Los pueblos indígenas han demandado que el sistema de justicia tenga operadores, jueces, fiscales, magistrados y profesionales que provengan de los diferentes pueblos, y lograrlo es difícil porque se requiere hacer carrera dentro del sistema y pocos lo logran. Sin embargo, -con honrosas excepciones- quienes lo han logrado han desempeñado un vergonzoso papel.
Por: Irmalicia Velásquez Nimatuj
Los mapuches llaman “yanacona” a sus hermanos que siendo mapuches se convierten en aliados de los opresores y se sienten plenos desempeñando el rol de esclavos de la nobleza.
En Guatemala existen tantos ejemplos históricos como contemporáneos de hombres y mujeres que, siendo indígenas han jugado con excepcional brillantez ese papel. Y los hay en todos los espacios y pueblos, Malcom X los denominó “los negros domésticos” que “vivían en la casa del amo, vestían bastante bien, comían bien porque comían de su comida, las sobras que dejaba. Vivían en el sótano o en el desván, pero vivían cerca del amo y querían al amo más de lo que el amo se quería a sí mismo. Daban la vida por salvar la casa del amo, y más prestos que el propio amo. Si el amo decía. “Buena casa la nuestra “, el negro doméstico decía: “Sí, buena casa la nuestra”. Cada vez que el amo decía “nosotros “, él decía “nosotros “.”
Con brillantez Malcom X expresó “Si la casa del amo se incendiaba, el negro doméstico luchaba con más denuedo que el propio amo por apagar el fuego. Si el amo se enfermaba, el negro doméstico le decía: “¿Qué pasa, amo? ¿Estamos enfermos?” ¡Estamos enfermos! Se identificaba con el amo más de lo que el propio amo se identificaba consigo mismo. Y si tú le decías al negro doméstico: “Vamos a escaparnos “, el negro doméstico te miraba y te decía: “Hombre, estás loco, ¿qué es eso de separarnos (del blanco)?, ¿ dónde hay mejor casa que ésta?, dónde voy a encontrar mejor ropa que ésta?, ¿dónde puedo comer mejor comida que ésta?”
Los pueblos indígenas han demandado que el sistema de justicia tenga operadores, jueces, fiscales, magistrados y profesionales que provengan de los diferentes pueblos, y lograrlo es difícil porque se requiere hacer carrera dentro del sistema y pocos lo logran. Sin embargo, -con honrosas excepciones- quienes lo han logrado han desempeñado un vergonzoso papel. Ahora el actuar del perfecto alfil es el del fiscal Rafael Curruchiche el que se negó a detener a Jimmy Morales. Y es que cuando la mayoría de los dueños de los partidos políticos deberían de estar en la cárcel por su actuar delincuencial, Curruchiche persigue a profesionales que llevaron a sus jefes a la cárcel por evasiones millonarias.
Trágico para la historia personal de Curruchiche, mientras el cumple su rol de perfecto esclavo de la nobleza, sus jefes disfrutan el usar a uno de los pocos fiscales indígenas, haciendo el trabajo sucio, mostrando, que los dueños de Guatemala no se manchan las manos, mientras existan indios “yanacona” o “negros domésticos” dispuestos a cumplir sus ordenes, a traicionar sus principios, a vender a sus hermanos e incluso a su patria.
Y si tú le decías al negro doméstico: “Vamos a escaparnos “, el negro doméstico te miraba y te decía: “Hombre, estás loco, ¿qué es eso de separarnos (del blanco)?, ¿ dónde hay mejor casa que ésta?, dónde voy a encontrar mejor ropa que ésta?, ¿dónde puedo comer mejor comida que ésta?”
https://www.narrativayensayoguatemaltecos.com/el-fiscal-rafael-curruchiche-el-perfecto-esclavo-de-la-nobleza/
Fuente: [elperiodico.com.gt]
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