MIGUEL ANGEL ALBIZURES
Espacios de recreación deportiva se cuentan con los dedos en Guatemala, y muchos de ellos están en condiciones desastrosas.
Dicen que somos un país surrealista y aunque nos encabronemos, creo que tienen razón quienes así lo afirman, pues los personajes políticos de este país hacen cada barrabasada que nos hacen pasar del enojo, a la risa, a la carcajada, al comentario popular y al chiste, que invade las redes sociales y va de boca en boca cruzando las chozas y las mansiones. A unos nos hace mover la cabeza desaprobando lo que dicen y hacen, y ellos siguen como si nada. Por sacar la pata, la hunden y provocan otra ola de comentarios.Quitar un polideportivo para construir una cárcel, es invitar a los patojos que hoy gastan sus energías sanamente, a que busquen otros quehaceres para llegar a ocupar un lugar en la futura cárcel. Mañana escucharemos en las noticias que esa cárcel no da para todos los delincuentes y que harán otra en el campo Marte o en el parque La Democracia, ocupando el Polideportivo Erick Barrondo. Con el tipo de funcionarios que tenemos, cualquier cosa puede suceder, pues así son las cosas aquí, en este país donde los gobernantes hacen competencia y echan apuestas para aparecer, ridículamente mencionados en los medios.
Eso sí, la violencia contra quienes ejercen su derecho de oposición a esa medida descabellada, no se hizo esperar y el Ministro de Gobernación, parado en sus cuatro, dice que el proyecto sigue y que es una función del Estado hacer uso de la violencia. Por eso las piedras llovieron y las bombas lacrimógenas también. Para los revoltosos, así llamaron algunos medios a los hombres, mujeres y niños que se manifestaron y se enfrentaron a los antimotines, para exigir que se respete el espacio deportivo que es de suma importancia para ellos y defendieron, y de plano seguirán defendiendo, su derecho a la recreación.
Espacios de recreación deportiva se cuentan con los dedos en Guatemala, y muchos de ellos están en condiciones desastrosas. Entendemos que los hijos de los funcionarios no viven en una de esas colonias, y menos en Villa Nueva en donde la alternativa que le queda a la juventud es integrarse a las pandillas. Las madres o hermanas que vimos en la protesta, saben lo que representa ese espacio y por eso soportaron la embestida policial, porque prefieren a sus hijos o hermanos jugando pelota, y no extorsionando gente o refundidos en la cárcel. Revisen los terrenos que tiene el Ejército en la capital y en los departamentos y se darán cuenta que terrenos para cárceles existen y son del Estado y no propiedad privada del Ejército.
Si no se dialoga con las comunidades afectadas, y si no se intenta consensuar con los posibles afectados, explicándoles las razones, cuando las hay, se continuarán produciendo enfrentamientos como el de Villa Nueva. La presencia del Pelotón Antimotines en cualquier lugar es repulsiva y más aún cuando se quiere convertir un área recreativa en cárcel. La razón asiste a quienes se oponen a tan descabellado proyecto.
http://elperiodico.com.gt/2016/10/13/opinion/polideportivo-o-carcel/
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