No se habla de Día de la Hispanidad, sino de lucha permanente.
Les molesta que hablemos de resistencia de los pueblos ante los violentos desalojos de sus territorios y el despojo de los recursos naturales del país, pero como ya saben, esa lucha no es de hoy, sino de siempre, a pesar del intento de exterminio de pueblos enteros, por lo que no se habla del Día de la Hispanidad, sino de ese coraje manifiesto de lucha permanente de los pueblos originarios por sus derechos y que ha costado la vida de innumerables líderes comunitarios.
No hay nada qué celebrar, pues fue la imposición de la cruz y la espada a sangre y fuego, y la apropiación de las riquezas del país, tal como continúa sucediendo hoy, donde las armas se imponen a la voluntad de los pueblos que rechazan la explotación minera o la implantación de hidroeléctricas, sin ninguna consulta o beneficio para las comunidades, que solo van a padecer las enfermedades que provocan y verán secarse los ríos y morir los frondosos bosques, que no solo son parte del paisaje, sino de la vida misma de las comunidades.
Tal como lo señala la Red de Jóvenes de Huehuetenango, negándose al sometimiento y manifestando su permanente rebeldía: “Sabemos que siguen adueñándose de los territorios en nuestro país, como en el Polochic, en el centro, en el norte, en el occidente y recientemente en los pueblos de la región norte de Huehuetenango”. Y fijan con claridad su posición frente a las maniobras gubernamentales: “Que el Gobierno actual intente exigir que haya concordia entre pueblos, autoridades e inversionistas; es una falta de respeto hacia nuestra libertad y a nuestras decisiones; son actitudes autoritarias para gobernar sin tomar en cuenta las decisiones del oprimido; ante estas prácticas, solo queda un camino que retomar; el camino a la solidaridad y resistencia por la defensa de la vida y nuestro territorio”.
Como se trata que ellos expresen sus sentimientos, compartimos lo que dice la Central Indígena y Campesina de Occidente: “Nuestra lucha es por hacernos escuchar, ya que por 521 años nos han querido callar, pero hemos resistido por la lucha heredada de nuestros abuelos y abuelas, la energía de nuestra cosmovisión y con el abrigo de nuestra madre tierra; es por ello que, a pesar de que vivimos en un Estado colonizado, nos hemos organizado para luchar y decir no queremos seguir siendo una colonia ni española, ni norteamericana”.
Por ello, deben estar seguros quienes se han apropiado del país y quienes tienen en subasta el territorio, que la resistencia y la lucha no termina hasta que no se ponga fin a la injusticia histórica y se respeten los derechos de los pueblos.
http://www.elperiodico.com.gt/es/20131015/opinion/236135/
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