Hipódromo del Norte. Con la adrenalina en el cuerpo decidimos llevar nuestra memoria y nuestras exigencias hasta ellos también.
La Asociación de Veteranos Militares de Guatemala (AVEMILGUA) aglutina a ex altos oficiales, destacados durante la guerra al mando de Unidades Tácticas en las “áreas de combate” ; fueron ellos los mandos directos de las tropas que cometieron miles de violaciones sexuales, desapariciones, torturas, mutilamientos y masacres arrasando aldeas completas. Por supuesto que habría mucho que gritarles ese día.
Llegamos al punto de la caravana, con mantas, banderas y tambores les esperamos, fueron desfilando uno a uno en sus carros, algunos camuflados. Los nombres de nuestros padres, madres, tíos y abuelos se fueron escuchando a una vez más, y una pintura roja arrojada al paso, dejó huellas extensas del paso de los criminales.
La sorpresa solo les trajo a la mente el insulto de la guerra: Comunistas!!!! Guerrilleros!!!
Después de veintitantos años, podíamos enfrentar la amnesia, el silencio y la impunidad de los militares genocidas! en dos pequeños actos se dijo lo acumulado en décadas, nos sentimos eufóricos y volvimos en aquel momento a encontrarnos con la ternura de nuestros viejos.
En nosotros, atravesando nuestros cuerpos, estallando en la garganta, la memoria de nuestros desaparecidos y desaparecidas.
Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio.
Texto: HIJOS GUATEMALA
Fotos: Arturo Albizures