jueves, 20 de diciembre de 2012

Los 80 de Mario René Matute


Los 80 de Mario René Matute

Vecino notable e hijo predilecto.
Helmer Velásquez


Guatemaltecos existimos en abundancia, sin embargo, personajes trascendentales construidos desde el crisol de la ciencia, la cultura y la lucha social, son pocos y si exigimos que posean, combatividad, mística, disciplina y entrega revolucionaria, la cantidad es aún menor; y sí agregamos: leer, escribir y ver más allá de lo estrictamente necesario –aún careciendo del sentido de la vista–, quedan nada más que seres excepcionales, cuya dimensión es superior al común de los mortales. Este es el caso Mario René el Choco Matute García-Salas. Vecino notable e hijo predilecto de este país.
Es un personaje extraño, para empezar se guía por radar, “mira” más que los demás, escribe libros, lleva ya ocho en su haber, cree en una sociedad sin clases, es Maestro, se licenció en Psicología, vive en México “por su puro gusto”, quién sino él mismo provocó que lo persiguiera la dictadura militar, lo acusaron de tener demasiada puntería, es un ser enorme cuya huella recogen las aulas de la San Carlos y el Movimiento Revolucionario, este año apagó ochenta velitas. Histórico y visionario, ha sido socorrido por la vida y abatido por unos cuantos inviernos, quizá uno de los más crueles: el asesinato de su primogénito Mario René, a manos de sicarios del régimen de los militares. Es Mario René un hombre raro, podría haber dedicado su vida al remanso, guarecido en el alero de una “limitación física”. Sin embargo, el Choco no nació para eso, vino al mundo para ser patriota, libre pensador y maestro. Es el tipo de ser que Guatemala necesita le florezcan por millones.

Que Choco más terco este, inicia un nuevo Bak’tun seguro de sí y proclamando sus viejas necedades: justicia social, educación para todos, inclusión para los pobres, Reforma Agraria Campesina, Estado pluricultural y multilingüe, trabajo, estudio y organización para los no videntes. Este sí es un estadista. De qué material estará hecho este extraño sujeto, es seguro que proviene de una madre dulce y una familia entrañable. De qué otra forma ser alguno podría prodigarse en afecto, contribución social y sueños de futuro si la vida le niega vivir en su querida Guatemala, bajo el alero familiar y la fraternidad de los viejos camaradas. Bienvenido a la patria Maestro Matute García-Salas y que con esa enjundia inherente a los viejos paladines soples otras ochenta velitas, cargadas de humor, lucha y esperanza acá en tu querida Guatemala a cuya historia perteneces.
http://www.elperiodico.com.gt/es/20121220/opinion/222359/

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