Este 28 de septiembre celebramos el 65 aniversario del partido de los comunistas en Guatemala: el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT). Son 65 años de historia, de luchas, de resistencias y de aportes en el camino que busca construir un país sin exclusiones y sin discriminación, un Estado plurinacional en el que se respeten y ejerzan plenamente los derechos de los pueblos indígenas, de las mujeres, de los jóvenes, de las clases y sectores históricamente marginados y excluidos. Un Estado plurinacional en el que los pueblos que lo conforman ejerzan plenamente su derecho a la autodeterminación, en el contexto de la unidad en la diversidad pluricultural.
Sabemos que nuestra historia se remonta a 1920, cuando los primeros comunistas guatemaltecos dieron sus iniciales batallas históricas, siendo parte activa y fundamental en la heroica lucha de trabajadores, estudiantes, profesionales y otros sectores de la población contra la dictadura de Estrada Cabrera y en 1922 fundaron el primer Partido Comunista de Guatemala. Posteriormente, en los primeros dos años de la década de 1930, nuestros heroicos compañeros lucharon contra la sanguinaria dictadura de Jorge Ubico.
Históricos fueron, también, nuestros aportes en la consolidación de la década revolucionaria y, en especial, durante el gobierno del Presidente Jacobo Árbenz Guzmán. Heroicas e históricas han sido nuestra lucha y resistencia libradas frente a la invasión estadounidense de 1954 que, a través de un ejército de mercenarios y con el apoyo de la jerarquía católica de ese entonces, derrocó la primavera revolucionaria, reinstaurando los regímenes dictatoriales y de terror encabezados por la cúpula militar, al servicio de los intereses de la clase dominante y de los Estados Unidos.
Históricas y heroicas fueron, entonces, las luchas que encabezamos para devolver al país al rumbo democrático arrebatado en 1954. Ante la imposibilidad de esto por formas legales y pacíficas, digno e inevitable fue nuestro viraje hacia la lucha armada, incluso en oposición a la tendencia hegemónica prevaleciente en el movimiento comunista internacional en esos años. Las jornadas de marzo y abril de 1962, nuestra inserción en la lucha guerrillera en la década de 1960, la lucha contra golpes de estado y estados de sitio, las manifestaciones populares contra el militarismo, las jornadas de 1974 al consumarse el fraude electoral contra la Frente Nacional de Oposición, el fortalecimiento del auge de la lucha de masas y las jornadas de octubre de 1978, son sólo algunas de las gestas de la segunda mitad del siglo XX, que llevan la impronta de los comunistas guatemaltecos y de nuestro Partido.
Han transcurrido 70 años desde que, un 20 de octubre de 1944, las movilizaciones populares lograron poner fin a la dictadura de Jorge Ubico e inauguraron la década más gloriosa en las gestas de nuestro pueblo. En contraste, este proceso fue violentamente interrumpido por la intervención estadounidense a través de un movimiento contrarrevolucionario, hace justamente 60 años.
Hoy, exactamente hace 42 años nuestro Partido sufrió el golpe más duro en toda su historia, al producirse la captura y posterior asesinato y desaparición, de nuestro querido y recordado Secretario General Bernardo Alvarado Monzón, y parte de la dirección histórica de nuestro partido, entre ellos: Mario Silva Jonama, Secretario del Comité Central; Carlos René Valle y Valle, Carlos Alvarado Jerez, Hugo Barrios Klee y Miguel Angel Hernández, miembros del Comité Central; Fantina Rodríguez viuda de de León, militante del Partido y la trabajadora doméstica Natividad Franco Santos. A este golpe, vendría a sumarse hace cerca de 40 años, el 21 de diciembre de 1974, el asesinato de Huberto Alvarado, para entonces Secretario General del Comité Central de nuestro Partido.
En este contexto, no podríamos dejar de recordar el asesinato, secuestro y desaparición de cientos de militantes de nuestro partido, de otras organizaciones revolucionarias y de activistas sociales, que constituyen la lista sin fin de mártires de nuestro pueblo. Hoy, ante su memoria, no dudamos reafirmar nuestro compromiso de seguir luchando, dentro de nuestras circunstancias, por el triunfo de la revolución y la construcción del socialismo en nuestro país.
Estamos conscientes de la necesidad que la revolución guatemalteca cuente con un partido que, basado en el marxismo como método y guía de su acción, contribuya al fortalecimiento de la unidad en la diversidad de formas de organización y de lucha, que están adoptando las clases y sectores marginados de nuestro pueblo, sin pretensiones vanguardistas, aunque firmes en la necesidad de recuperar la coherencia, la honestidad y el compromiso revolucionario. Todo ello en función del triunfo de una auténtica revolución. Es decir, una que responda a nuestra realidad y momento histórico, a las nuevas condiciones económicas, políticas y sociales de nuestro tiempo, es decir, necesariamente popular, democrática e incluyente, antipatriarcal, antirracista, antioligárquica, antineoliberal, anticapitalista y antiimperialista.
Hoy, al celebrar el 65 aniversario del surgimiento público de nuestro Partido en su segunda época, celebramos también los 92 años de la lucha comunista en Guatemala.
En este 65 aniversario reafirmamos que el movimiento comunista y la lucha por el socialismo en nuestro país sigue vigente; reafirmamos que el Partido Guatemalteco del Trabajo está llamado a ser parte de las luchas del pueblo, de mujeres y hombres, de la juventud y la niñez, de los pueblos y nacionalidades que conforman nuestro país; y reiteramos –en memoria de nuestros héroes y mártires- nuestro compromiso de lucha para construir una sociedad justa, incluyente y sin discriminación; una sociedad en la que toda la población viva en condiciones de dignidad y absoluto bienestar.
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