Opinión: elPeriódico, 29 de agosto de 2013
Miguel Ángel Albizures
El presidente de la Fundación Contra el Terrorismo, Ricardo Méndez Ruiz, ha recibido del Procurador de los Derechos Humanos una justa condena moral por incitar al odio y denigrar a defensores de derechos humanos, a quienes el PDH hace un reconocimiento por su labor en el fortalecimiento del Estado de Derecho. Según el informe, Méndez Ruiz procedió de manera irrespetuosa contra ellos, lo cual no es de extrañar, pues es parte de su comportamiento normal, demostrado en diferentes artículos y publicaciones en las que se ataca a defensores, jueces, instituciones públicas y países que aportan recursos a las organizaciones y al Estado.
El documentado informe del Procurador “Resuelve, declarar la violación de los derechos a la dignidad, a la integridad, a la seguridad, que constituyen una amenaza al derecho a la vida, a la igualdad, la libertad de acción y asociación de los defensores de derechos humanos y los miembros de organizaciones no gubernamentales”, al mismo tiempo que declara como responsable de dicha violación “al señor Ricardo Rafael Méndez Ruiz Valdés, quien realizó las publicaciones objeto de denuncia y que motivaron la presente investigación”; deja a salvo a la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala (Avemilgua) y a la Asociación de Familiares de Militares y Amigos de Militares (Familia), sin tomar en cuenta que ellos, a nivel personal y colectivo, militan activamente en la Fundación Contra el Terrorismo, lo cual se puede constatar en las lista de miembros que participan hasta en puestos directivos.
El Procurador, en su informe recomienda a Méndez Ruiz “abstenerse de realizar señalamientos para criminalizar la labor de los defensores y defensoras de derechos humanos en Guatemala y que reflexione acerca del daño que representa difundir masivamente el tipo de contenidos analizados en la presente resolución, en las cuales no solo se agrede a personas, movimientos, representantes diplomáticos y misiones internacionales, sino también se fomenta el odio y la confrontación social”.
En otras palabras, el Procurador, a quien también ha señalado Méndez Ruiz y ha pedido su destitución, le dice que no hay que confundir el sebo con la manteca, que una cosa es la libertad de expresión y otra el insulto, la acusación sin fundamento y la incitación al odio y a la acción violenta contra defensores, lo cual es un delito por el que tendrá que responder en tribunales, como tuvieron que hacerlo periodistas y religiosos por el genocidio en Ruanda. Uno de ellos, Bernard Hategekimana, editor de un periódico, fue condenado a cadena perpetua.
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