MIGUEL ANGEL ALBIZURES
A los delegados de la
Procuraduría General de la Nación (PGN), con sede en Santa Cruz del
Quiché, les importa un bledo las agresiones sexuales que sufre la niñez
de diversos municipios de ese departamento. Actúan cuando les da la gana
y dejan desprotegidas a las niñas que han sido abusadas. Organizaciones
de la sociedad civil son las que tienen que buscar un albergue para
protegerlas y evitar que sufran agresiones y posiblemente hasta la
muerte para silenciarlas.
Es el
caso de María, de 15 años, violada por un profesor del Centro Educativo
15 de septiembre de San Miguel Uspantán, con el agravante de haberla
mantenido encerrada en su casa de donde logró fugarse, se presentó al
hospital el 1 de junio donde de inmediato dieron aviso a la PGN, pasaron
15 días, no se presentaron y fue hasta el 6 de agosto, por insistencia
de una asociación de derechos humanos, que los de la PGN se dignaron a
escuchar a la víctima y pese a que saben que ha sufrido agresión de
familiares del acusado, no le han dado ninguna protección.
A Julia,
de 14 años de edad, la violó su propio abuelo, se presentó la denuncia,
el abusador fue apresado, pero transcurrieron varios meses para que los
delegados de la PGN se presentaran a conocer el caso. Bety, es otra
adolescente, con discapacidad, violada por un vecino, se presentó
denuncia al Ministerio Público el 23 de julio, la PGN no hizo nada para
protegerla y no ha realizado las investigaciones que debe hacer. Bety,
tuvo que abandonar la comunidad porque su vida corría peligro. El 13 de
agosto, Raquel de 14 años de edad, fue abusada por un maestro de
telesecundaria, fue llevada al hospital, se dio aviso a la PGN y hasta
el 5 de octubre los ágiles delegados iniciaron las investigaciones y el
agresor, posiblemente, sigue abusando de otras adolescentes.
Casos de
abuso sexual hay muchos, las víctimas sufren las consecuencias de la
inoperancia de las autoridades, pues en uno de los casos, los agentes de
la Policía de Uspantán, a pesar que con esfuerzos se logró la orden de
captura del agresor, dijeron que: “no está el jefe”, “no tenemos
patrulla ni gasolina”, “no conocemos al sindicado y no sabemos dónde
ubicarlo”, “si ven al sindicado, nos llaman para aprehenderlo”. Por
supuesto que tenían todos los datos para actuar, pero lo hicieron meses
después.
Mientras
tanto, el personal de la Asociación fomento para el desarrollo
Integral, que ha hecho las denuncias respectivas, sufre amenazas de
quienes han sido acusados o de las familias que, al igual que los
delegados de la PGN, se convierten en cómplices de los violadores. Los
delegados de la PGN en esa región son los licenciados Saúl Cardona y
Jorge Azañón, admiradores del general Jorge Ubico, pues en una
oportunidad que llegué a sus oficinas, en la pared lucen, quizà con orgullo, una foto del dictador.
http://elperiodico.com.gt/2015/10/29/opinion/pgn-complice-de-violadores/
No hay comentarios:
Publicar un comentario