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Miércoles, 15 de mayo de 2013
Miércoles, 15 de mayo de 2013
Seguir el ejemplo de Guatemala: Convocar al Gran Jurado en
un Caso de Genocidio.
Un tribunal guatemalteco ha ordenado una investigación
penal de todos los demás involucrados en los crímenes Ríos Montt.
No va a ser fácil. Los fiscales y los jueces estarán
arriesgando su carrera y su vida. Los testigos saben que podrían morir si se presentan
a declarar.
Pero los guatemaltecos ya han mostrado un gran coraje en llevar
adelante el Caso Ríos Montt. Es hora de que los estadounidenses hagan lo mismo
y convoquen un Gran Jurado de EE.UU. para Guatemala.
Fiscales estadounidenses podrían ayudar a la policía de
dos maneras fundamentales: primero, con información, y segundo, si es
necesario, en las acusaciones.
Los EE.UU., que apoyaron al ejército de Ríos Montt, tienen
vasta información clasificada.
Todo debe ser entregado a los fiscales en Guatemala.
Una comunicación adecuada incluiría incluso información
clasificada de la Casa Blanca, Documentos del Departamento de Estado del
Pentágono, la NSA, la CIA y, al igual que las intercepciones estadounidenses de
las comunicaciones entre el general Ríos Montt y su ejército.
Es importante recordar que al momento de estos crímenes,
como ahora, los EE.UU. no fueron un mero observador externo: era un participante
pleno.
Bombas estadounidenses fueron lanzadas desde un avión
estadounidense equipado sobre aldeas Mayas que huían. Personal de Estados
Unidos estuvo presente en Guatemala, para formar y asesorar al ejército de Ríos
Montt. Personal de Estados Unidos estaba en el interior de la G-2, la notoria
unidad de inteligencia militar y de señalamiento de objetivos. La CIA ha tenido
a muchos altos mandos del ejército guatemalteco en su nómina.
Y Ríos Montt, cuando estaba cometiendo los crímenes,
recibió el apoyo político del presidente Reagan, en lo personal.
Así que los EE.UU. tiene responsabilidades aquí, morales y
políticas, pero también legales.
Ahora los EE.UU. deben confesar a la justicia guatemalteca.
Se debe decir todo: lo que sabía, lo que hizo, a quién le pagó.
Y los EE.UU. también deben acusar y juzgar a cualquier
actual o ex funcionario de EE.UU. que apoyó o fue cómplice -o algo peor- a los
crímenes de Ríos Montt.
Y, por supuesto, también debe estar dispuesto a cumplir
con sus responsabilidades de extraditar a los funcionarios de Estados Unidos acusados
en Guatemala.
Los Fiscales de Estados Unidos tienen la obligación de
tomar estas medidas.
Este caso se refiere a delitos de la mayor magnitud.
Los agentes de la ley de Estados Unidos que den un paso hacia
delante, en efecto, podrían correr algún riesgo profesional.
Pero, a diferencia de muchos guatemaltecos hasta ahora, se
puede estar bastante seguro de que van a vivir.
Allan Nairn
(Para algunas referencias sobre el papel de EE.UU. ver
mensajes del 18 de abril y 9 de mayo de 2013)
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