jueves, 9 de septiembre de 2021

GUATEMALA: SE ROMPIÓ LA LUNA DE MIEL

Foto: Mary Guzaro, publicada en revista digital feminista RUDA


La responsabilidad de la salud pública es del Estado.

Por: Miguel Ángel Albizures

Indudablemente, ha habido una mala gestión de la pandemia por parte del Gobierno; los hospitales están desbordados y sin medicamentos suficientes; el personal médico está agotado y sigue sin ser escuchado, no solo en sus demandas, sino sobre cómo luchar contra la pandemia; se ha desatado una gran especulación en los hospitales privados, así como en los precios de oxígeno y respiradores. Esto hace urgente que se tomen medidas más serias y efectivas para contener el avance de los contagios por COVID, pero no se ve claro que se vaya a implementar alguna solución real, quizás porque al poder económico solo le interesa la producción, la venta y la obtención de beneficios y no la salud del pueblo. Esto se evidenció en la ruptura, en parte, de la alianza en el Congreso y con algunos sectores del CACIF y el Congreso improbó el estado de calamidad.

Tal vez el estado de calamidad no era la mejor opción, sobre todo por la experiencia sobre la piñatización del erario público cuando se deja vía libre a las compras y contrataciones, a pesar de las supervisiones que se pudieran imponer. Tal vez hay otros estados de excepción más adecuados y sin ese riesgo, pero está claro que lo que se está dando es solo lucha de poder, compra de voluntades —como lo ha denunciado la prensa—, estira y encoge, y no realmente búsqueda de soluciones para frenar el avance de la pandemia; incluyendo las faltas de respeto, como llamar rebaño a la población. 

Esta división que se vio en la bancada oficial seguramente tiene que ver con la forma en cómo las medidas planteadas podían afectar los intereses del poder económico y ya se ve que su ganancia está por encima de la salud de la población. Sin embargo, no hay que perder de vista que estas divergencias seguramente son pasajeras, coyunturales, hasta que se vuelvan a alinear los planetas con los billetes.

En todo caso, no hay que olvidar que el Gobierno es el responsable directo de que la vacuna no haya llegado a amplios sectores de la población, y que aún haya muchos municipios donde ni siquiera existe la esperanza de que llegue, y no se trata de que todas las personas que sepan vacunar vayan voluntariamente a hacerlo, pues la responsabilidad de la salud pública es del Estado.

Aún nos seguimos preguntando dónde está el dinero que se ha destinado para la atención de la pandemia, la compra de vacunas, la instalación de hospitales, el pago de personal médico y de enfermería. Mientras, seguimos atenidos a las donaciones internacionales, en tanto siguen los negocios turbios viento en popa.

https://elperiodico.com.gt/opinion/opiniones-de-hoy/2021/09/09/se-rompio-la-luna-de-miel/

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