domingo, 2 de marzo de 2014

Ideología independiente.


Para pertenecer a este grupo de traidores y traidoras solo es suficiente un requisito: no tener sangre en las venas y tener la habilidad de malabarista.
Esa vaina de apolíticos es otra ronda de cerveza doble con sabor a cuña del mismo palo a las tres de la madrugada en baile de fiesta de glamour con ropa alquilada. Brindis por aquí, brindis por allá y chinchilete que yo soy de derecha pero bajita la mano.
Las personas que recitan ser de ideología independiente o apolíticas, las que se dicen ser de centro -¿centro qué?- están más descoloridas que coloreadas porque no tienen la capacidad con su doble moral de decir que son de derecha y porque les hacen falta años luz para tener el valor que se requiere para ser de izquierda: identidad, dignidad, lealtad, honestidad y honra. Decir que se tiene una ideología independiente o que se es apolítico es decir en otras palabras que es de derecha y que con su doble moral y su silencio está solapando la maniobra mecánica de la exclusión, racismo, opresión, apatía e inequidad.
Estos especímenes coquetean de vez en cuando con la honestidad, la utilizan dependiendo el juego, la hora, el día y la ocasión. La han estudiado, investigado y de memoria se la saben, conocen sus puntos débiles y es ahí donde se agencian de sus beneficios. Es solo estratégicamente. Tres golpes de pecho cuando se necesita actuar como cachurecas y derramar lágrimas de cocodrilo. Lograr el objetivo. Excelente actuación.
Pregonan ser intelectuales; muchas de estas personas quieren dejar en claro que no son plebe ni chusma, muchos menos patas rajadas, no ellas no son del montón; ellas dicen tener un grado honorario en cuestiones de masa gris, hablan más de un idioma, -la mayoría- y los títulos y pergaminos son sus cartas de presentación. Hablan de sus vacaciones al extranjero o se las inventan.
Las hay en todas las profesiones, edades, religiones, no conocen de oficios, de hecho desestiman la inteligencia de quien labora en oficios y de quien siembra la tierra.
Hay quienes pertenecen a la clase media alta y algunas arañan la burguesía. Digo arañan porque las personas burguesas no escatiman en confirmar que son camisas blancas. Las que arañan solo arañan…, carecen de valor para aceptar públicamente que son clasistas y racistas entre otras gracias, (untadas otras teorías “liberales”). Viven maquillándose todo el tiempo, jamás dejan ver lo que hay debajo de la capa del doble juego. También brindan en buenos chupes con revolucionarias burguesas cenas y vino con las camisas blancas. Jamás bajarán al suelo raso, para eso tienen los contactos.
También las hay clase medieras –que les dicen- que intentan arañar la clase alta y sueñan con la burguesía pero las uñas no tienen filo para rasguñar ni el culo del guindo de la clase alta contimás llegar a ser almidón de camisas blancas mandadas a traer desde el extranjero.
Las clase medieras ya tienen un precio fijo y su trabajo es trancear, todo con tal de llegar a ser de clase alta y tener los beneficios que otorga la apatía y la inequidad. Vea usted que hay tantos ejemplares dignos de exhibición: guardan silencio cuando la causa es justa. Esconden el rostro cuando hay que denunciar. Fingen no ver lo obvio. Juegan a desempolvar lo que ya está limpio. Labor de hormiga cuando se trata de andamiaje.
Se menean en las aguas turbias y tienen contactos que bajan a la alcantarilla, se quedan en un escondite secreto esperando noticias, luego salen a la luz pública con el garbo que da la traición. Son gurús en el arte de la obediencia, pasan recibiendo órdenes que cumplen a cabalidad, son astutas para desestabilizar y organizar revueltas. Jamás se ensucian las manos ni dejan huellas públicamente. Es decir que hasta el discurso es milimétricamente estudiado. En la oratoria son el chompipe de la fiesta.
Las personas de ideología independiente o apolíticas son la mera tos para orquestar traiciones, su precio no es alto: con una columna en un diario o revista de dudoso prestigio se conforman, con exposiciones en galerías de alcurnia o de media talla, con un puesto laboral donde se les llame por la etiqueta del título y además puedan bajita la mano robar más de cinco sueldos al mes y si hay postre con mucho gusto, ahí está el costal, échelo ahí mire.
Jamás bajo ninguna circunstancia dejarán de apoyar con su silencio, doble moral, y doble juego; el ataque de la opresión porque revelarse con dignidad y solidaridad para defender lo que es justo, pondría en juego la burbuja de comodidad en donde viven.
Ninguna persona que ose de proclamarse de ideología independiente, apolítica o de centro, -¿centro qué?- jamás le pondrá el pecho y el corazón, mucho menos el sentimiento a lo que es digno y a lo que llora sangre. Jamás alzarán la voz por la venta de tierras, por las minerías, por las desestabilizaciones organizadas en el extranjero para apoderarse de pueblos soberanos, jamás denunciarán el genocidio, ni se atreverán a ver a los ojos al campesino que siembra la tierra ni a la mujer que trabaja en maquiladora. Nunca podrán sentir en el corazón la opresión que vive la clase proletaria, porque ellas con su doble moral, su silencio y sus discursos estudiados lo que hacen es ayudar a que el opresor siga golpeando, asaltando y transgrediendo. Jamás dejarán el beneficio que reciben al pertenecer al grupo de las apolíticas…
Estas personas pueden vivir en el extranjero o en el país de origen, desde ambos flancos atacan silenciosamente.
Mientras el país es golpeado, violentado, saqueado, por traidores ellas reciben beneficio de la traición. Guardan silencio mientras disfrutan del espectáculo, y no es porque en boca cerrada no entran moscas, sino porque la estrategia de mantener la boca cerrada las beneficia de los saqueos.
Ahora bien muchas de estas personas que niegan lo innegable y que dicen desconocer, que por eso no emiten opinión saben muy bien que con su silencio están solapando. No hay peor traición que la de solapar. Así que hay que estar en alerta porque hay de silencios a silencios, los honestos, los estratégicos, las osados y los aventajados, los manipulados. Cuidado con quienes guardan silencio, cuidado con quienes dicen ser de ideología independiente o apolíticos que no es más que sinónimo de ser de derecha: camisas blancas, opresores, racistas, clasistas, desertores, vende patrias.
Y guardar silencio en la tala desmedida de árboles, la caza ilegal de animales, en casos de hambruna, niños y niñas que viven en las calles, vertederos de basura donde secuestran niñas para fines de explotación sexual, feminicidios, remesas legales de manos indocumentadas, venta de tierras, consentimiento de minerías, privatizar lo que es público, reprimir el derecho de expresión, asesinato de periodistas, hambruna, miseria, desalojo de tierras, compra venta de plazas públicas, abuso de autoridad, leyes amañadas, negar el genocidio, propagandas manoseadas, todo esto es político, así que no manifestarse por los derechos humanos, los derechos de tierra, la locomoción libre de todo ser humano, mantener la soberanía de los pueblos, denunciar la injusticia, solo indica que quien guarda silencio, dice ser de ideología independiente y de centro o apolítico está del lado del opresor: derecha; camisa blanca. Comodidad, avaricia, aprovechamiento, descaro, deslealtad. ¿Usted es de izquierda o de derecha? Solo hay de dos sabores.
Ser de izquierda es ser de izquierda, ni bajita la mano ni de varios colores: es honrar el color de la sangre derramada, ver de frente, poner el pecho y luchar por la justicia y la soberanía: ni más ni menos que por la equidad en todo el sentido de la palabra.
Ahora bien quien dice ser de izquierda y traiciona, aguas porque no era de izquierda era una persona de ideología independiente, apolítica, centro o derecha. De esas que abundan. Pero como aquí yo no pretendo privar de sus derechos a nadie, cada quien sabe si en las venas tiene chilate o sangre.
Ilka Oliva Corado.
Marzo 02 de 2014.
Estados Unidos.

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