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MIGUEL ÁNGEL ALBIZURES
La criminalización de los conflictos sociales se produce a diario.
El grito de “¡Nunca más!”, se ha escuchado en varios países del continente y en Guatemala se repite constantemente, acompañado de la exigencia de justicia que al fin comienza a llegar, aunque muy lentamente, pero nunca es tarde para empezar a caminar en la construcción de espacios democráticos que hagan de este país la Guatebuena.
La dignificación de las víctimas de la Embajada de España, se ha producido con la condena unánime del Tribunal, a uno de los responsables de ese hecho salvaje, ordenado por quienes tenían el poder y poco o nada les importó la extraterritorialidad, y mucho menos la vida de los ocupantes, funcionarios de la Embajada, exfuncionarios de Gobierno y campesinos que habían llegado a la capital exigiendo respeto a la vida.
Cuando en la Plaza de los Derechos Humanos de la Corte Suprema de Justicia, resonaba el grito de “¡Nunca más!”, y entre abrazos y lágrimas se conocía la determinación del Tribunal, otros hechos ocurrían en diferentes regiones del país que muestran, no solo la intolerancia, sino la existencia del dinosaurio que enseña sus fauces amenazantes, para silenciar la voz de quienes se niegan a guardar silencio, condenan la entrega de recursos naturales, la corrupción y la violencia o llevan a la población la información del acontecer diario.
La criminalización de los conflictos sociales se produce a diario, acompañado de acciones tendentes a dividir a las comunidades, como lo que acontece en la aldea La Choleña, en San José del Golfo y San Pedro Ayampuc, por la oposición a la mina El Tambor. En Barillas, fueron más allá, el personal de la radio comunitaria Snuq Jolom Konob, de Santa Eulalia en Huehuetenango, decidió cerrarla porque fueron amenazados y golpeados, y temen un allanamiento y la destrucción de su equipo.
Susana Morazán, presentadora de un programa de televisión, fue agredida y amenazada: “Dejá de estar hablando mal de Gobierno”. Y según nota de elPeriodico, “el sábado 17 de enero, una alta ejecutiva de elPeriódico fue objeto de intimidación y hostigamiento, luego de ser atacada a golpes y amenazada con una pistola”. Además de esos hechos, se intenta desprestigiar a periodistas que han mantenido posiciones críticas y denuncias que no a todos gustan, es decir, mientras en términos generales el sistema de justicia quiere sentar precedentes importantes, se producen hechos que nos hacen retroceder a los funestos días del pasado, especialmente de los años ochenta.
Pero como bien lo señaló Jose Zamora, en su artículo de ayer: “Más temprano que tarde, el periodismo profesional y genuino y la práctica periodística independiente, prevalecerá sobre los intereses políticos espurios y sobre todo aquellos que tienen un evidente trasfondo comercial y mercantil. Es preferible morir de pie que vivir arrodillados”.
http://www.elperiodico.com.gt/es/20150122/opinion/7434/Nunca-más.htm
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