martes, 28 de junio de 2022

REPUDIO A LA VIOLACIÓN DEL LEGÍTIMO DERECHO A LA PROTESTA DEL PUEBLO ECUATORIANO


A LA SOCIEDAD CIVIL DEL MUNDO 

A LA PRENSA DEL MUNDO

A LOS PUEBLOS DEL MUNDO

A LOS ORGANISMOS SUPRANACIONALES

A LOS GOBIERNOS DEL MUNDO

Denunciamos ante ustedes y condenamos enérgicamente la violación al legítimo derecho a la protesta del pueblo ecuatoriano. El Paro Nacional iniciado el 13 de junio de 2022 es resultado de la voluntad del pueblo ecuatoriano compuesto por una diversidad que incluye a los movimientos indígenas o las naciones originarias, las organizaciones y movimientos sociales, el movimiento afroecuatoriano, las trabajadoras y trabajadores del campo y la ciudad, las/os profesionales de la salud, la educación y la/os estudiantes. Estos amplios sectores de la sociedad ecuatoriana presentaron públicamente sus justas demandas de la movilización nacional, popular y plurinacional. 

El paro ha sido convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) y otras 53 agrupaciones – tales como la FEINE, FENOCIN y FEI - quienes decidieron hacer este llamado luego de agotar las instancias e intentos de diálogo con el gobierno del presidente Guillermo Lasso. Fueron muchos los intentos de diálogo previos al Paro Nacional: 11 de junio de 2021 (Latacunga, Marcha por la Dignidad, Provincia Cotopaxi); 5 de agosto de 2021 (entrega de pliego a la Presidencia con demandas y propuestas para mitigar la crisis); 4 de octubre de 2021 (Primer diálogo en Carondelet, Quito); 10 de noviembre de 2021 (Segundo diálogo en Carondelet, Quito). 

La crisis que hoy viven los pueblos indo/afro/mestizos en pie de lucha en el Ecuador es resultado de un largo proceso de colonización sobre los cuerpos, tierras y territorios originarios, según los intereses y las ganancias de las élites capitalistas glocales. La lucha que se da en Ecuador trastoca a todas/os las/os vivimos y queremos equidad, justicia y dignidad para Abya Yala / Améfrica Ladina / Nuestra América Latina y el Caribe. 

Contexto regional. Tras la derrota del Uribismo paramilitar en Colombia, los poderes hegemónicos se han volcado sobre el control del Ecuador. Los imperios económicos y políticos disparan al perder su dominio sobre Estados y territorios internamente colonizados. 

La actual insurgencia expresada en el Paro Nacional que se ha extendido ya por quince días, es una expresión de extrema dignidad. Las extremas condiciones para la sobrevivencia explican la decisión de cientos de comunidades de todo el país que se congregaron de manera pacífica para sostener el paro en la ciudad de Quito: el 30% de la población ecuatoriana sufre niveles de pobreza material y 7 de cada 10 carecen de empleo formal; los ingresos de al menos el 50% de los hogares están bajo los 547 dólares mensuales, que les impide comprar una canasta básica, la cual alcanza un valor de 728.68 dólares (INEC, 2022). El 32% de las/os ecuatorianos viven con menos de USD 2.8 dólares diarios, el 27% de las/os niñas/os menores de 2 años sufre desnutrición crónica y la pobreza en áreas rurales del Ecuador alcanza a 42.4% de la población. 

Por su parte, en el primer semestre del 2022 se registró la menor inversión pública en la historia de la República del Ecuador, 82% menos que en el primer trimestre del 2021. El empobrecimiento de amplios sectores de la población es un proyecto intencional que obedece al afán del gobierno neoliberal del presidente Guillermo Lasso de seguir las políticas dictadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), propiciando recortes y despidos en el sector público, sobre todo en salud y educación. De hecho, la CONAIE ha denunciado la participación del Guillermo Lasso en los Pandora Papers, por el hecho de que en el año 2017 transfirió sus propiedades empresariales de Panamá a paraísos fiscales en Dakota del Sur, en Estados Unidos.

El Paro Nacional del pueblo ecuatoriano es un acto descentralizado política y territorialmente hablando, pues lo mismo se manifiesta en Quito -la capital- igual que en todas las provincias de Ecuador, especialmente en la Amazonía. No es un acto aislado de la historia de lucha del pueblo ecuatoriano, sino parte de una potencia social destituyente que el movimiento indígena ha sostenido para encarar a los gobiernos estructuralmente capitalistas, neoliberales, racistas, clasistas y patriarcales. Si hacemos memoria recordaremos las movilizaciones de las huelgas nacionales de 1986 y 1987; los primeros Paros en los años 1990 por el reconocimiento del Estado Plurinacional; durante el gobierno de Sixto Durán Ballén ocurrió un nuevo levantamiento indígena en contra de la Ley Agraria; en el año 1997 se constituyó el Frente Patriótico de Defensa del Pueblo; en el año 2000 una nueva movilización masiva derrocó al gobierno de Jamil Mahuad. En los años 2005 y 2006 las protestas llevaron al derrocamiento del presidente Lucio Gutiérrez y un profundo rechazo a los tratados de libre comercio (TLC). Entre 2007 y 2017 el Correísmo parecía que hería de muerte a la fuerza de los movimientos sociales y populares, pero no, están aquí y ahora con fuerzas renovadas, presencia en las calles y nuevas propuestas.

Nos sumamos a la demanda del pueblo insurrecto para que se cumplan los diez puntos establecidos durante el Paro Nacional y a la exigencia de que el gobierno de Guillermo Lasso Mendoza enfrente su responsabilidad política y jurídica ante la brutal criminalización de la protesta social, la represión violatoria de derechos humanos de los protestantes y el abuso policíaco-militar que se ha incentivado bajo la “Ley Orgánica sobre el Uso Progresivo, Adecuado y Proporcional de la Fuerza”. El aún “presidente” llama a las y los manifestantes “vándalos” y “criminales”. Su discurso gana eco en los grandes medios de comunicación y en la extrema-derecha, que organiza actos en contra del Paro Nacional y utiliza redes sociales para difundir discursos de odio y noticias falsas sobre los “no ciudadanos”, “incivilizados”, causadores del desorden y de desestabilización económica y política. 

La población indígena ha sido tratada con xenofobia, experimentando el odio racial y étnico. Ello es resultado de una larga y violenta historia colonial de control de las poblaciones indígenas, afrodescendientes y montubias (campesinas de la costa). Es este odio al pueblo que deshumaniza a la/os manifestantes en el Paro Nacional, lo que se expresa en la masacre en curso en Ecuador. Según la Alianza por los Derechos Humanos – Ecuador, hasta el 24 de junio de 2022 van 5 personas muertas, 64 vulneraciones a los DDHH, 123 detenciones, 166 personas heridas – tres de ellas en estado crítico, seis con heridas graves y 6 con daño ocular, una con amputación parcial de brazo – y 6 personas desaparecidas.

Llamamos a todas las personas a que pongamos atención a la lucha popular en Ecuador, a que activemos solidaridad en nuestras comunicaciones y acciones exigiendo:

Que se cumplan los diez puntos del Paro Nacional.

Respeto a las organizaciones de base de los pueblos y nacionalidades originarias según sus formas ancestrales de gobierno y decisión para la construcción de los diálogos sobre el presente y el futuro de Ecuador.

Organizar actos de solidaridad en las sedes del Estado de Ecuador en los respectivos países donde nos encontremos.

Exigir la libertad de toda persona presa política en el Ecuador.

Denunciar toda fuerza arbitraria del Estado, por ejemplo, de los allanamientos ilegales realizados por la Policía Nacional del Ecuador a los Centros de Paz universitarios, a la Casa de la Cultura y a la Universidad Politécnica Salesiana, en Quito, en medio de una asamblea popular convocada como condición para el diálogo con el gobierno, el 23 de junio.

Comunicar y oponerse a todo decreto de carácter autoritario que imponga estado de excepción o la restricción de derechos fundamentales.

Denunciar toda y cualquier violación a los derechos humanos.

Condenar enérgicamente toda persecución a líderes y lideresas de los movimientos sociales que se han levantado en contra del gobierno de Guillermo Lasso.

Exhortamos a interrumpir de mil formas creativas la escalada de violencia del Estado en Ecuador.

El Paro ¡no para! Nos solidarizamos con la digna rabia del pueblo de Ecuador que lucha por justicia desde sus cuerpos, tierras y territorios de vida.

Desde Abya Yala / Améfrica Ladina / Nuestra América.

 26 de junio de 2022


Grupos de Trabajo CLACSO

Cuerpos, territorios, resistencias

Economía feminista emancipatoria

Pueblos indígenas y proyectos extractivos

Educación e interculturalidad

Pueblos indígenas, autonomías y derechos colectivos


Firmas

Universidad de la Tierra en Oaxaca, México

La Union de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo de Tehuantepec (Oaxaca, México)

Maderas del Pueblo del Sureste, AC (México)

Comité Nacional para la Defensa y Conservación de Los Chimalapas (México)

Leandro Bonecini de Almeida (Río de Janeiro, Brasil)

Xochitl Leyva Solano (Chiapas, México)

Sonia Gau (Uruguay)

Aline de Moura Rodrigues (Río Grande do Sul, Brasil)

Pablo Uc (Chiapas, México)

Carlos Tornel (Ciudad de México)

Lylia Palacios (Monterrey, México)

Patricia Ames (Perú)

Gabriela Czarny (México)

Noelia Enriz (Argentina)

Mariana García (Argentina)

Ana Carolina Hecht (Argentina)

Elsie Rockwell (México)

Gisela Hadad (Argentina)

Diana Itzu Gutiérrez Luna (México)

Elisa Cruz Rueda (México)

Luciana García Guerreiro (Argentina)

Santiago Bastos (México)

Waldo Lao Fuentes Sánchez (México-Brasil)

Sebastián Levalle (Argentina)

Malely Linares Sánchez (México)

Natalia Boffa (Argentina)

Aracely Burguete Cal y Mayor (México)

Fátima Monasterio Mercado (Bolivia)

Rafaela Nunes Pannain (Brasil)

Armando Haaro (México)

Lina Alvarez (Colombia)

Guadalupe Santaella (México)

Mas adherir ir a “El Paro No Para” en la plataforma change.org

Esta declaración expresa la posición de los Grupos de Trabajo antes mencionados y no necesariamente la de los centros e instituciones que componen la red internacional de CLACSO, su Comité Directivo o su Secretaría Ejecutiva.



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