jueves, 24 de enero de 2013

Unir fuerzas contra el sadismo

Es tiempo de reflexionar.
Miguel Ángel Albizures

Hay familias de la sociedad guatemalteca, que siguen durmiendo tranquilas, que las noticias no le alarman, no les quitan el sueño, el turno está lejos de ellas, quizá no le alcancen los hechos macabros y ojalá así sea, que nunca sientan en carne propia la pérdida en forma bestial de un ser querido con el que conviven.

Pero es tiempo de reflexionar, de pensar, de no ser indiferentes al acelerado deterioro del valor de la vida humana. Los hechos son espeluznantes, macabros y ante eso no importa el porqué, ni el pasado, ni el presente de las víctimas para unir fuerzas, para exigir del Estado la investigación, pero también la implementación de mecanismos de protección para que estos hechos no se repitan, para que las páginas de los periódicos y las noticias de los demás medios, dejen de ser encabezadas con la muerte violenta de mujeres de cualquier edad y condición social.

Sabemos de sobra que en una sociedad enferma es difícil contrarrestar los hechos y más aún cuando los políticos están más preocupados por las próximas elecciones que por la plena seguridad ciudadana, pero es tiempo de que las playeras blancas también salgan a las calles y levanten su voz, como lo hacen otros sectores que quieren contribuir a construir murallas contra los criminales. Lo que hoy sucede, ya no debe ser solo preocupación de las organizaciones de mujeres o de derechos humanos, que siempre han alzado su voz, sino de todos, porque estamos viviendo en una sociedad que se hunde precipitadamente en el abismo de la crueldad.

Los periodistas, especialmente los reporteros, deben reflexionar respecto de su comportamiento frente a los familiares de las víctimas, sabemos que andan tras la noticia, pero lo expresado por un familiar de las últimas cuatro mujeres asesinadas, es elocuente, pues según elPeriódico “Don tono contó que sentía miedo de los periodistas. Lo habían seguido desde la capital cuando se armó de valor y fue a reconocer los cuerpos y habían estado haciéndole preguntas. No contestó ninguna”. Hay momentos de dolor que deben respetarse y tal es la inseguridad en el país, que la gente no quiere hablar porque le puede costar la vida.

Al momento de terminar este artículo, los abogados de los acusados de genocidio, actos crueles e inhumanos cometidos en los años ochenta, empiezan a defender lo indefendible para evitar la apertura a juicio. Ojalá y el juicio se inicié, pues lo que hoy sucede, tiene mucho que ver con los hechos del pasado que deben ser juzgados.
http://www.elperiodico.com.gt/es/20130124/opinion/223779/

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