Ojalá y el gobierno piense también en los trabajadores que son la principal fuerza para reactivar la economía.
Por: Miguel Ángel Albizures
Ayer siete de octubre fue el día de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, implementado para visibilizar y dar voz a la clase trabajadora en sus demandas orientadas a la transformación de las injustas condiciones laborales, cada vez más extendidas en la era de la globalización y capitales transnacionales. El empresariado debe comprender que la única forma de que existan buenas relaciones entre el capital y el trabajo, si quieren llamarle así, es necesario e indispensable que se implante en las fábricas, comercios, minerías o casas particulares, un trabajo decente y un salario digno y terminar de una vez por todas con las condiciones de semi-esclavitud existentes.
Hoy, cedemos parte del espacio a las principales centrales obreras de Guatemala, que al igual que en otros países levantan la bandera de trabajo decente y salario justo, pues la crisis provocada por el COVID-19 ha recaído sobre los hombros de los trabajadores, quienes han sido afectados en aspectos salariales y estabilidad laboral, intentando imponer el trabajo por tiempo parcial, que indudablemente favorece al empresariado, por ello señalan que: “Guatemala, igual que el resto de los países del mundo, ha sido golpeada por el coronavirus, no solamente a nivel sanitario, económico y social, pero en forma más contundente, con mayor violación a los derechos laborales y derechos humanos. Las medidas adoptadas por el gobierno para aparentar amortiguar la crisis derivada del COVID-19, no han sido suficientes para proteger a las y los trabajadores, todo lo contrario, la clase trabajadora se ha visto más desprotegida que antes. Ha quedado en evidencia que esos aparentes esfuerzos no son más que acciones proteccionistas para la cúpula empresarial y sus negocios extractivitas y explotadores.
Se ha aprovechado la crisis sanitaria para dar más beneficios y protecciones a los grandes empresarios, militarizando y criminalizando las acciones y luchas de los pueblos originarios y del movimiento sindical. El gobierno y la cúpula empresarial se han aprovechado de la crisis para profundizar medidas en detrimento de derechos laborales adquiridos, materializando su política neoliberal y continuando con la sistemática violencia antisindical. El propósito agregado de estas medidas es debilitar la organización sindical y tratar de eliminar las conquistas y derechos fundamentales obtenidos tras años de lucha del movimiento sindical. Nosotros a través de esfuerzos organizados por lograr condiciones laborales dignas y justas, hemos perdido vidas de sindicalistas asesinados comprometidos con la lucha por mejores condiciones de vida y de trabajo.
Este año 2020, ha representado un gran reto para las organizaciones sindicales, pueblos originarios y organizaciones populares en la defensa de las garantías y derechos para las y los trabajadores en general, como son el salario mínimo y la jornada de trabajo. Con el argumento falaz de pérdidas económicas se quieren reducir derechos laborales, es por ello, que rechazamos enérgicamente el trabajo a tiempo parcial. Ante la crisis que se vive a nivel mundial, el trabajo decente debe ser un elemento central de la propuesta gubernamental para retomar el crecimiento.” Así de claro lo manifestaron la Central General de Trabajadores de Guatemala (CGTG), la Unión de Trabajadores de Guatemala, (Unsitragua,) y El Movimiento de Trabajadores Campesinos de San Marcos (MTC). Ojalá y el gobierno piense también en los trabajadores que son la principal fuerza para reactivar la economía.
Fotos: Asociación COMUNICARTEhttps://elperiodico.com.gt/opinion/2020/10/08/trabajo-decente-y-salario-digno/
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