jueves, 18 de octubre de 2012

Hacen falta Arévalo y Árbenz


Opinión: elPeriódico, 18 de octubre de 2012
Hacen falta Arévalo y Árbenz
En aquel momento había un discurso antifascista. Ahora no.
Miguel Ángel Albizures

El próximo sábado, obreros, campesinos, estudiantes, pobladores y muchos de los excluidos, volverán a recorrer las calles, y las fuerzas de “seguridad” estarán fuertemente armadas de “valor”, resguardando el Palacio Nacional y la Casa Presidencial, tal como sucedió el pasado 12, Día de la Resistencia Nacional, porque temen un “asalto al Poder” quizá por todo los desmadres que a lo largo de muchos años, después de la invasión mercenaria a nuestro país, han hecho los gobernantes.

Pero no teman, con pancartas y cartelones de ¡Viva Arévalo! ¡Viva Árbenz! no se derrumban los muros de la impunidad, de la injusticia histórica, de la explotación y semiesclavitud en las fincas, ni se rompe la alianza que mantiene el poder económico y militar en el actual gobierno de Guatemala. Ciertamente, a los dinos les dan miedo las figuras de Arévalo y de Árbenz, pues no toman en cuenta que en el momento del derrumbe de Ubico, había un discurso antifascista, pues Hitler avanzaba y para Estados Unidos era necesario hablar de democracia y aislar a las dictaduras, ahora no.

Ubico era uno de los admiradores de Hitler y hoy no se habla de democracia, sino de grupos subversivos, comunistas, terroristas, sediciosos, que atacaron a sus valientes soldados, por lo que podemos hablar de la existencia del neofascismo y por supuesto del neoliberalisto al que Árbenz y Arévalo se opondrían rotundamente, pero hace falta una fuerza social capaz de oponerse y construir algo nuevo.

Por ello, no basta con levantar las pancartas, hay que crear y construir el otro poder que hará posible la otra Guatemala, pero ese poder tiene que surgir de abajo, de los oprimidos, de los que comandaron Atanasio Tzul y Lucas Aguilar, de los obreros, maestros, profesionales, campesinos que hicieron posibles los cambios revolucionarios un 20 de Octubre de 1944, es decir de una granítica unidad de las izquierdas que son las que pueden y deben levantar un programa político de las transformaciones que fueron truncadas por quienes hoy lamentan que se lleve a juicio a sus soldados, defensores de su sistema y su orden.

Lo que sí es cierto y a muchos les quita el sueño y les duele, es que los personajes históricos “No mueren, cierran los ojos y se quedan velando”, que gran verdad la de Miguel Ángel Asturias, porque aparecen en pancartas y hacen temblar a los opresores.

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