Por: Miguel Ángel Albizures
El presidente de la República tiene al país en la cuerda floja; enceguecido de poder y por la adulación que recibe a diario de aquellos que planifican cómo seguir cooptando los pocos espacios que quedan y asegurándose la continuidad del saqueo en las elecciones de 2023. Esos son los mismos que le hacen creer en su popularidad y le esconden el rechazo que le profesa la población. Son los mismos que han orquestado la cooptación de las instituciones y el ataque a jueces probos, a fiscales honestos y a periodistas críticos.
Esos mismos también son los que se han enriquecido a costa de la alimentación, la salud, la educación, la vivienda, el vestuario, del pueblo. Son los que hacen negocio con los bienes naturales del país y aseguran que la población indígena sea desalojada de las tierras donde han vivido ancestralmente, son los que pagan salarios de hambre a los obreros y campesinos. Son los mismos que han negociado míseros dividendos para el país, con la explotación minera y de hidrocarburos, pero se han asegurado abultar sus bolsillos y sus cuentas bancarias. Son los que negocian alfombras llenas de dinero sucio.
El país peligra, la democracia peligra, el Estado de Derecho cada vez está más lejos. El pueblo ha aguantado, sigue aguantando, muchos se quedan protestando en las redes sociales, o refunfuñando desde sus casas cuando ven las cada vez más terribles noticias. Pero va a llegar el momento en que ese pueblo impávido se canse y se dé cuenta de dónde viene la desgracia del país. Con sus correspondientes diferencias, esto fue lo que sucedió en 2015, cuando las protestas llegaron a forzar la salida del binomio Pérez-Baldetti. En ese momento, la gente se levantó cuando se dieron cuenta de que el binomio presidencial simplemente se había embolsado los impuestos pagados con tantas dificultades y ajustes; que miles o millones de niños se habían quedado sin alimentación y sin vacunas, porque quienes deberían proteger a la población, pues fueron electos para ello, habían hecho negocios personales, estafado al Estado, a la nación y a la población.
Ni aprobando leyes que les permitan recurrir a la represión de las movilizaciones, ni pretendiendo cancelar organizaciones a su antojo, ni amedrentando periodistas, operadores de justicia y defensores de derechos humanos, van a frenar la fuerza de la historia. El pueblo al final alcanzará su objetivo y los que hoy guardan injustificadamente prisión, saldrán con la frente en alto porque jamás la han agachado frente a los esbirros y corruptos, tal el caso de Jose Rubén Zamora, pero así también quienes hoy sufren obligadamente el exilio para salvar la vida, volverán y se unirán al pueblo para seguir contribuyendo a la construcción de un país donde impere la justicia y la democracia.
Las movilizaciones han empezado, no con la fuerza que se requiere, pero pronto el grito de renuncia de quienes hoy detentan el poder se extenderá por todo el país, ya los miembros de los 48 Cantones de Totonicapán se pronunciaron contra la iniciativa de ley que “legalmente” permitirá la represión y “advierten de medidas de hecho si los diputados insisten en conocer y aprobar la iniciativa 6076”, la cual catalogan de aberrante.
https://elperiodico.com.gt/opiniones/opinion/2022/08/18/el-pais-que-giammattei-tiene-en-la-cuerda-floja/
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