“ESTE
ES MI TESTIMONIO PARA QUE LO SEPA EL MUNDO ENTERO”
Con esta frase concluyó uno de los testigos sobrevivientes su relato
sobre las torturas recibidas por parte ejército en 1982, al declarar frente al tribunal durante
el séptimo día de audiencias del juicio en contra de José Ríos Montt y José
Rodríguez Sánchez. En esta jornada 12 testigos continuaron
relatando, la manera en que fueron
perpetradas las masacres,
asesinatos y tratos
inhumanos que el ejercito cometió contra las víctimas en 1982 y 1983.
Este testigo relató que se encargó, bocina en mano, de avisar a la
población de la aldea acerca de la venida del ejército, al llegar éste comenzó a perseguir a la población.
Declaró cómo los soldados mataron a machetazos a varias personas, mientras
continuaban persiguiendo a otras, reunieron a varios en casas y prosiguieron a
quemarlas. Según el testigo, mientras las casas eran quemadas se lograba
escuchar los lamentos de las personas que estaban siendo calcinadas. Durante el
relato, el testigo se preguntó las
razones por las que fueron asesinados, si eran bebés recién nacidos y mujeres
embarazadas. La población fue
obligada a dejar sus comunidades y esconderse en el bosque, donde fueron también
perseguidos por el ejército, que intentó quemar el bosque y los
bombardeaba. En la
montaña se llegaron a reunir hasta dos mil familiares y aunque había de
diferentes etnias, la mayoría era ixiles.
“Me
llevaron a la iglesia me colgaron con vigas con los pies hacia atrás y para arriba después vinieron 4 soldados
y así amarrado me golpearon. Al otro día ya no me podía parar, no podía
ver, se me taparon los oídos”.
Después me llevaron y me metieron en un salón grande en el que había mucha
sangre y había un montón de caites, zapatos y botas, talvez de las personas que
habían matado. Lo amarraron y lo
sentaron sobre la sangre “….dicen que no hubo genocidio… será que eso no es
genocidio por los que estuvieron en el gobierno?”...cuestionó
con voz enérgica, el testigo.
Por parte de la defensa de los militares hubo varios alegatos en contra
de la Presidenta del Tribunal.
Según ellos, la Jueza ha estado violando el artículo 366 del Código
Penal, ya que las objeciones que realiza el MP y las partes querellantes son
siempre dados a lugar, mientras que las realizadas por la defensa son dadas
fuera de lugar. Luego de un pequeño debate, la Jueza buscó dejar claro que el
procedimiento sigue dentro de la ley y en ningún momento se está extralimitando
en sus facultades, en lo que ha enfatizado es que se deben ceñir a la plataforma
fáctica para la que han sido presentados los testigos.
Otra de las testigas que entre llanto relató que se murió su hermano y
otros familiares y que tuvieron que huir bajo la montaña en donde vivieron
muchas penalidades. “Si sacáramos a ese señor unos días bajo la lluvia, sin
ropa, sin comida, sin sal a ver si
aguanta”. “Estoy enferma, me duelen mis piernas, y el cuerpo porque
estuve bajo la lluvia y sin que cubrirme, lástima mis hijos se murieron, si yo
los tuviera, tendría quien me apoyara ahora”.
Es importante resaltar que todos los testigos y testigas en su relato han dejado evidencia de los patrones
en el proceder del ejército, ya que después de entrar a las poblaciones y
masacrar o ejecutar a algunas personas, quemaban las casas, destruías las
siembras, quemaban sus cosechas y mataban y se llevaban los animales y destruían
todos sus enseres de trabajo.
Tenían que huir y refugiarse en la montaña sin ropa, bajo la lluvia, el
frío y sin comida.
Los y las sobrevivientes han dejado claro que lo que quieren de este
juicio es justicia y que no se vuelva a repetir lo vivido por su pueblo a manos
del ejército.
El debate oral y público continua mañana martes 02 de abril a partir de
las 8.30 horas, se escucharán los testimonios de mujeres víctimas de violencia
sexual.
Guatemala,
01 de abril de 2013
Asociación
para la Justicia y Reconciliación –AJR
Centro
para la Acción Legal en Derechos Humanos – CALDH
Centro
de Medios Independientes de Guatemala- CMI
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