Con lo
de roja me refiero a la ex Fiscal:
digna, honrada, consecuente y justa. A la que tiene identidad y memoria
histórica. A la que no le tiembla el pulso cuando de enfrentar la impunidad se trata. Ella es Claudia Paz y
Paz, la única Fiscal de la Honra que ha tenido Guatemala. La Fiscal comunista,
guerrillera y terrorista; la marxista
que puso a temblar al inmundo tráfico de influencias que existe en Guatemala.
La misma que llevó al banquillo al genocida y dictador Ríos Montt. Cómo la
extrañamos señora Fiscal. Qué falta le hace al sistema de justicia de un país tan lapidado como Guatemala.
Imposible que otra persona logre tener su temple y su decencia para ocupar el
espacio que dejó. No le llegan señora Fiscal, ni a la sombra de los talones.
De
dignidad carecen quienes bailan al ritmo de redoblante militar. A los que se
venden por un fajo de billetes de numeración grande. A los que agachan la
mirada para obedecer órdenes de asesinos y corruptos. Con usted al frente del Ministerio Público,
no existió metralla capaz de intimidar su consecuencia para con el pueblo
guatemalteco, con los miles de desaparecidos, los torturados, las violentadas,
los obligados a emigrar en tiempos de tierra arrasada. El narcotráfico, el
tropel dedicado al tráfico de personas
con fines de explotación sexual.
Curioso
que el ataque mediático en los medios de comunicación ya no gasten pólvora en
hablar diariamente del Ministerio Público. Cuando Claudia Paz y Paz era la
Fiscal, se desvivían por obtener la nota amarilla de la semana. Pedrada tras
pedrada, golpes bajos, zancadillas, pestes lanzadas desde las fauces del
comodín de los camisas blancas, fascistas y traidores. No existió confabulación capaz de hacerla
titubear en su demanda, mujer justa.
Estas
letras no son labias, no son flores, no es emoción pasajera, no es exageración
de escritora emigrante; este escrito es poesía, son versos rojos, socialistas,
anarquistas y sinceros.
Qué
temor le tienen los traidores a la sangre roja que no destiñe, por eso intentan
estigmatizarla, ensuciarla; pretenden volverla rastrera, turbia, mojigata e
hipócrita, pero no: la sangre roja es lava de volcán en erupción, no existe
torrencial capaz de apaciguarla. Así es la búsqueda de justicia, no existe impunidad capaz de amedrentarla.
Así es el respeto a los Derechos Humanos.
Este
escrito es también un abrazo por el
reconocimiento recibido ayer en Washington, DC.
La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, (WOLA por sus
siglas en inglés) otorgó el premio categoría Derechos Humanos a la ex Fiscal
General de Guatemala, Claudia Paz y Paz. “Por su incansable búsqueda de
justicia y redención de cuentas entre funcionarios públicos.”
Honor a
quien honor merece: señora Fiscal, Doctora Claudia Paz y Paz, mis letras la
saludan, mujer cabal.
Nota:
fue adrede lo de Fiscal Roja, ya quisieran muchos que tienen chilate en las
venas, comprar el color…
Ilka
Oliva Corado.
Noviembre
19 de 2014.
Estados
Unidos.
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