lunes, 24 de febrero de 2014

Escuela de las Américas, en la Raíz del Genocidio y expolio en Guatemala.


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Una delegación norteamericana esta de visita en el País, delegados de trabajo comunitario y
activistas para el cierre de la Escuela de las Américas, encabezada por el fundador de SOA
Watch el Padre Roy Bourgeois. Arribaron a Guatemala para solicitar al gobierno el fin de 
envió de miembros del Ejército a dicha escuela, que desde 1946 entrena a militares
latinoamericanos, acusados de las peores violaciones a los Derechos Humanos. 
En 1996 el Pentágono, debido a una intensa labor social dentro de los Estado Unidos, tuvo
que hacer públicos los manuales de entrenamiento utilizados por la escuela, en ellos se 
recomienda la tortura, la extorsión y hasta las ejecuciones. A pesar del escándalo Estados 
Unidos se limitó a cambiar el nombre de la Escuela en el 2001. Nombrada ahora como el 
Instituto de Cooperación y seguridad del Hemisferio Occidental -WHINSEC- la escuela sigue 
brindando entrenamiento a militares, que en años recientes han estado involucrados en
 golpes e intentonas golpistas a gobiernos democráticos y progresistas que "amenazan" los 
intereses y la zona de influencia económica de los Estados Unidos.

Un estimado de 1800 militares Guatemaltecos han recibido entrenamiento en la 
Escuela de las Américas. Bajo el actual gobierno de Otto Perez Molina el envió de 
militares -según expresaron miembros de la delegación- se ha duplicado. Por la Escuela 
han cruzado militares como el Gral. Efrain Ríos Montt, sentencia por delitos de genocidio;
 el Gral. Héctor Alejandro Gramajo, arquitecto de la política de Genocidio en Guatemala; 
el Crnel Bayron Lima Estrada, sentencia por el asesinato de Monseñor Gerardi; Lucas García, 
Señalado de delitos de Genocidio; el Gral Lopez Fuentes, procesado por delitos de Genocidio
; y Otto Perez Molina, actual presidente de Guatemala, también acusado de graves violaciones
 a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad.

El año pasado Jonh Kerry, secretario de Estado de los Estados Unidos, manifestó que la 
historia de intervención Norteamérica en América Latina se había dado por superada. Sin 
embargo y pese al amplio historial de la vinculación de la Escuela de las Américas con Violadores a los 
Derechos Humanos, Estados Unidos sigue formando a personal militar que en la actualidad 
prestan servicios de Alta en Ejércitos señalados de violaciones a los derechos humanos 
como Colombia y Honduras1. Cabe señalar aquí, que muchos de los entrenado en la escuela 
que se encuentran de Baja, son contratados en empresas tras-nacionales, tal es el caso de 
Guatemala.

Se tiene información que estas empresas dedicadas a la extracción minera, construcción 
de hidroeléctricas, producción de agrocombustibles, etc, contratan personal militar, que se 
dedican a su “seguridad” para realizar trabajo de infiltración, división comunitaria, 
confrontación y represión (todas tácticas y estrategias de inteligencia aprendidas y 
enseñadas en la Escuela de las Américas) para garantizar las inversiones extranjeras 
sobre todo Norteamericanas en comunidades indígenas y campesinas, que hoy 
sufren la estigmatización y criminalización. Todo esto al amparo de las autoridades y en 
medio de estrategias mediáticas en medios de comunicación corporativos.


A Estados Unidos le representaría un desgaste definitivo intervenir de lleno en América 
Latina, en cambio para ello se empeña en entrenar a personal militar, adoctrinándolo y 
formándolo a sus lineas de pensamiento, opresor, afín a las corporaciones y capitales
imperialistas.


La Escuela de las Américas representa el símbolo de lo siniestro de la política Exterior 
Norteamericana en América Latina. Ha graduado a por lo menos 11 dictadores 
y ha dado entrenamiento a 64,000 militares de 18 países latinoamericanos.

El informe de Recuperación de la Memoria Histórica de 1,998 de la Arquidiócesis de 
Guatemala, reportó que graduandos de la Escuela de las Américas fueron responsables del 
asesinato de la Antropóloga Myrna Mack, el encubrimiento de la muerte del ciudadano 
estadounidense Michael Devine, y la tortura y asesinato de Efraín Bámaca.

Tres graduados de la Escuela fueron directores de Inteligencia Militar, ente que según el 
informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico: Guatemala Memoria del Silencio
 “fue el eje conductor de una política de Estado que aprovechó el escenario, 
delimitado por el enfrentamiento armado, para controlar a la población, a la sociedad, al 
Estado y al propio Ejército. Este dominio exhaustivo se fundamento en una estrategia 
político-militar y se llevó a la practica activando mecanismos violatorio de los derechos 
humanos, así como la Constitución y las leyes de la República”.

La CEH comprobó que el control ejercido por la Inteligencia militar dependía no sólo de sus estructuras formales, sino también de una amplisima red de informantes infiltrados en las organizaciones sociales, las comunidades y diversas instituciones del Estado. Por ese medio accedió a un cúmulo de información que le ha permitido manejar a otras estructuras del Ejército, así como manipular diversos interese y entidades del Estado y de la sociedad civil guatemalteca. Uno de los objetivos de la incorporación de la inteligencia en las instituciones estatales fue multiplicar sus recursos de información y de guerra psicológica. A la vez, los órganos de inteligencia infiltraron sus agentes en las organizaciones sociales, donde muchos activistas fueron luego víctimas de graves violaciones de derechos humanos.

Según algunos de los activistas en defensa del territorio, que en el municipio de San Rafael las Flores en el departamento de Santa Rosa, trabajan para impedir la entrada de la Minera San Rafael, la infiltración del movimiento llevó a que en mayo del año pasado, tras la entrada en vigencia del estado 
de sitio la policía y militares conocieran a perfección los movimientos y planes de la 
resistencia. El Estado de Sitio que el gobierno implementó en esta zona del país, estuvo 
antecedido por una agresiva estrategia mediática que justificó la violencia de la 
seguridad de la empresa, dirigida por el militar peruano  Alberto Rotondo, que bajo sus 
ordenes hirió, reprimió y disolvió en reiteradas ocasiones manifestaciones de pobladores,
 que se organizaron para la defensa de la tierra y el agua en el lugar.

De igual forma muchas de las mujeres que hoy dirigen la resistencia pacifica en contra de 
la mina Exmigua proyecto Minero Progreso VII derivado en la Puya, han sufrido una serie de 
ataques, intimidaciones y agresiones físicas y verbales, luego que la Mina contrato a Militares 
como el teniente Pablo Silas orozco y coroneles Jose Vicente Arias Méndez y mario Ricardo 
Figueroa Archila para lograr el ingreso de la mina que desde hace dos años se encuentra 
bloqueada en su entrada por pobladores que han armado turnos para impedir el inicio de las 
labores de los empleados mineros. En ambos casos se han utilizado estrategias 
ampliamente conocidas por los los estudiantes de la terrorífica Escuela de las Américas.
En la foto los listados censurados de los estudiantes de la Escuela de las Américas.

La delegación norteamericana en el País, expresó que la Escuela de las Américas sigue 
negando hasta el día de hoy los nombre de muchos de los más de 1800 militares 
guatemaltecos que han pasado por sus aulas. Lo cierto es que gran número de los militares 
acusados de graves violaciones a los derechos humanos durante la guerra, y hoy día, sobre 
todo con el actual gobierno, han salido a la defensa de un proyecto económico de expolio con 
raíces en el genocidio y en la Escuela de las Américas o Escuela de Asesinos como es ya 
conocida en el Mundo entero. 

1 En el 2009 el Gral. Vásquez Velásquez, graduado de la Escuela de las Américas, lidero un 
golpe de Estado en Honduras lo que desato una ola de represión que hasta la fecha continua.

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