Por: Miguel Ángel Albizures
La Semana Santa fue una semana trágica, con un aumento considerable de crímenes y asaltos. Pareciera que la delincuencia se preparó para el ataque, mientras las fuerzas de seguridad se prepararon para hacer retenes y registro de vehículos o ver pasar las procesiones y dejar hacer a la delincuencia lo que le viniera en gana. La complicidad es evidente, pues muchos han de haber sacado una buena tajada para los gastos de la Semana Santa.El pueblo, especialmente la población católica, se volcó a las calles a ver las alfombras y procesiones, olvidándose por esos días del acontecer político y económico del país, mientras los mercaderes hacían su agosto y seguían enriqueciéndose a costa del pueblo.
Así son las cosas en Guatemala, es una semana en la que muchas familias están más preocupadas por conseguir el pescado y hacer las torrejas que complementan el banquete de esos días y no por lo que se nos viene encima, que son las "elecciones" para "seleccionar" a quien dirigirá los destinos del país los próximos cuatro años a partir del 14 de enero del 2024.
Se puede decir que las elecciones están a la vuelta de la esquina y más de dos docenas de jinetes están montados en su macho o en su mula, según sean los gustos y las posibilidades, listos para el último trecho de la carrera después de haber embadurnado calles, avenidas, postes o parques con sus fotos o los slogans de los partidos que los postulan. Muchos de los candidatos no son ampliamente conocidos, pues ni siquiera han participado en actividades o realizado obras que el pueblo reconozca, pero no debe extrañarnos que gente con cuentas pendientes con la justicia, sean hoy candidatos a la presidencia, a las diputaciones o a las alcaldías y que, desde el momento de su inscripción, gozan de inmunidad y siguen actuando impunemente como es su costumbre, especialmente quienes tienen el reconocimiento de los tres poderes: Gobierno, ejército y Cacif, pues la Corte Suprema, la Corte de Constitucionalidad y Congreso, con raras excepciones de personajes que nadan contra corriente, están, hoy en día, al servicio del mejor postor.
Y, desgraciadamente, en el horizonte no se vislumbra una alternativa con posibilidad de disputar el poder a la extrema derecha. Además de los diez meses que faltan para que entreguen el poder, nos esperarían otros cuatro años de criminalización y agresiones contra los sectores populares y sus dirigentes que levantan la bandera de la dignidad y la justicia social, oponiéndose a las erradas políticas de quienes nos gobiernen.
Aunque el panorama es desalentador, insistimos en la unidad, la denuncia, la presencia activa en contra de los desmanes gubernamentales y, si fuera posible, la construcción de un frente amplio que luche por la paz, la justicia y la democracia, para evitar más retrocesos al pasado.
https://elperiodico.com.gt/opiniones/opinion/2023/04/13/semana-santa-y-elecciones/
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