HELMER VELÁSQUEZ
En su defensa el General gobernante, ha acudido a una serie de mecanismos, cuya base fundamental ha sido la propaganda, por cierto, pagada con nuestros impuestos; en sus mensajes el aún Presidente deja saber de su honradez, buenas costumbres y de las precisas instrucciones giradas a Iván Velásquez de CICIG, para que persiguiera el contrabando aduanero, sin embargo, pese al esfuerzo nadie le cree, sonó vacío y demagógico. En otro intento por apaciguar la tormenta política el militar gobernante nombra dos comisiones –para entretener la nigua– una de reforma de la SAT y la otra para que “brinde soluciones” para sanear el lago de Amatitlán. La primera murió al nacer y la segunda no inicia trabajos. Es decir, estos mecanismos de su estrategia fracasan estrepitosamente.
No obstante lo anterior y tratando de-sesperadamente de salvar su régimen, el Presidente nos salió ahora con un chiste de mal gusto. Una pose cínica: llama a la sociedad “a respetar el debido proceso” nadie más desautorizado que el militar Presidente para invocar aquel principio. Fue usted y su Vicepresidenta quienes desde la primera Magistratura, mancillaron el honor de la nación y violaron la ley. Son culpables por acción u omisión, pero culpables al fin. Trastocaron el orden legal, así que pedir al pueblo respeto al debido proceso, no es más que una ocurrencia afiebrada, surgida en su oscuro laberinto, una mezcla de sueño y pesadilla. Así, de sopetón General –eso sí es realidad– llegó el tiempo magro. Los “amigos” se van, otros transan con él enemigo y hablan mal del viejo camarada. Al final de sus días palaciegos usted seguramente pensará: ¿para qué la finca en Tecpán o el rancho en Monterrico? tanto trabajo en lo oscurito ¡si al final …todo perdió sentido! hasta doña Rosita lo mira de soslayo. Para colmo de males, la novia de Ottío perdió la nominación al Congreso y habrá que hacer movida sucia para recuperar la curul –más color de mañosos– hasta el Skipy Sinibaldi zafó bulto y acusa “inmerecidamente” a la sufrida Vice.
Así que Tito, su lugar en la historia está preparado: se trata de un rincón oscuro en el averno, precisamente en el círculo maloliente de los aprendices de dictador. Sin embargo… la vida es así, puede aún reivindicar –en parte– su nombre y apellido, esto, si en un arranque de dignidad, quizá el último de su vida política: se retira del cargo y se somete al debido proceso penal, este gesto le aproximaría al estadista que nunca fue.
http://www.elperiodico.com.gt/es/20150507/opinion/12133/¿Cuál-debido-proceso-General.htm
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