MIGUEL ÁNGEL ALBIZURes |
Hace poco elPeriódico cumplió un año más de estar en circulación y llevar a los y las lectoras la información, los análisis, las denuncias y los sinsabores de la vida diaria nacional. Sus primeros pasos fueron en el siglo pasado, hace 18 años y muy cerca de la celebración del Día del Periodista en Guatemala, que fue el 30 de noviembre, cuando muchos políticos saludan a los medios y a quienes se fajan diariamente para escarbarles más allá de su levantón de manos en el Congreso, de sus disparates en las instituciones públicas o para dar a conocer esas declaraciones –muchas de ellas ridículas– de quienes aparecen serios o sonrientes en las fotos.
Antes, durante y seguro después, vamos a seguir recibiendo reata, pero también dando, porque no hemos aprendido a agachar la cabeza, los que asumimos conscientemente y de corazón el compromiso con el pueblo, no lo vamos a hacer, de eso pueden estar seguros. A pesar que los tiempos de las dictaduras estradacabrerista y ubiquista quedaron atrás, sus aprendices quisieran verlos renacer, pero ante ello, surgen nuevas generaciones de periodistas y escritores, hombres y mujeres que no se callan, que levantan la bandera de la dignidad y no se venden al mejor postor, porque eso de que al periodista “se le paga o se le pega” es una expresión de quienes creen que seguimos siendo una hacienda y piensan que desde un simple teleférico, colocado en el Parque Central, se puede dominar con la vista el territorio y su población.
No dudamos que hay quienes reciben la paga, y los hechos demuestran que hay a quienes los han querido desprestigiar o enjuiciar, esos son golpes a la democracia y a los periodistas, para que guarden silencio, no digan lo que piensan o no investiguen lo que el pueblo merece y debe saber. Les duele que, aun en los medios más conservadores, haya voces que se levanten y asuman su compromiso con el pueblo, siendo conscientes de la importancia que tiene decir la verdad y promover los valores democráticos, incluyendo la honorabilidad de los funcionarios, sea cual sea su cargo, pues una cosa es ser diputado y otra muy distinta disputar entre ellos los bienes del Estado.
Quiero de todo corazón, saludar a los colegas que, a teclazos y plumazos, han abierto una brecha en el quehacer periodístico y han puesto el pecho frente a los esbirros, y que con dignidad y orgullo siguen las huellas de los apóstoles del periodismo guatemalteco, aquellos que perdieron la vida, con la frente levantada, y enarbolando la bandera de la verdad, la paz, la justicia, la democracia y el respeto a los derechos humanos. No hay espacio para mencionar esos nombres de quienes escribieron brillantes páginas en la historia del periodismo guatemalteco.
http://www.elperiodico.com.gt/es/20141204/opinion/5760/Los-periodistas-y-los-medios.htm
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