jueves, 15 de octubre de 2020

GUATEMALA: HACE FALTA OTRO 20 DE OCTUBRE


Ya es tiempo de iniciar un nuevo proceso.

Por: Miguel Ángel Albizures

El próximo martes conmemoramos el setenta y seis aniversario de la Revolución de Octubre de 1944, la cual dio inicio a un período de reformas e importantes avances democráticos en el país, lamentablemente, después de tantos años continuamos padeciendo el mismo sistema injusto que precedió a la Revolución, quizás aún peor, pues a la injusticia hay que añadirle la corrupción y la apatía del pueblo, ya cansado de que los gobiernos solo gobiernen para los de siempre, sin permitir que el país avance en su desarrollo democrático y plural. Por eso, es tiempo de una nueva revolución, de un hasta aquí de todo lo que está pasando en el país y que nos hace retroceder a épocas dictatoriales, cuando los militares y el poder económico hacían lo que les venía en gana.

Han transcurrido largos setenta y seis años de la odisea de 1944, cuando el pueblo empezó las protestas para retomar su propio destino y llevar al poder a estadistas que garantizaran sus derechos. Los maestros y maestras, que hoy guardan silencio olvidándose del sacrificio de María Chinchilla, empezaron a salir a las calles e hicieron tomar conciencia al pueblo de los derechos negados, a lo largo de catorce años, bajo la dictadura ubiquista.


Desgraciadamente esos espacios democráticos y esos programas de gobierno, que fueron ejemplo para los pueblos de América Latina, los derrumbó el imperio y los sectores más atrasados del país, diez años después, cuando se iniciaba la reforma agraria que benefició al campesinado guatemalteco.

Al volver la vista atrás, vemos el tipo de gobiernos que hemos sufrido como pueblo desde 1954, cuando se dio la Contrarrevolución, y el atraso que eso ha representado para Guatemala, pues hasta los gobiernos civiles se han calzado las botas y se han puesto el birrete para cuadrarse antes los poderes fácticos, y hacer de los recursos del Estado el botín de civiles y militares que han detentado el poder. Por ello no debe extrañarnos  lo que actualmente sucede en las altas esferas, pues son los mismos quienes siguen gobernando para beneficio propio, olvidándose de las necesidades del pueblo.

Ya es tiempo de iniciar un nuevo proceso, levantando las banderas ante el Congreso, donde los diputados, con raras excepciones, han convertido el recinto parlamentario en el antro donde se maquilan los decretos que benefician a la élite y afectan los derechos inalienables del pueblo. Es ahí donde se atrasa intencionalmente la elección de las Cortes, esperando el momento en que puedan seleccionar Magistrados y Jueces al servicio incondicional de las mafias. Pero esas banderas deben levantarse también  frente a las oficinas del Ministerio Público,  donde la Fiscal General  la emprende contra una de las fiscalías con más credibilidad en el país, pues temen que muchos otros, incluyendo los actuales funcionarios de los tres poderes del Estado, paren en la cárcel y entreguen cuentas al pueblo de lo que han hecho con los sus recursos, pues incluso, en medio de la crisis se han gastado millones en equipo para disolver “disturbios” por el temor de que el pueblo se levante contra quienes se han estado burlando del pueblo y haciendo chinche los recursos.

Es el momento de las nuevas generaciones, de los estudiantes, de los maestros y maestras, de los intelectuales, de los obreros, de los pueblos indígenas y del campesinado para iniciar un nuevo proceso revolucionario que le devuelva la dignidad a Guatemala. El silencio es complicidad, es aceptación, pues mientras mantengamos la indiferencia, continuarán haciendo lo que quieran e  hipotecando el futuro del país.

https://elperiodico.com.gt/editorial-de-hoy/2020/10/15/hace-falta-otro-20-de-octubre/

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