Por: Paulina Santizo
En estas clases de historia no pasamos de la Revolución del 44, ni la contrarrevolución, ni mucho menos el conflicto armado interno. Nos saltamos ese momento de nuestra historia que incomoda a las élites gobernantes y nos trasladamos automáticamente hasta la firma de la “paz, fingiendo ser una democracia funcional representativa y pacífica.
Esta laguna histórica que como sociedad tenemos es a lo que probablemente se refería Rebeca Lane cuando dijo en una de sus canciones que somos “un pueblo que toma las calles pero no conoce su historia”. Esta frase específicamente la escuché en uno de los episodios del podcast La Advertencia, el cual narra la historia contemporánea de Guatemala desde el conflicto armado hasta la presidencia de Jimmy Morales. Para mí, este podcast, junto al reciente documental de The Art of Political Murder basado en el libro del mismo nombre de Francisco Goldman; han servido como fuente de conocimiento dentro un período de la historia que desconozco.
Estos son solo ejemplos de recursos alternativos que sirven para educarse sobre la historia reciente de nuestro país, una historia que nunca me contaron y que me ha tocado conocer por mi parte. Tengo claro además, que estos suelen presentar narrativas sesgadas e “ideologizadas” de acuerdo al contexto que cuentan. Sin embargo, es mucho más de lo que siquiera llegué a conocer en los salones de clase de mi educación formal. Jamás escuché hablar sobre Monseñor Gerardi o el REMHI, mucho menos de las masacres contra la comunidad maya ixil. Nunca conocí sobre el movimiento estudiantil de los 70s, ni supe quién era Oliverio Castañeda sino hasta que por gusto propio leí la biografía que Ricardo Saenz de Tejada escribió sobre él.
Quisiera decir que mi experiencia es solo un caso atípico, pero sé que mi caso es la regla y no la excepción. Incomoda enseñar y hablar sobre un periodo de nuestra historia tan reciente y doloroso. Sin embargo, la solución no es no enseñar y no hablar. No podemos ignorar nuestro pasado inmediato que explica de una forma inmensa el estado de las instituciones que heredamos hoy en día. No podemos hacernos los locos. Debemos recolectar estos testimonios y estos hechos y armar nuestra memoria histórica colectiva. Debemos alejarnos de ese pueblo que no conoce su historia y decide ignorarla. Un podcast y un documental son poca cosa, pero por algo se debe empezar.
https://elperiodico.com.gt/opinion/opiniones-de-hoy/2020/12/26/la-historia-que-no-nos-contaron/
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