jueves, 20 de febrero de 2014

Venezuela no es una Miss.


Todos los días mueren miles de personas alrededor del mundo, a causa de: trata  con fines de explotación sexual, tráfico de órganos, esclavitud, hambruna,  secuestros, tortura, sin embargo; estos decesos y atrocidades no son noticia mundial como sucedió con la  muerte de una Miss en Venezuela que, recibió un balazo en la cabeza mientras con su camisa blanca participaba en las manifestaciones que su misma ultraderecha convoca para  provocar a un pueblo que resiste al ataque del capitalismo. Su derecho a manifestar tiene,  la pérdida de una vida se lamenta  porque no se pelea contra la vida, se defiende el derecho de la soberanía para vivir con dignidad, por esa razón es que el pueblo rojo está en alerta, porque no permitirá que el embuste camisa blanca se apropie de la redención de una tierra honesta. Si en el camino caen camisas blancas  y corazones rojos pues es parte del precio. Ninguna manipulación los hará retroceder. 

Inmediatamente la imagen de la hoy difunta se regó como pólvora en medios de comunicación internacionales. “ Muere una Miss a causa de las violentas manifestaciones en Venezuela”, “Maduro es necesario que salga del poder”, “El pueblo de Venezuela pide la renuncia de Maduro”, “Sangre y muerte en Venezuela”, “No más comunismo ni dictadura en Venezuela” “Muere una Miss por defender su libertad”. Y así va el rosario de portadas en periódicos, revistas y medios de comunicación que solapan  y atizan la intención de la ultraderecha de enviar tropas estadounidenses a invadir Venezuela, hacer matazones, torturar, irrespetar los derechos humanos de un pueblo digno y robarle su libertad y apropiarse del petróleo.

Porque no vaya a creer usted que ellos han formado esta cadena de amarillismo internacional solo porque quieren ir a  poner una venta de arepas. En los consulados venezolanos en Estados Unidos no se hicieron esperar las manifestaciones de las camisas blancas que son; esas mujeres que salen de  Venezuela compradas por un gringo adinerado porque ellas aceptaron venderse para poder tener un nivel de vida digno de una camisa blanca: gimnasio todos los días para mantener la figura, parir con cesárea para que no echar a perder la única cualidad con la  que hacen felices a sus esposos,   viajes vacacionales al extranjero, compras en centros comerciales de renombre, carros de último modelo y mansiones en las afueras de la ciudad, todo el beneficio por el único esfuerzo de saber abrir bien las piernas y mantener la figura esbelta, el cerebro intacto y la conciencia desaparecida.

Ellos están en puñados en las afueras de los consulados pidiendo la renuncia de Maduro, ellos que nunca han caminado por un  sendero  de tierra porque salieron de sus  casas en suburbio directo a un avión para llegar a otra casa en suburbio en nación capitalista. Ellos piden la renuncia de la Revolución Bolivariana, fíjese pues,   solo eso les pide el cuerpo.

Ellos que nunca han ido a un barrio popular a ver cómo se levanta diariamente el pueblo honrado para transformar y edificar el valor de la Revolución. Ellas que todo lo han recibido en la palma de sus manos, sin esfuerzo alguno.  Ellas que jamás se atreverían a abordar un autobús en el centro de Caracas ni a asistir a una universidad autónoma, pero sí abren las piernas a quien las ha comprado con sus dólares. Que dejaron de hablar español para encajar en la soberbia de un sistema que condena pueblos en resistencia. Casualmente  la memoria les volvió y recordaron que eran venezolanas justo ahora que los camisas blancas quieren desteñir la roja sangre de la decencia ancestral.

Ahora resulta que artistas de pacotilla se unen al pueblo venezolano y salen en los medios de comunicación con banderas del país que parió a Chávez, ni más ni menos, pero la pregunta es, ¿qué pueblo? ¿Qué significa pueblo para ellos? Porque el pueblo real en Venezuela es rojo no camisa blanca, si están defendiendo la soberanía del pueblo deberían exigir a Estados Unidos que saque sus narices del petróleo venezolano y exigir a los medios de comunicación nacionales e internacionales que dejen de alterar imágenes  de las manifestaciones con el único motivo de proyectar  una información sesgada y falsa de la realidad que se está viviendo en el país de la Revolución Bolivariana. Pero pedir dignidad a quienes desde siempre han sido vendidos es gastar pólvora en sanates.


Fíjese pues que ahora del aire resulta que la gente sabe de política y ubica a Venezuela en el mapa y se indigna con la forma en que el pueblo es martirizado y esclavizado por un tirano llamado Maduro, como también lo fue por un tal Chávez que dicen que era sanguinario, porque tuvo los pantalones de mandar a comer mierda a cuanto gringo quiso apropiarse de la libertad de un pueblo que respira lucha. Vergüenza les debería de dar viviendo en países que sí están maneados bajo la tutela de presidentes genocidas, ¿Aló, Guatemala?  Y vende patrias, ¿Aló, México? Países que  invaden pueblos en desarrollo para robarles hasta las ilusiones, ¿Aló, Estados Unidos?, países que reprimen manifestaciones de personas que exigen el respeto a los derechos humanos de todo ser viviente, ¿Aló, España? Quieren liberar a Venezuela de manos de un tirano que  es rojo como la sangre y no blanco como el chilate, pero hincados y  a culumbrón viven dentro de sus propias cárceles que han escogido con su silencio, sumisión, apatía, conformismo, clasismo, racismo, o sea por favor: ¡no jodan!

Si quieren solucionar algo vean hacia sus propios países ahí dentro hay: feminicidio, misoginia, se está vendiendo la tierra, se autorizan hidroeléctricas que dejan a comunidades enteras en la miseria que de por sí están al olvido del gobierno y de la sociedad. Vean hacia los basureros urbanos donde viven niños y niñas que son violados sexualmente, secuestrados, asesinados.  Tenga los dos dedos de frente para siquiera pensar en la corrupción, soborno y cuanta alimaña realizan gobernantes y gabinetes de estafadores que osan hacer micos y pericos con los impuestos de la población. Con esto le quiero decir que trabajo sí hay, como para que usted lo deje de lado y ande con su doble moral llevándosela de conocedor de la dignidad y política extranjero.  Pobrecita Venezuela con ese presidente, já, ¡pobrecito su país que carece de un presidente rojo!

Lanzan piedras y esconden la mano, típico de los coyoles aguados y de las mustias expertas en abrir las piernas a cambio de unos dólares que dicho sea de paso se los entregan hechos un rollito.
Venezuela no es una Miss, es un pueblo milenario, ancestral, que ha peleado dignamente por su soberanía del cual deberíamos tomar ejemplo y armarnos de valor y no andarnos por las ramas camuflajeando con revoluciones burguesas de medios pasos y fotos por aquí y traiciones por allá.

Quien no alce la voz por la  Venezuela: real, digna, honesta, valiente, soberana y por el contrario defiende: la imposición, traición, asalto,  alevosía y ventaja de una ultraderecha vendida a la conspiración del capitalismo yankee,  y aunque tenga todo el  derecho de su libre albedrío  sepa que  si con esto usted en lugar de liberar  oprime , déjeme decirle con todo mi amor profundo que: usted es ¡un y una come mierda!

 Como información general: el 19 de febrero de 1953 nace en La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina,  Cristina Fernández que para nada es una Miss, es una Mujerona del Sur, una  ¡Belleza que Enamora!

Ilka Oliva Corado.
Febrero 20 de 2014.

Estados Unidos.

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