jueves, 10 de septiembre de 2015

Tenemos ahora más dudas que respuestas. Las elecciones no dejan certezas.


HELMER VELÁSQUEz
Singular sorpresa recibieron los ganadores cantados. La vida es así y ahora están en peligro de extinción. Como le ocurre al jaguar petenero. Aquellos que en su miopía se mofaban de los “pequeños grupos reunidos en la Plaza Central manipulados y sin propuesta”. Cuanta equivocación en la arrogancia. Al punto, de creerse su propia mentira: la adulación de las masas acarreadas; aquellas vivas, las fotos con las patojas, las abuelitas que le abrazaban y rogaban a Dios por el futuro presidente, frenéticos aplausos luego del sorteo de la estufa de cuatro hornillas, a nadie interesaba el discurso, solo los sorteos, ver la chica cumbia y aplaudir y… si además uno sale en la tele. Todo era alegría. Los pobres lo tienen más claro que sus “guías”; en el fondo saben que son aquellos, causa importante de su desgracia. El líder –sin embargo– obnubilado. En su megalomanía retó a sus fieles: si no traen votos ni me llamen; habrá quitado el habla al cachorro de los Rivera apaleado en Mixco. En su demencia promesas delirantes: cinco quintales de fertilizante por campesino, pena de muerte exprés, Q600 y silla de ruedas por adulto mayor… su gritería insultante se diluyó: susurro de las plazas, algarabía de las batucadas.
En el medio de la derrota mesiánica, la pregunta persiste ¿resolvió el proceso electoral la crisis de legitimidad del estamento político? La respuesta es obvia NO. Es estas condiciones no hay democracia de largo plazo. Ahora bien, la otra pregunta es: ¿quién de los candidatos que van al balotaje conviene al proceso de reforma política: Jimmy sin partido, sin equipo propio y prometiendo convocar a la Asamblea Constituyente podría –en su soledad– facilitar el proceso, sin embargo, esa misma situación podría significar que su peso en el Congreso sea nulo y no logre articular propuesta alguna; otro riesgo es que ante el vacío se nutra de oportunismo, en donde militares de viejo cuño, pasen a primer plano, ciertamente, un retroceso al pasado. Con la señora y su corte variopinta: se acomodan allí izquierdistas de antaño, azucareros, paracaidistas y una que otra joya del folklor tropical, no se aseguran las resultas, más allá de bolsas solidarias y otros compensadores. En plan de gobierno –pero eso es papel– no existe duda la propuesta verde es completa, la de Jimmy es retaceada y misteriosa.
Lo claro es que nulos y blancos, le “ganaron” a varios partidos y que la expresión de las plazas fue determinante en el resultado electoral.
http://elperiodico.com.gt/2015/09/10/opinion/tenemos-ahora-mas-dudas-que-respuestas/

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