jueves, 3 de mayo de 2012

Opinión: Víctor Ascón Ramos Fue capturado en el Aeropuerto La Aurora, al regresar de una gira.

Víctor Ascón Ramos

Fue capturado en el Aeropuerto La Aurora, al regresar de una gira.
Helmer Velásquez

  
En razón de la conmemoración del trabajo, pretendo por medio de la figura de Víctor, un trabajador en toda la letra, expresar mi reconocimiento por los hombres y mujeres, que en las condiciones más adversas generan el bienestar de este país, aun y cuando para la mayoría de aquellos, trabajar, no signifique obtener más allá que la sobrevivencia. Víctor, un obrero de la construcción, que desde aquellos avatares, conoció, los rudimentos económicos que explican, las formas originarias de la plusvalía y la acumulación del capital, el cardinal papel del trabajo en el proceso y la inequitativa distribución de la riqueza. Se explica –Víctor– en la vida laboral como los excedentes de su trabajo, engrosan la cuenta bancaria empresarial, mientras él recibe salario mínimo. Con aquellos ingresos, sobrevive en cuarto de alquiler, con servicios, igualmente mínimos. De salud ni hablar, salvo la titánica tarea de no enfermarse y de acudir al remedio casero en caso imprescindible.

En la enfermedad de los niños, con apoyo del amigo, el compañero y los exiguos servicios públicos. No hay opción. Conocer los intríngulis de la economía, a partir de la carne propia. Llevó a Víctor y a Leticia, su compañera de vida. A extremar el esfuerzo y buscar una salida en los estudios y el sindicato. Así, ajustando aún más, “su renta”, inicia estudios en la Facultad de Derecho de San Carlos, obtiene un empleo administrativo en la misma y continúa la lucha sindical. Eran días de la falange, en el poder político de Guatemala. En ese entorno Víctor, fue capturado, en el Aeropuerto La Aurora, al volver de una gira sindical. Por no ser sujeto de delito es liberado. Sin embargo, el objetivo, al parecer fue el fichaje. Sujeto a persecución policiaca posterior, debe abandonar, estudios y trabajo, para intentar sobrevivir en la clandestinidad. Vano intento, una tarde, ya en los albores de la democracia formal, al llegar a la residencia en donde habitaba, era esperado por, alguna de las fuerzas militares a cargo del secuestro y aniquilamiento de dirigentes sociales y nunca más se supo de él.

Narrar este trozo de vida del joven que sacrificó vida y familia por la defensa de los trabajadores y la organización sindical. Es reconocer a Víctor, a su familia. A los trabajadores, a todos aquellos forjadores de vida, de futuro, de democracia. A quienes arrancan de la tierra los alimentos.

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