Trabajadores de la Finca Bananera El Murciélago son despedidos
Los
Campesinos Q’eqchis de las comunidades Socelá, La Encenada,
Nueva Esperanza, Plan Grande, La Llorona, Sumach y Santa Elena del municipio de
El Estor, departamento de Izabal, que fueron injustamente despedidos de la Finca El Murciélago, que se
dedica a la producción de banano y en donde tenían más de diez años de
laborar denuncian que:
Desde que
iniciaron sus labores en la finca El Murciélago, hace mas de 10 años,
trabajaban más de 12 horas diarias, de lunes a domingo, no tenían ninguna
prestación laboral, hasta hace 3 años por intervención del ministerio de
trabajo lograron el pago del salario mínimo y el compromiso del patrono a
pagarles sus prestaciones.
Después
que la clase patronal aceptara que un grupo de trabajadores, mujeres y hombres,
recibiera capacitación en Derechos Laborales por parte del Proyecto Campo a
Campo, impulsado por el Vicariato Apostólico de Izabal, apoyado por la
organización Catholic Relief Service –CRS- y financiado por el Departamento de
Trabajo de los Estados Unidos de Norteamérica (USDOL) y habiéndoles creado
expectativas de mejores condiciones de trabajo a partir de su preparación en
dichos derechos, al momento en que este proyecto se dio por concluído, días
después fueron despedidos primero los 10 líderes capacitados por el Proyecto
Campo a Campo y seguidamente, 70 trabajadores más, argumentando que todo se
debe a reajustes dentro de dicha empresa pero, todo está ligado directamente
con la capacitación recibida por los trabajadores a pesar de que esto también
significaba no solo mejorar la mano de obra sino también mejoras para la
empresa misma.
Al
momento de ser despedidos, la empresa no cumplió con dar las prestaciones a las
cuales tienen derecho las y los
trabajadores, de acuerdo a los años laborados, entregándoles solamente la
mitad, o hasta menos, de lo que realmente les correspondía.
El dueño
de dicha plantación cuyo nombre es Miguel Angel Arriaza a vertido amenazas a
los despedidos a fin de que no intenten ningún tipo de maniobra legal para que
se les paguen sus prestaciones completas y ha logrado atemorizar a la población
en general ya que, en ocasión anterior ya fue asesinado un trabajador Samuel
Quinich que se atrevió a buscar asesoría legal al haber sido objeto de despido.
En tal
sentido, queremos denunciar públicamente, tanto a nivel nacional como
internacional, la situación que actualmente estamos viviendo los pobladores de
estas comunidades y que, cualquier agresión de la cual seamos objeto recaiga la
responsabilidad directa en el dueño de la Finca El Murciélago, sus caporales y
jefes de personal, que son los encargados de transmitir y de llevar a cabo las
órdenes de los dueños.
Que las viejas y retrogradas prácticas de explotación semi esclava aún
se utilizan en muchas fincas del país, en donde las ganancias generadas por esa
mano de obra sobreexplotada no están acordes entre ingresos y salarios pagados,
y los incentivos laborales, que han sido ganados incluso a costa de la propia
vida del trabajador, en ningún momento han sido una práctica patronal que subestima
la lucha que día a día libra la clase trabajadora, incluso burlándose de las
mismas leyes y tratados internacionales
que le dan protección a la clase laboral.
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