Tiempo es ya que los gobernantes entiendan que la libre emisión del pensamiento, es parte fundamental de un Estado democrático y que, el libre ejercicio de la profesión del periodismo, es una muestra de ello. Si a nosotros nos callan, callarán al pueblo que no tiene los medios para decir lo que sucede en este bello y horrendo país.
Por qué insisten en decirnos: Cállense, no digan nada, no
critiquen, no denuncien, no escriban babosadas que lleguen al hígado de
funcionarios. ¿Para qué se meten en lo que no les importa?, ¿por qué andan
husmeando en todas partes?, ¿por qué disparan sus cámaras contra los
funcionarios? Pero por suerte hay muchos periodistas que son y seguirán siendo
necios, tercos, intrépidos, arriesgados, aunque digan que a las autoridades no
se les toca ni con el pétalo de una rosa, mucho menos con una cuartilla que
describa sus fechorías o desplantes.
Estos hechos nos llaman a cerrar filas, a no ser
indiferentes, a denunciar las amenazas por simples que parezcan, y a exigir que
se proteja a los periodistas de los departamentos y municipios que están en
total desprotección. Tiempo es ya que los gobernantes entiendan que la libre
emisión del pensamiento, es parte fundamental de un Estado democrático y que,
el libre ejercicio de la profesión del periodismo, es una muestra de ello. Si a
nosotros nos callan, callarán al pueblo que no tiene los medios para decir lo
que sucede en este bello y horrendo país.
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