El pueblo debe rechazar tajantemente la militarización del Organismo Judicial y la vigilancia y control a los jueces, pues representa un retroceso peligroso que solo beneficia a las mafias.
Miguel Ángel Albizures
No faltaba más, la Juntita, los veteranos militares y la mezcla de civiles y militares agrupados en la Fundaterror, han logrado, en este período, encumbrar a los presidentes de los tres poderes del Estado y buscar, a través de ellos, el control de las decisiones que se tomen en el Ejecutivo, Legislativo y Judicial, pues para nadie es un secreto que el presidente Jimmy Morales es una marioneta con iniciativas, aparentemente propias, que tienden a restringir derechos ciudadanos. En el Poder Legislativo, gracias a su Presidente, los militares y empresarios tienen un aliado incondicional, a lo que hay que sumar diputados de diversos partidos que esperan el momento propicio para darle el zarpazo a la Ley de Reconciliación Nacional, para que sus compinches queden libres, y todos los crímenes de lesa humanidad que cometieron no vuelvan a ser perseguidos ni penalizados, y al mismo tiempo atar de pies y manos a las oenegés que estén trabajando junto los desheredados y a quienes busquen, como resarcimiento, la aplicación de la justicia.
Ahora intentan militarizar el Organismo Judicial, y mantener bajo control y vigilancia a los jueces y trabajadores con el nombramiento de Roberto Mota Bonilla, quien fuera miembro prominente de la Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad de la Presidencia (SAAS), y quien por supuesto, está al servicio de la Inteligencia Militar. La preocupación de los jueces y del sindicato de trabajadores es legítima, pues hombres de particular, posiblemente militares de civil, han ocupado las instalaciones y acosado a trabajadores. Como bien lo señalaron los jueces “Más que protegidos nos hemos sentido vulnerables”, y tienen razón, pues muchos de ellos, especialmente quienes llevan los casos de alto impacto, han sido constantemente amenazados de muerte o presionados por estructuras criminales que han copado las instituciones del Estado.
Hay que reconocer la valiente denuncia de los jueces, pues en medio de las amenazas que sufren, han señalado las razones por las cuales se oponen al nombramiento de Mota Bonilla, y su rechazo a cualquier tipo de control y vigilancia que atente contra la independencia judicial, el Estado de Derecho y la democracia en el país. A muchos jueces y magistrados, les debemos los pocos pasos que ha dado el sistema de justicia, ellos han sido la dignidad de Guatemala, los que han puesto en alto el nombre del país al atreverse, repetimos, en medio de las amenazas, a mantener tras las rejas a un montón de criminales y corruptos que desfalcaron al país o que aterrorizaron a la población con ejecuciones extrajudiciales, capturas y desapariciones forzadas, o que arrasaron aldeas completas, como lo sufrieron los ixiles o los pobladores de Las Dos Erres en Petén. El pueblo debe rechazar tajantemente la militarización del Organismo Judicial y la vigilancia y control a los jueces, pues representa un retroceso peligroso que solo beneficia a las mafias.
https://elperiodico.com.gt/opinion/2019/02/21/jueces-bajo-acecho/
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