FRENTE POPULAR |
Inicia un año más de suplicio para el pueblo de Guatemala y, al mismo tiempo, un año de resistencia y esperanza.
Seguiremos viviendo, la explotación, opresión, miseria, racismo, hambre, saqueo y expolio de los recursos del Estado y los recursos naturales, violencia, delincuencia, la migración obligada, el tráfico de órganos y la trata de personas, males que el sistema capitalista reproduce, porque de esta manera garantiza la acumulación de capital (de riquezas) por parte de los capitalistas o burgueses, es decir, los dueños de las grandes empresas: mineras, hidroeléctricas, petroleras, ingenios y empresas de palma de aceite, fincas, bancos, grandes comercios, industrias, policías privadas, telecomunicaciones, canales de televisión, prensa escrita y radial, jefes de mafias, y políticos burgueses. Todos han seguido enriqueciéndose a costa de nuestro trabajo, de los salarios de hambre y de mantener en la miseria e ignorancia a las grandes mayorías.
En Guatemala siguen habiendo clases sociales y como se puede observar, nuestros intereses como clase trabajadora y los intereses de los capitalistas o burgueses, son radicalmente opuestos.
Esto explica la protesta y movilización que han levantado distintos sectores de la clase obrera y campesina, pueblos indígenas, organizaciones de mujeres, de estudiantes, de maestros, artistas e intelectuales comprometidos con su pueblo, en defensa de que sus derechos se hagan efectivos y porque saben que en este sistema sus intereses no cuentan.
Ello explica también, que ante la resistencia popular y de los pueblos indígenas, los burgueses o capitalistas, activan sus organizaciones empresariales (CACIF, Cámaras Empresariales, fundaciones, universidades, empresas de comunicación escrita, televisiva y radial) para criminalizar las luchas sociales y lanzan a sus serviles represores, policías privadas y grupos criminales, para amenazar, agredir y atentar contra la vida de seres humanos indignados.
Giran órdenes a su actual sirviente al frente del gobierno, el militar Otto Pérez Molina, y a quienes dirigen la Corte de Constitucionalidad, la Corte Suprema de Justicia y el Congreso de la República, para decretar e impulsar leyes, políticas y acciones para defender a sus intereses a toda costa y para mantenerse en la impunidad. Especialmente logran que el aparato de inteligencia, policial y abogados y jueces corruptos, se confabulen para perseguir y reprimir las luchas de nuestros pueblos y de nuestra clase social. Y como comparsa, los partidos políticos, cuyas campañas ilegales y sus negociaciones turbias, al servicio de los capitalistas, se confabulan para tratar de engatusarnos para que votemos por ellos en las elecciones de 2015.
A pesar de las intimidaciones, amenazas, despidos, atentados, encarcelamiento y asesinato de luchadores sociales, los pueblos de Guatemala, la clase trabajadora y campesina y los sectores populares, hemos mantenido una lucha de resistencia heroica contra la explotación y el despojo que impulsan los burgueses o capitalistas locales y extranjeros.
Pero esta lucha heroica necesita articularse, para pasar de la resistencia a una etapa de ofensiva, hacia la toma del poder del Estado, pues sólo desde ahí lograremos transformarlo en un Estado popular, verdaderamente democrático y al servicio de los intereses de la clase trabajadora y los pueblos indígenas, quienes somos las grandes mayorías. Sólo desde ahí lograremos impulsar un modelo económico, social y político al servicio de todas y todos y no solamente de la burguesía, de los capitalistas extranjeros y de los corruptos.
En esa dirección habrá que superar la fragmentación que nos generan las elecciones y los partidos políticos, los líderes acomodados y oportunistas y la acción colaboracionista y reproductora del sistema que con sus prácticas realizan los partidos que se dicen defensores de los intereses populares. Habrá que superar diferencias cuando estas resulten secundarias y anteponer lo que nos une como clase trabajadora, sectores populares y pueblos indígenas. Sólo así lograremos unir nuestras luchas compartidas y avivar la esperanza hacia la construcción de un país radicalmente diferente al que han construido los capitalistas locales y extranjeros.
Arduas tareas nos esperan y en esa disposición estamos como Frente Popular, de seguir luchando y aportando hacia la organización y articulación de las luchas de nuestra clase social, la clase trabajadora del campo y la ciudad, y de los pueblos indígenas, para recuperar el camino de la Revolución en Guatemala.
FRENTE POPULAR
Soberanía, Dignidad, Solidaridad
¡Vamos Patria, la lucha continúa!
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