Miles de mujeres guatemaltecas, en su mayoría indígenas, fueron un
"botín de guerra" durante el pasado conflicto armado (1960-1996) al
ser violadas y utilizadas como esclavas, manifestaron hoy investigadoras
sociales.
Guatemala,
24 abr (EFE).- Miles de mujeres guatemaltecas, en su mayoría indígenas, fueron
un "botín de guerra" durante el pasado conflicto armado (1960-1996)
al ser violadas y utilizadas como esclavas, manifestaron hoy investigadoras
sociales.
La experta
de Estudios Comparados de Acción Psicosocial (Ecap) que atiende a víctimas de
la guerra, Paula Martínez, sostuvo durante un conversatorio que "la
violencia sexual fue una práctica generalizada de los agentes del Estado"
y que los casos se mantienen en la impunidad.
"Mujeres
y niñas, en su mayoría indígenas, fueron las principales víctimas de las
violaciones, sus cuerpos eran vistos como propiedad del enemigo, lo cual causó
efectos colectivos", dijo.
Según
Martínez, esas prácticas fueron comunes entre 1980-1983, durante los gobiernos
militares de Fernando Romero Lucas García (ya fallecido) y José Efraín Ríos
Montt.
Aunque no
existen estadísticas de las mujeres que sufrieron vejámenes por parte de
militares, se calcula que fueron cientos de miles, de acuerdo con las
investigadoras.
En opinión
de Martínez, lo "mas difícil" para las mujeres es "superar la
culpa y el estrés postraumático que les causó la violación sexual. Muchas no
quisieron regresar a sus comunidades por el estigma y algunas intentaron
suicidarse", expresó.
Mientras, la
experta de la asociación Centro de Análisis Forense y Ciencias Aplicadas
(Cafca), Argelia Soto, afirmó que el conflicto armado "dejo lacerado el
tejido social en Guatemala".
"El
ejército cometió violaciones sexuales para tener el control pero no existen
registros de las mujeres víctimas ni de las viudas o huérfanas porque muchas se
fueron a las montañas donde no recibieron atención médica", comentó
durante el foro.
Soto aseguró
que la mayoría de casos no han sido atendidos y se mantienen en la impunidad.
La
investigadora Carmen Álvarez coincidió en que muchas mujeres murieron en las
montañas luego de sufrir violaciones "con impunidad y violencia, lo cual
llevó a la desintegración familiar".
Los
testimonios desgarradores de mujeres que fueron violadas por los soldados
durante la guerra están plasmados en el informe Memorias del Silencio de la
Comisión del Esclarecimiento Histórico (CEH) presentado en 1999, dos años
después de que acabo el conflicto armado interno.
El
conversatorio fue organizado por la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado
(Odha), como parte de la conmemoración del 16 aniversario del asesinato del
obispo auxiliar de Guatemala, monseñor Juan Gerardi.
El religioso
fue asesinado el 26 de abril de 1998, 54 horas después de hacer público el
informe interdiocesano de la Recuperación de la Memoria Histórica (Remhi),
Guatemala Nunca Más.
En ese
informe se documentaron más de 50.000 casos de violaciones a los derechos
humanos durante la guerra y la mayoría se le atribuyeron al ejército.
Por el
crimen de Gerardi fueron condenados a 20 años de prisión en junio de 2001 el
coronel retirado Byron Disrael Lima Estrada, su hijo el capitán Byron Lima
Oliva y el sacerdote Mario Orantes.
Lima Estrada
y Orantes ya recuperaron su libertad al cumplir la mitad de la condena,
mientras que el capitán sigue en prisión debido a mala conducta.
El conflicto bélico, que acabó en diciembre de 1996 con la
firma de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno y la guerrilla, dejó más de
250.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos, según la CEH. EFE
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