Por: Miguel Ángel Albizures
De seguir este camino, el retroceso a los años ochenta se acelera y con él, el serio peligro para la integridad física y la vida de los y las defensoras de derechos humanos.
Como ahora para todo hay un día especial, aunque en la práctica no se respete nada, ayer fue el Día Internacional de las Personas Defensoras de Derechos Humanos y no hay nada que celebrar pero sí mucho que denunciar, pues según la unidad de defensores, solo entre los meses de enero y septiembre de este año se cometieron ochocientas cuarenta y cuatro agresiones, catorce personas fueron asesinadas y se produjeron veintidós intentos de asesinato. Todo ello sin tomar en cuenta lo sucedido en el curso del mes de octubre, noviembre y en estos pocos días de diciembre cuando el acoso se ha centrado contra periodistas y comunicadores sociales.
Cuando hablamos de defensores y defensoras nos referimos a hombres y mujeres que son líderes comunitarios, periodistas, comunicadores sociales, sindicalistas o defensores del medio ambiente que se juegan la vida por la defensa de los derechos del pueblo. Hoy en día existe una campaña permanente de acoso, intimidación, amenazas de muerte, deslegitimación y desprestigio bien orquestado desde arriba, intentando paralizar las investigaciones y silenciar las voces de todos los que denuncian la corrupción galopante que carcome los recursos del Estado. Ya no se trata solo de los mensajes por redes sociales, sino de amenazas como la que dejaron en la casa de Marvin del Cid con una nota que dice: “Marvin y Sonny dejen de investigar y publicar mierdas o ya verán”. Pero así como a ellos, muchos otros periodistas y líderes comunitarios sufren el acoso y la amenaza que tiende a generalizarse sin que exista una declaración clara y contundente del gobierno desligándose de los hechos o implementando programas de protección, lo cual deja entrever que todo viene de arriba y que, como en cualquier dictadura, no son capaces de aguantar la menor crítica a funcionarios públicos. De seguir este camino, el retroceso a los años ochenta se acelera y con él, el serio peligro para la integridad física y la vida de los y las defensoras de derechos humanos. Es así como también arribamos el día de hoy diez de diciembre al Día de los Derechos Humanos en un país en donde se pasa del acoso, al control, al seguimiento, a la penalización de sus defensores.
Todo ello nos llama a la unidad, a la acción conjunta de los defensores y de los periodistas en particular a la defensa del derecho a defender derechos inalienables que estamos en peligro de perder. Ellos, los de arriba, han sido capaces de superar, aunque sea públicamente, divisiones y contradicciones para seguir adelante con sus planes de enriquecimiento ilícito, de control poblacional y de silenciar las voces de protesta. Los defensores y defensoras tenemos que ser capaces de continuar la lucha por la democracia y la defensa de los derechos del pueblo.
https://elperiodico.com.gt/opinion/opiniones-de-hoy/2020/12/10/defensores-de-derechos-bajo-acoso/
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