jueves, 21 de mayo de 2020

IRMA MARILÚ HICHOS RAMOS ¡PRESENTE! “Era tras la vida por lo que ibamos...

El 21 de mayo de 1984, la estudiante, fue desaparecida cuando salía de la Ciudad Universitaria. Miembro, de la organización estudiantil amplia y legalmente reconocida AEU de la Universidad de San Carlos USAC

Tomado del libro “Era tras la vida por lo que ibamos...” ODHAG

SEMBLANZA
IRMA MARILÚ HICHO RAMOS

Nombre del estudiante: Irma Marilú Hicho Ramos
Fecha de nacimiento: Nació el 14 de junio de 1,961
Fecha de la desaparición: 21 de Mayo de 1,984
Ocupación: Dirigente y Estudiante
Cargo Dentro del Movimiento: Miembro de la Coordinadora Ejecutiva de la
Asociación de Estudiantes Universitarios
Oliverio Castañeda De León, en el año de 1,984.
Centro de estudios: Escuela La Sagrada Familia en la zona 10.
Facultad de Ciencias Económicas, Universidad
de San Carlos de Guatemala, USAC.

Persona Entrevistada: Herlindo Hicho
Relación o Parentesco
Con en Estudiante: Padre

CONTEXTO Y ANTECEDENTES (personales y generales)

LA GÉNESIS
Mi hija Irma Marilú Hicho Ramos nació el 14 junio de 1961, tenía 23 años de edad al momento de su secuestro, el 21 de mayo de 1984.

Tenía dos hermanos, María Yolanda y Carlos Enrique, son hermanos de Irma por parte de mamá, ella era la más chiquita, con ellos siempre hemos tenido buena relación.

Irma estudió en La Sagrada Familia, zona 10, ahí sacó primaria, después fue aestudiar al Instituto para Señoritas Belén. Estando en Belén, ella tenía sus ideas y así se fue forjando, hasta llegar a la Facultad de Ciencías Económicas en la Universidad de San Carlos, donde hubo más campo para desarrollarse. Perteneció a la Asociación de Estudiantes Universitarios AEU.

Irma tenía un carácter y sus sentimientos muy buenos, a veces se quitaba el pan para dárselo a otro. Recuerdo una vez que Irma iba a llevar un su compañero, y me  dijo “mira viejo”, -así me decía- va a venir fulano, él no toma café, toma leche, y había que conseguirle leche.

Teníamos una confianza tan grande con ella, no como de padre a hija, sino una confianza de buenos amigos porque nos contábamos todo, yo sabía muy bien lo que ella estaba haciendo.

Una vez, ella tenía una su venta, yo llegué a donde ella estaba, me di cuenta que habían unos niñitos lustradores refaccionando, de unos ocho a diez niños... ¿sabes una cosa, viejo, yo no les voy a cobrar lo que les di?. Bueno le dije, usted sabe lo que hace “mija”. Después, los niños siempre pasaban, no en una cantidad exagerada, unos dos o tres y nunca les cobraba, era muy conciente. Incluso, todavía hace dos años me encontré a uno de ellos, allá por el IGSS de la zona 9, y yo prácticamente no lo reconocía, y luego me dice “¿Qué tal Don, cómo está?, ¿No me recuerda? No, le dije. Y ¿usted cómo se acuerda de mí? De dónde me conocen? Nosotros llegábamos allá con su hija, ella nos daba nuestra refacción. Y de ella ya no se supo nada? Él era ya un adulto, pero se recordaba por la relación que hubo entre ellos.

Ella era muy tierna, muy sencilla, por el asunto de la comida, ella no tenía preferencia, comía lo que hubiera. Le gustaba la música sentimental.

EL MOMENTO TRÁGICO DE LA DESAPARICIÓN

LA PASIÓN / EL MARTIRIO

El día que sucedió el secuestro de Irma, yo estaba trabajando en la municipalidad de noche; eso fue un día lunes, llegué al día siguiente a la casa; ella era la primera en ver la prensa y como yo la llevaba, siempre me la pedía, pero ese día llegué y sólo estaba Chicki y mi Esposa, estaban llorando y no me contestaban, luego les pregunté por Irma, y ellas va de llorar, me contaron que no había llegado a dormir. Que habían llamado a unas personas para ver si estaba con ellos. Pero no. Fue inútil. Nunca hemos tenido noticias de dónde ocurrió el secuestro, lo que sí sabemos es que cuando ella desapareció, también desapareció Héctor Castañón.

Nuestra lucha por el esclarecimiento no fue sólo por Irma, sino por los demás compañeros, y a muchos compañeros de Irma yo los conocía y alguna vez los encontré y platicábamos, nos dolió mucho. Y por eso, cuando surgió la cuestión del GAM, yo participé. No de los fundadores, pero mucho tiempo sí de la Junta Directiva, luego por algunas razones, me tuve que desligar de ahí. Yo seguí luchando por el aparecimiento con vida de ellos, por lo que junto con otros compañeros fui miembro fundador de FAMDEGUA.

La primera gestión, al darnos cuenta que no había llegado, llamamos a unas personas que conocíamos, eran compañeros de la universidad, pero los llamamos y al no tener noticias de ella, fuimos a la Universidad, en ese tiempo estaba de Rector Eduardo Meyer, tuvimos una entrevista con él y nos atendió muy bien.

Esa fue una de las primeras gestiones conjuntamente con los amigos, ya después ingresamos a la Universidad, para obtener información, platicamos con algunos señores y algunos estudiantes, nos ayudaron sacando fotocopias.

En cierta ocasión un estudiante mencionó “Ah si, dijo– una señorita, la patoja, la compañera de AEU, a ella un grupo de hombres con ametralladora la detuvieron, luego la obligaron a subirse a un carro y se la llevaron, ya no la volvimos a ver” yo me acerqué a él y quise saber más de lo que estaban diciendo, traté de hablarle, pero ya no dio lugar, luego se perdió entre todos los demás estudiantes.

Cuando me tocó hacer los trámites que se hacen siempre, no encontré ninguna respuesta de las autoridades.

Incluso, en cierta ocasión, una patoja que creció junto con Irma y fueron muy amigas, llegó a verme, creo se llamaba María, me dijo que le diera los datos Irma, nombre completo y la fecha en que había sido secuestrada, y yo le dije “¿para qué?”. Como ella era cultora de belleza, y en ese tiempo ella peinaba a la esposa de Mejía Víctores, Presidente de Guatemala, me dijo, yo tengo contacto con la esposa del Presidente, démelos, haber que averiguo. Se logró, le dimos la nota para que ella se la diera, yo sabía que en la Politécnica habían cárceles clandestinas y en otros lugares. Haciendo notar eso, ya que eso contaba, y no sólo para ella sino para otros compañeros también; sin embargo, la respuesta que me dio la amiga de Irma fue que Mejía Víctores decía que en el país no existían ese tipo de cárceles y que se realizaron las diligencias respectivas y ella no se encontraba detenida én ningún centro de detención del Estado.

“Querían hacer algo por la clase marginada, pero eso no les gustó a los señores del gobierno y fue cuando los desaparecieron”.

Yo tenía gran confianza con Irma. Cuando fue el secuestro de Cuevas, yo llevaba la prensa y al nomás ver ahí lo que había sucedido con el compañero, empezó a llorar y le pregunté ¿qué pasa?, mirá viejo, un compañero nuestro lo secuestraron, me dijo, a quien yo en una oportunidad había visto.

Apenas se tomó un poquito de café, se vistió y salió disparada ¿a dónde vas? le dije, estás viendo la situación, “sí, me dijo, pero precisamente por eso tenemos que hacer algo, voy a buscar a unos compañeros, a ver si averiguamos algo”, yo le dije quédate, pero ella no quiso quedarse en la casa, porque sino –me dijo– traicionaría a los compañeros y no lo puedo hacer”. Regresaron en la tarde ya descontrolados, y le pregunté, si habían podido averiguar algo, y me dijeron que no. Ya nunca se supo nada de él.

CONSECUENCIAS FAMILIARES Y SOCIALES

RESURRECCIÓN Y APOCALIPSIS

Luego, cuando ocurrió el secuestro de Irma, otra de las gestiones que hice fue andar de exhumación en exhumación, como decimos vulgarmente, a ver si en una de tantas exhumaciones que se hicieron, la encontrábamos, pero no.

Yo participé en varias exhumaciones. Donde me di cuenta de que, a pesar de que había pasado mucho tiempo, los cadáveres estaban allí, intactos como los habían dejado, cómo se iban a poder escapar de eso, se encontraban con alambre en los pies.

Hubo una oportunidad en que se encontró a una señora, ella estaba embarazada en un estado bastante avanzado, fue algo que me impactó muchísimo, y pensé si lo hicieron con una mujer embarazada, cómo no lo iban a hacer con Irma o con los otros compañeros que no habían aparecido, fue y es algo duro para nosotros, y aún los seguimos recordando, todo lo bueno, porque para nosotros, tanto Abel Soberanis como Juan Carlos Lara y por supuesto, mi hijita Irma, siguen siendo las mismas personas. Son parte de uno.

Hace poco vi a Catalina Soberanis, a ella y a su familia los conocí, porque tuvimos la dicha, la suerte de compartir con Abel, su hermano, ya que él fue novio de mi hija. Tuvimos muy buena relación con él, muy amable, muy cariñoso, no sólo con Irma, sino incluso con toda la familia. Abel era muy buena persona. Pero desafortunadamente, por lo que le pasó a él, se fue perdiendo la relación con la familia Soberanis, ya no nos comunicamos. En un principio sí, pero después ya no, Irma siempre lo recordaba.

Con el tiempo, Irma se hizo novia del compañero Juan Carlos Lara, con quien se casó, tengo muy buen recuerdo del muchacho. Él también era de buenos sentimientos, muy buena persona, llegaba a la casa, era muy amoroso con ella y con toda la familia. Pero desafortunadamente, al poco tiempo de haberse casado, fue cuando sucedió el secuestro de Irma. Ellos se casaron a finales de Octubre, me parece, o finales de Septiembre de 1983.

Juan Carlos se encontraba fuera del país, tenía trabajo pendiente que hacer, y el trabajo lo tenía que terminar en seis o cuatro meses, algo así, pero se prolongó y luego tuvimos noticias de que iba a venir, pero por la situación que se estaba viviendo, le dijimos que se esperara unos meses más. Y fue cuando pasó. O sea, que él no estaba acá cuando fue el secuestro de Irma, él no supo, lo supo por las noticias.

Cuando regresó, me buscó. Yo trabajaba en la Municipalidad y él sabía que yo trabajaba en las noches, de repente sonó el teléfono y contesté. Me dijeron, aquí hay una persona que lo busca, como ya no era hora hábil, bajé a ver quién me buscaba. No lo reconocí tan fácil, porque estaba cambiado.

Fue muy doloroso, después de lo que pasó con Irma, nosotros estuvimos bastante mal, porque era una hija muy querida, y aún nosotros la seguimos queriendo tal como si estuviera presente.

Platicamos con Juan Carlos, me contó, que él sí lo había sabido, que se había dado cuenta, me dijo también que no se podía hacer nada, la buscamos tanto tiempo.

El día en que Vinicio Cerezo tomó posesión, ese día se fue Juan Carlos, aprovechando que estaba todo ese movimiento de la toma de posesión, él se fue para Estados Unidos, ahí tenía un hermano y estaba una cuñada, luego logró llegar y estuvo con ellos. Sin embargo, la frustración era muy grande, no podía estar allá, quería venirse, pero era mejor que estuviera allá, pero él también murió.


Eso es algo duro, eso cuesta. Uno muchas veces tiene que aparentar,
pero siempre uno lleva la herida que nunca sana, y el hablar de eso, es
recordar esos momentos duros, pero a la vez, se siente bien el desahogo.

Semblanza presentada por El GAM Y FAMDEGUA, solicitando el aparecimiento de Irma y los compañeros secuestrados simultáneamente el 21 de mayo de 1984. Proporcionada por Don Herlindo Hicho, padre de Irma.

Irma Marilú Hicho Ramos

23 años de edad al momento del secuestro Estudiante de la Facultad de Economía de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Al momento de ser secuestrada, Irma Marilú  era miembro de la Coordinadora Ejecutiva de la Asociación de Estudiantes Universitarios AEU. Órgano asociativo que representa los intereses de la comunidad estudiantil.

Antes del secuestro de Irma, fueron secuestrados por las Fuerzas del Gobierno Carlos Cuevas Molina (Hijo de un ex Rector de la Universidad, muerto en el exilio) quien conjuntamente con Sergio Alvarado eran miembros de la Coordinadora Ejecutiva de la Asociación de Estudiantes Universitarios.

Un mes aproximadamente después, fueron secuestrados Irma Marilú Hicho Ramos, Gustavo Adolfo Castañon, Héctor Alirio Interiano, quienes componían la Coordinadora Ejecutiva de la AEU. El secuestro se realizó simultáneamente el día 21 de Mayo de 1984. Perpetrado por las Fuerzas de Inteligencia del Ejército de Guatemala, denominada G-2 (Policía Política del Ejército)

Hasta la fecha, ninguno de los mencionados ha sido encontrado, a pesar de la infructuosa actividad que se ha llevado por parte de los Familiares a través del Grupo de Apoyo Mutuo GAM, por el contrario la respuesta que se ha encontrado a las peticiones, por parte del Ejército, fue el secuestro y posterior asesinato de la esposa de Carlos Cuevas Molina, la señora Maria del Rosario de Cuevas (quien era directiva del Grupo de Apoyo Mutuo). Quien fuera secuestrada en compañía de su hijo menor de dos años y su hermano de veintitrés años de edad. Donde el ejército descaradamente quiso hacer aparecer el hecho como un accidente, al haber tirado el carro en un barranco cercano a la ciudad. Pero según el informe de la necropsia, demostró que los mismos habían sufrido golpes previos y asfixia.

Actualmente, como familiares nos encontramos solidariamente asociados al Grupo de Apoyo Mutuo, exigiendo el pronto aparecimiento de nuestros familiares y el castigo a los hechores intelectuales y materiales, sin que hasta la fecha el Gobierno nos haya dado una respuesta satisfactoria, a pesar de las pruebas aportadas, que demuestran que fueron las fuerzas del Gobierno, pero principalmente el Ejército de Guatemala, los hechores de los mismos.
http://www.odhag.org.gt/pdf/Era%20tras%20la%20vida.pdf

2 comentarios:

  1. Un homenaje póstumo a los mártires estudiantiles, algún día brillara la luz de un nuevo amanecer para Guatemala,gracias al sacrificio de esta juventud que tuvo el valor y la osadía de generar un cambio para nuestra marginada sociedad

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  2. Debemos luchar hasta conocer la verdad y donde están nuestros héroes

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