Secuestro y asesinato de la familia Najera Ramirez Hernandez
El 28 de noviembre de 1983, en la aldea Santa Inés Pinula, municipio de San José Pinula, departamento de Guatemala, un grupo de hombres armados, con la colaboración de un comisionado militar, capturaron a Juana de Jesús Ramírez López, María Isaura Hernández Martínez, Carlos Nájera Ramírez - los tres militantes del Movimiento Revolucionario del Pueblo MRP -IXIM- y a Elena Rixtun. A los seis días de la captura, encontraron el cadáver de Juana enterrado como XX en Cuilapa, Santa Rosa. Diez días más tarde, se encontró el cadáver de María en Barberena, Santa Rosa, y los cuerpos de Carlos y Elena aparecieron en la ciudad capital. Todas las víctimas presentaban evidentes señales de tortura.
Carlos Najera, Elena Rixtún de Najera e Isaura Hernández de
Najera
JUANA DE JESUS RAMIREZ DE NAJERA
El duraznal y el general.
De pronto te digo, madre, que se acerca despacito la
consigna…
Y recuerdo, tu despedida a la sombra del duraznal…
La rendija de la puerta que magnifico la obscura silueta de
quien obligó la despedida…
Recuerdo el callejón con frescas pisadas, diminutas pautas
levantadas al viento tras el paso criminal.
Juana de Jesus Ramirez de Najera
Con toda la ventaja de por medio,
Con tranquilidad herencia de los d...ías de sombra se los
llevaron,
Como quien se lleva un mueble, una bolsa, un sombrero, una
pita, un respiro
No bastó saberte el único soporte y consuelo de los ojos
inocentes que siguieron tu blanco camisón hasta perderlo… junto a la paciencia
del regreso…
Pero madre, despacito, con sonido de radiola contadora de
segundos
Canción de recuerdo, escuchan tu nombre y el de todos,
Mil rostros les pasan por la mente, incapaces de darle tu
nombre a uno solo de ellos,
De pronto madre, reconocen un conjunto de vacios…
ISAURA
Y los que quedamos, los ojos que esperaron tu ternura, las
manos a media asta,
Quemaron cuetes,
Abrazaron otros cuerpos
Lloraron de sonrisas
Se dijeron ¡Al fin!
Porque sabes madre, hoy empiezan generales a escuchar los
nombres
Escucharán los gritos y sollozos y el retorcer de
torniquetes casi a reventar,
Nadie pone las rancheras a todo volumen, no hay macana ni
toques eléctricos,
Y sentirán lastima, de verse al espejo y reconocer en el
reflejo a un maldito y simple militar,
Sentirán el miedo recorrer sus cuerpos, y querrán ordenar y
masacrar y volver a masacrar,
Pero a la mañana siguiente cuando vuelvan al espejo,
Encontraran en su reflejo a un maldito, prepotente y
arrugado criminal.
Vez entonces, madre, jamás imaginaron…
La justicia hoy se acerca y tímidamente se posa a la sombra
del recuerdo de aquel viejo duraznal.
…Y los que quedamos, quemamos cuetes y regamos flores… en
nombre de los miles que no están.
Raúl Nájera.
Febrero 2013.
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