A esa edad, sabía por lo menos qué era ser un comandante guerrillero.
Eran horas de la madrugada, de un aciago día 2 de octubre, un estruendo inusual se escuchó en la casona de las casuarinas de mis padres. Ya teníamos cinco años de vivir en las inmediaciones del kilómetro once, que quedaba a los pies de la garita de la Policía Nacional, sobre una angosta carretera Roosevelt; de apenas dos carriles, poco transitada por los contados automóviles y vehículos que la circulaban. Según mi abuelo materno, vivíamos en Mixco. Yo tenía diez años y ahora peino sesenta. Para los patojos y patojas de hoy, la intersección de la Calzada Roosevelt con el puente del Anillo Periférico, en la zona 7 capitalina; es a la que me refiero. Al poco tiempo comenzaron a sonar las sirenas de los bomberos y de las ambulancias. De eso ya pasaron cincuenta años.
En las ondas irregulares de la radio, en torno de las cinco de la mañana, comenzaron a difundir la noticia: Había muerto en un accidente automovilístico, el comandante guerrillero, Luis Turcios Lima. A esa edad, sabía por lo menos qué era ser un comandante guerrillero y por las noticias deEl Imparcial y La Hora, que mi viejo religiosamente compraba, supe también de Turcios Lima. Hoy, sé algunos otros datos de la vida de este militar digno. A los quince años de edad, ingresó Turcios Lima a la Escuela Politécnica. Le tocan los nefastos años de la liberación nacional de Castillo Armas, militar traidor a la patria guatemalteca contratado por la CIA y el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América para derrocar al presidente constitucionalmente electo de Guatemala, Coronel Jacobo Árbenz Guzmán. Todo lo anterior consta en los documentos desclasificados por los gringos mismos. Se gradúa como Teniente Segundo y es seleccionado por el alto mando del Ejército de Guatemala para asistir a los entrenamientos de comando en el Fuerte Benning, en Georgia, Estados Unidos de América. Como se sabe, el gobierno norteamericano fundó, instaló y desarrolló la Escuela de las Américas, para entrenar en técnicas contra guerrilleras a los jóvenes oficiales de los ejércitos latinoamericanos.
Sucede el gran acontecimiento de la Revolución Cubana, en 1959 y en nuestro país el desgobierno de un gobierno, para variar corrupto, liderado por el viejo general ubiquista, Miguel Ramón Ydígoras Fuentes, quien decide apoyar la invasión de Bahía de Cochinos, para lo cual se presta la finca Helvetia, del empresario Roberto Alejos Arzú, en Retalhuleu para la construcción de una base aérea, cuya pista de aterrizaje fuera construida por la Thompson and Corwell –hoy el aeropuerto de Retalhuleu. Por esta y otras razones, como la corrupción generalizada y el malestar al interior del Ejército de Guatemala, se da el levantamiento del 13 de noviembre de 1960, entre los que figuran, además, de Turcios Lima, el comandante Marco Antonio el Chino Yon Sosa, Luis Trejo Esquivel, y otros militares que fracasan en dar un golpe de Estado. Posteriormente a ello, algunos de los derrotados no se rinden y fundan el Movimiento Revolucionario 13 de noviembre MR-13; en el que convergen jóvenes militares con jóvenes civiles dispuestos a terminar con los oprobiosos gobiernos e impulsar la lucha revolucionaria, interrumpida en 1954. Se dan cuentan que deben trascender las intenciones golpistas y se proponen transformaciones profundas en el país, sabiendo que los poderes fácticos instalados continuarían cerrando los espacios de participación política.
Continuará…
http://elperiodico.com.gt/2016/10/01/opinion/luis-augusto-turcios-lima-1941-1966/
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