De acuerdo a los pasos de animal grande que han estado dando contra todo los movimientos sociales de protesta, en el futuro cercano, los institutos de educación media e incluso escuelas primarias podrían ser militarizadas, pues para ellos, los del gobierno, y por supuesto para los del ejército, que no son “políticos ni deliberantes, sino obedientes” las críticas, los señalamientos, las fiscalizaciones, las peticiones, las protestas o exigencias, son cosas que no deben darse en estos tiempos en que todos debemos guardar un silencio total y aceptar el poder absoluto del que quieren gozar y que, según ellos, el pueblo les dio.
Lo anterior viene a colación por la campaña emprendida por el ejército sobre valores y liderazgo, que quién sabe quién tuvo la genial idea de que oficiales armados, con cara de no buenos amigos, lleguen a los institutos, entren a las clases y se conviertan en “catedráticos” y empiecen a hablar de valores, de “sus valores” a alumnos y alumnas casi niños, que entre risa y risitas solapadas, les tienen que escuchar.
Ya no bastan los discursos, los regaños por radio y televisión, ahora hay que llegar a las aulas con el visto bueno de directores o directoras que “solo están cumpliendo órdenes” y que dicen no les queda más que abrirles las puertas, pues atrás y adelante van los fusiles. Indudablemente algunos mentores lo hacen con gusto y placer, pues de plano el militarito lo llevan dentro desde hace mucho tiempo, o son quienes se sienten agradecidos con el ejército porque, según ellos, “salvaron a Guatemala del comunismo” y poco les importa el reguero de sangre que dejaron en el camino y el retroceso bestial que Guatemala ha tenido desde 1954.
La presencia de militares en aulas de los institutos Belén, Inca y Aqueche, debe ser motivo de un fuerte rechazo y protesta concertada de estudiantes y catedráticos, pues la defensa de la dignidad y de la libertad de cátedra se impone, cuando vemos precipitadamente la vuelta al ubiquismo, que no solo militarizó institutos, sino que a sangre y fuego silenció cualquier tipo de protesta estudiantil. Según se sabe, en algunos establecimientos de los departamentos, ya la presencia de oficiales del ejército se ha dejado sentir, pues no se trata solo de meter ideas contrarias a la memoria histórica, sino de intimidar, de hacerles saber con sus discursos y su presencia con armas, que están vigilantes, que los estudiantes deben ser obedientes, deponer su rebeldía y no meterse en política. Por supuesto, se trata de disuadir cualquier forma de organización y protesta. Ojalá y abramos los ojos y rechacemos que se intente una vuelta a ese pasado tormentoso que ya vivió el estudiantado.
http://www.elperiodico.com.gt/es/20141002/opinion/2693/Militarizarán-institutos.htm
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