En este juicio histórico, varios magistrados han lanzado una de cal y una de arena.
A pesar del fallo político, no jurídico, de los tres magistrados de la Corte de Constitucionalidad (CC), anulando la condena a 80 años que fundamentó ampliamente el Tribunal integrado por Jazmín Barrios, Patricia Bustamante y Pablo Xitumul, ahora le proporciona un revés a Ríos Montt, a muchos otros que cometieron crímenes de lesa humanidad y, por supuesto, a los abogados defensores que han retorcido la ley y han hecho cualquier cosa para lograr la anulación de los juicios.
Después de más de una docena de intentos fallidos porque se les aplique la Ley de Reconciliación Nacional, ahora se les derrumba la esperanza y más temprano que tarde tendrán que enfrentar los juicios en curso y los que están pendientes contra quienes, después de más 30 años de haber cometido los crímenes, consideraban que la mano de la justicia no podría extenderse y llegar a ellos, siempre acostumbrados a vivir en la impunidad.
Quién sabe las razones por las que los medios de comunicación no le dieran importancia al fallo, pero éste, según se sabe, fue emitido el 6 de agosto y dado a conocer el pasado martes 13, lo cual cierra las puertas para que se siga intentando favorecerlos con la Ley de Reconciliación, pues no solo existen otros fallos similares de la misma CC, sino también de la Corte Suprema de Justicia.
Y no es que el general Efraín Ríos Montt quede “desamparado”, como dice el título de este artículo, indefenso o huérfano de todo, pues simplemente ya no se le hace otro favor, como el que le hicieron cuando anularon la sentencia y otro tribunal regresó al general a “prisión” domiciliaria y que, por sus “múltiples” ocupaciones, atrasó el reinicio del juicio hasta abril de 2014.
De todas formas, lo que se puede esperar es que la defensa, tal como lo ha hecho a lo largo de varios años, continúe utilizando una serie de artimañas y retorciendo la ley para lograr sus objetivos. En este juicio histórico varios magistrados han lanzado una de cal y una de arena, y en este último caso, concederle el amparo a Ríos Montt era tan jalado, tan violatorio de la misma ley, tan impune, que no podían hacer otra cosa más que negarlo, pero hay que reconocerles que tuvieron el valor de hacerlo pese a las fuerzas más cavernarias que han estado presionando para sepultar los juicios históricos y paralizar el sistema de justicia.
Estaremos en espera de la reacción de los dinos y, ojalá, no la emprendan violentamente contra los magistrados de la CC.
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