MIGUEL ANGEL ALBIZURES
Quién sabe si el Presidente, Otto Pérez Molina, resista las embestidas del pueblo, que continuarán a lo largo de este mes. Reiteradamente, ha dicho que no renunciará, pero lo mismo dijo su Vicepresidenta, y en estos momentos apenas quedan, de su gabinete, tres ministros que se aferran a continuar sirviendo a su tambaleante presidente. Quizá porque consideran que no es momento de abandonar el barco y dejarlo solo, y esperan su renuncia para dejar el campo limpio al sucesor legal, Alejandro Maldonado o al gobierno de transición o de unidad que se conforme para encontrarle una salida a la crisis.
Hace 71 años, en este mes histórico de junio, se dieron movilizaciones importantes en contra de la dictadura de Jorge Ubico, y esas luchas están en la mente de muchos guatemaltecos; algunos medios de comunicación se han encargado de recordar esas gestas, en principio silenciosas, sin carteles, pero firmes en la petición de renuncia del dictador. El 22 de junio, los 311 ciudadanos dirigieron una carta a Ubico en la que se solidarizaban con los estudiantes y exigían la vigencia de las garantías ciudadanas que habían sido suspendidas, planteando que: “La juventud, señor Presidente, jamás vibra al impulso de mezquinas tendencias y, por el contrario, interpreta y encarna los ideales más limpios y las más nobles aspiraciones”. Y escuchando el clamor popular, los 311 lanzaron una nueva carta el 26 de junio de 1944, después de la represión a los y las manifestantes del 25, en la que le plantean explícitamente la renuncia señalando que: “Tales aspiraciones se concretan visiblemente, palmariamente y de manera incontrovertible en la necesidad sentida por todos, como única solución patriótica y conveniente, la de que usted renuncie en forma legal a la Presidencia de la Republica”.
El 1 de julio, Ubico presentó su renuncia a la Asamblea Legislativa y dejó en el poder a tres militares de bajo rango y, posteriormente, Ponce Vaides, quien se arrogó el poder, lo que representó la continuidad del ubiquismo. Las luchas continuaron con más fuerza, culminando el 20 de octubre, cuando se inician los diez años de primavera. Las mismas banderas se levantan hoy en las diferentes concentraciones de la ciudad y de los departamentos, pues es parte del sentir popular.
Por eso no hay que ceder hoy, el pueblo ha despertado y es el momento de luchar por un pacto social, un gobierno de transición o de unidad nacional, que garantice los cambios que el país necesita, pues no se puede confiar en el Congreso actual, ni en la clase política que aspira a gobernar. Todos los sectores deben ser tomados en cuenta en igualdad de condiciones. Junio es determinante y las calles deben seguir siendo del pueblo.
http://www.elperiodico.com.gt/es/20150604/opinion/13294/Junio-mes-histórico.htm
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