Aló mundo, ¡extra, extra, Guatemala soterrada bajo la impunidad!
¡Noticia de última hora, Guatemala se hunde en la escoria! Orejas por doquier,
ojetes en cada esquina, ¡noticia urgente, Guatemala es asaltada por el narco
Estado!
Aló mundo, S.O.S., Guatemala está atada de manos y pies, la están
torturando, la desangran, la ultrajan, la segmentan los hijos que han irrespetado y traicionado
el vientre que los parió, han escupido el rostro de la tierra que es su
madre.
¡Urgente, Guatemala agoniza! La ahogan los conspiradores, los
traficantes del poder, los pérfidos que la transgreden, esos togados de sacos
finos y zapatos de charol. Esos que se abren de piernas para aceptar plácidos
la enhebrada que cobrarán en ascensos, viajes vacacionales, carne tierna para
mancillar, cuentas bancarias en el extranjero, favores personales, en tráfico
de influencias y en polvo blanco que tragan sus hijos.
Esos jactanciosos de la erudición, los de diplomas y doctorados.
Esos a los que las lociones caras no les quitan el hedor a escoria que expelen
sus poros. A los que el enjuague bucal no les quita la fetidez de la labia.
La Jauría esa que se sienta en los butacones de la Corte de
Constitucionalidad, la cuadrilla que se apropia
la Corte Suprema de Justicia. Los jueces vendidos. El presidente
genocida. La vicepresidenta petulante y descarada. Fiscales alevosos y
obedientes a la orden del amo.
¡Extra, extra, Guatemala agoniza! La lapidan, la erosionan, la
apuñalan los infames adictos al poder, los impunes, los especímenes de la
desvergüenza. La despedazan, la
despellejan los mezquinos ilustrados para vender.
¡Urgente, urgente, Guatemala llora sangre! La amordazan, la
apuñalan, los instruidos con prioridad de clase. Los delincuentes, los asesinos
que caminan libres, culpables inconfesos. Culpables descarados.
Venden la tierra, oprimen a los líderes comunitarios, los
asesinan, los encarcelan, amedrentan la voz unánime que defiende los Derechos
Humanos. Una venda de ignorancia y terror al pueblo que no tiene capacidad de
reacción. Lisonja a la clase media para que siga en su soberbia de alcurnia
privilegiada. Condescendencia a la clase alta para que tenga libre acceso a lo
que no le pertenece.
¡S.O.S., Guatemala perece! Su juventud universitaria apática es
incapaz de pronunciarse. Los docentes universitarios son incapaces de
incitarlos a pensar, de estimularlos a actuar.
Pocos cuestionan, pocos exigen cuentas, pocos piden justicia.
Los medios infames lanzan cortina tras cortina de humo,
desestabilizan, engañan y esconden la verdad. El pueblo duerme la dulce siesta
de la ignorancia y de la dejadez.
Fue noticia, era urgente,
fue un grito de auxilio, Guatemala se hunde, su pueblo no tiene pulso,
su corazón no late, su voz no se pronuncia, sus manos no crean, sus pasos
yacen, sus sueños mueren, la pereza impera, su sangre se ha secado ya no
borbotea, ¿podrá más la indiferencia y
el miedo que la dignidad? No se pierda
el siguiente capítulo de: ¡Extra, extra, Guatemala de nuevo bajo ataque
militar!
Porque esto es una novela que comenzó a escribirse varias
dictaduras atrás.
¡Extra, extra, el que no brinque es chafa! Malaya.
Ilka Oliva Corado.
Noviembre 19 de 2014.
Estados Unidos.
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