Reunidas en los días Kablajuj Iq’ y Oxlajuj Ak’abal, mujeres diversas, Xinkas, Chortís, Mam, K’iches, Kaqchiqueles, Poqomchis, Q’eqchi, Tzutujiles, mestizas; de diversas luchas y resistencias comunitarias contra la minería, hidroeléctricas y monocultivos; y mujeres de organizaciones feministas, estudiantiles, de lesbianas, comunicadoras, pobladoras, campesinas, defensoras de derechos humanos, comadronas, rurales, sindicales; juntamos nuestras cosmovisiones, saberes, sueños y miradas, para reconocer y retroalimentar nuestros objetivos y caminos comunes, recuperando nuestra memoria y la de nuestras ancestras y ancestros hacia el Utz Kaslemal.
A las mujeres de todos los territorios y organizaciones con las que hemos construido complicidad en la lucha contra el patriarcado colonial neoliberal, les compartimos que en este encuentro hemos reafirmado seguir en la lucha por erradicar las múltiples formas de violencia que el sistema utiliza para mantener a la población sumida en sus lógicas de dominio y exclusión. Constatamos que solo las alianzas entre nosotras, el acuerpamiento amoroso y el debate profundo y transparente sobre el sentido vital de nuestras apuestas políticas de largo plazo, posibilitarán que la disputa de poder que hacemos, logre acumular fuerza política y concretar prácticas de cuidado de vida que ya realizamos.
Este encuentro puso de manifiesto que las participantes estamos en una práctica antisistémica nutrida en la cotidianidad, que está implicando retos en el desmontaje de pensamientos, deseos, sentimientos, prácticas y acciones en la relación con nosotras mismas, con los elementos de la naturaleza y con los aliados en este andar. Ratificamos la necesidad de mantener nuestros espacios seguros, para socializar nuestras preguntas, hallazgos, propuestas, miradas, caminos, logros y dificultades desde la pluralidad de mujeres que somos. Esto conlleva la descolonización de nuestros cuerpos, deseos y relaciones, lo que implica asumir que la ladinidad ha otorgado prerrogativas para mantener el engranaje de dominio sobre los pueblos originarios, colocando el modelo de blanquitud como la aspiración de lo guatemalteco deseable.
La mercantilización y el consumo desmedido, fortalecido por el adormecimiento social generado por los fundamentalismos religiosos, políticos y económicos, nos están colocando en el límite más peligroso de la indiferencia social, lo cual hace que mucha población pase desapercibida de los efectos nefastos que este sistema tiene para la vida de las generaciones presentes y futuras.
Llamamos a Impulsar acciones contundentes que disputen cualitativa y cuantitativamente el sentido de este sistema de muerte. Necesitamos definir un camino común para frenar la persecución de quiénes en defensa de la vida se oponen a un proyecto de muerte sustentado en el despojo y expolio de la naturaleza. Por ello, repudiamos los despojos y desalojos que cuentan con la complicidad del Estado, y nos solidarizamos con las mujeres de las comunidades expulsadas de los territorios ancestrales de sus pueblos, así como con todas las luchas del Abya Yala.
A los hombres de los movimientos y plataformas sociales en donde hay participación mixta, hoy hacemos el llamado a transitar de la lógica hegemónica de accionar en los marcos de lo permitido y heteronormado, hacia la construcción de caminos arraigados al cuidado equitativo de la vida, armonizado con los otros elementos de la naturaleza y con el cosmos. A erradicar las prácticas de permitir con silencio cómplice o de la comisión de actos de violencia política, sexual, simbólica y epistémica contra nosotras, sus aliadas en esta lucha por desestructurar un sistema de dominio que nos oprime a todas y todos.
La acumulación de fuerza política pasa porque las organizaciones y movimientos sociales que impulsan la constitución de un nuevo Estado y de una Asamblea Plurinacional y Popular, muestren voluntad política para dialogar, articular propuestas tanto a nivel territorial como nacional e incorporar los elementos que garanticen la NO refundación del patriarcado colonial y neoliberal en sus ejes constitutivos.
Llamamos a articularnos alrededor de la construcción de Estados laicos, cuerpos y sexualidades libres, soberanía alimentaria, distribución equitativa de los bienes, y del trabajo de cuidado, de la lucha contra la violencia y defensa de los múltiples territorios en disputa y construcción.
Por el Buen Vivir de todas y todos
Las mujeres de todos los pueblos decimos ¡Presentes!
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