jueves, 8 de enero de 2015

El pueblo no da amnistía. Mientras la defensa retuerce las leyes.


MIGUEL ÁNGEL ALBIZURES
Sí, lo que se llama pueblo, los de abajo, los desarraigados y excluidos, los que sufrieron en carne propia la presencia bestial del Ejército en sus comunidades, ese pueblo no concede amnistía a criminales, no les perdona y continuará su lucha para que la justicia reine en el país y se sienten precedentes para evitar que nunca más se intente exterminar a pueblos enteros en defensa de un sistema cruel, inhumano e injusto. 

Hay magistrados, no todos por suerte, que no necesitan muchas presiones, les basta el cheque en blanco que pasan los abogados defensores de genocidas o de narcos o bien la palmadita en la espalda que sonriente les dé el General, pues toman en cuenta el espaldarazo que el propio presidente Otto Pérez Molina le dio a la impunidad, y al general Ríos Montt con declaraciones en contra de inicio del juicio por genocidio, que caen por su propio peso, y representa una interferencia del Poder Ejecutivo en las decisiones del Poder Judicial, demostrando su interés personal, pues no hay que olvidar que el Comandante Tito fue mencionado en el anterior juicio por genocidio y según la historia, él dirigió la fuerza de tarea Gumarcaj, que abatió innumerables poblados en la región de Quiché, no como lo dice su amigo y cómplice, Alfred Kaltschmitt, que llegaron a salvar vidas. Hay que revisar la historia de las masacres y exterminio, pues esas fuerzas operaron en Chajul, Nebaj, Cotzal, Uspantán, Cunén, Sacapulas, San Andrés Sajcabajá, San Bartolomé Jocotenango, San Pedro Jocopilas, Canillá, San Antonio Ilotenango, Santa Cruz del Quiché y Chinique. La cantidad de masacres está registrada en el Remhi y en Memoria del Silencio.

Los abogados defensores de los acusados de genocidio buscan, desesperadamente, retrasar el juicio en espera que les suene la flauta y que los miembros del tribunal, después que 60 jueces se negaran a conocer la petición de amnistía, con su fallo puedan dejar sin efecto las condenas ya dictadas a varios de los responsables de la masacre de las Dos Erres, a Arredondo, y otros, dejando sin efecto la persecución penal a los demás responsables de crímenes de lesa humanidad, incluyendo a Donaldo Álvarez Ruiz que podría regresar al país tranquilamente. Pero todos esos crímenes ya han pasado a las páginas negras de la historia de impunidad que, como una sombra negra, se extiende por los cuatro puntos cardinales del país y asombra al mundo civilizado, que levanta su voz contra quienes mancillan la dignidad de las víctimas. 

Mientras la defensa retuerce las leyes en espera de una amnistía, tratando de asustar con sus gritos a las magistradas del tribunal, el abogado defensor Jaime Hernández dice, descaradamente, que los que murieron fueron guerrilleros, haciendo caso omiso de la violación y muerte de mujeres, niños y ancianos indefensos. Los abogados podrán seguir sacando cartas bajo la mesa, impulsando de nuevo la impunidad, pero el pueblo, y no la elite todopoderosa, no concederá jamás amnistía, no 
perdonará esos crímenes y seguirá exigiendo justicia.
http://www.elperiodico.com.gt/es/20150108/opinion/6892/El-pueblo-no-da-amnist%C3%ADa.htm

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