Impunity
Watch (IW) expresa su preocupación por los efectos jurídicos, políticos
y sociales derivados de la decisión de la Corte de Constitucionalidad,
sobre el
caso por Genocidio contra el pueblo Ixil en Guatemala. Rechaza la
inseguridad jurídica, manifestada en el despliegue de estrategias de
obstaculización y confusión jurídica que fortalecen la impunidad en el
país, especialmente en materia de violaciones a los
Derechos Humanos.
IW considera que esta decisión significa:
1.
Una
manifestación más del carácter excluyente que el Estado y sus
dependencias que han mantenido respecto de los pueblos indígenas y
grupos vulnerables en Guatemala. Por este motivo, los reclamos
de los grupos indígenas y campesinos (agrarios, conflicto armado,
territorio, explotación minera, etc.) son percibidos como un foco de
conflictividad social, pues no a todos los grupos sociales se les
permite reclamar sus derechos ante el Estado y/o la sociedad.
IW reitera su solidaridad y compromiso con las víctimas de
violaciones a los derechos humanos y con su búsqueda por acceder a la
justicia.
2.
El ambiente
politizado que sirve de marco a la decisión de la Corte de
Constitucionalidad sólo refuerza la percepción social vigente en el
país, según la cual la justicia en Guatemala no es independiente
ni imparcial, que favorece a aquellos con poder político y económico
para posicionarse por encima del sistema jurídico. Esto es, que el
sistema jurídico está diseñado para permitir la impunidad estructural en
el país.
IW insta a la sociedad guatemalteca a tomar conciencia de los
grandes desafíos que aún persisten en la lucha contra la impunidad y la
violencia, y exigir a las autoridades estatales garantías para el acceso
a la justicia de todas y todos los guatemaltecos.
3.
Los
obstáculos al avance del proceso judicial por genocidio no son
diferentes a los evidenciados en otros procesos que afectan a la
sociedad guatemalteca en su conjunto. Dichos obstáculos terminan
por reforzar la cultura de la impunidad y la violencia generalizada en
el país.
4.
El poder
desplegado por sectores estatales y no estatales en contra del proceso
por genocidio y contra la sentencia finalmente alcanzada (tras muchos
obstáculos), evidencia que hay temas políticos
vedados. En particular, que la violencia desplegada contra la población
civil durante y después del conflicto alcanza redes cívico-militares
que aún están ocultas, pero que mantienen un gran poder de represión y
control del Estado.
IW exhorta a las autoridades estatales y a los grupos sociales a
garantizar una verdadera independencia e imparcialidad judicial;
igualmente, IW insta a la Corte de Constitucionalidad a asumir su
responsabilidad histórica con la solvencia jurídica y ética
que debe esperarse de un tribunal de su naturaleza.
5.
Los ataques
contra el rol jugado por la cooperación internacional en el país son un
esfuerzo por frenar futuros avances y la consolidación de los progresos
observados. Es decir, esfuerzos para mantener
un status quo e impedir la consolidación de una verdadera
democracia y estado de derecho en Guatemala. Este es un momento
histórico, en el cual Guatemala requiere más que antes una fuerte
presencia de la cooperación internacional en contra de la impunidad
estructural en el país. IW insta a la Comunidad Internacional en
Guatemala a continuar acompañando este proceso histórico y a no ceder
ante presiones injustificadas sobre su rol en el país. A los Estados que
han decidido cerrar delegaciones en Guatemala
a reconsiderar su decisión, en vista de la fragilidad de los avances
logrados con su apoyo, en materia de lucha contra la impunidad.
Guatemala, 22 de mayo de 2013
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