El 25 de febrero de 1999 la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, CEH presentó el Informe Memoria del Silencio, en el que se dan a conocerlas atrocidades cometidas por las fuerzas represoras del Estado, en particular por el ejército de Guatemala durante el conflicto armado interno.
Dicho informe establece que los hechos cometidos contra poblaciones indígenas son actos de genocidio. Informa además de las desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales cometidas contra población civil, tanto en el área urbana como en las comunidades del país. Nombra los hechos de violencia y represión que sufrió el pueblo guatemalteco en manos de un ejército que con la implementación de la estrategia contrainsurgente cometió delitos de lesa humanidad.
El Estado, a través del Programa Nacional de Resarcimiento, en cumplimiento con las recomendaciones del Informe de la CEH promovió que el 25 de febrero se conmemorara el “Día Nacional de la Dignidad de las Víctimas”, para honrar a todos aquellos hombres y mujeres sobrevivientes, y dignificar la memoria de aquellas personas que fueron masacradas, ejecutadas y desaparecidas en manos del ejército por la política ejercida desde el Estado.
Es por ello que cada año familiares, sobrevivientes, colectivos y organizaciones sociales y de derechos humanos conmemoran esta simbólica fecha, no sólo para recordar sino también para honrar la vida y lucha de campesinos, lideres estudiantiles y sindicalistas, académicos, religiosos, hombres, mujeres, niños y niñas, así como para demandar justicia, resarcimiento y reparación integral porque no se puede dignificar a las víctimas mientras las graves violaciones a los derechos humanos permanezcan en la impunidad y los responsables no sean juzgados y encarcelados.
Este día también recordamos los ideales de lucha de todas aquellas personas víctimas del conflicto armado, que no tuvieron miedo de callar las injusticias, que trabajaron para que en este país desaparecieran el racismo, la pobreza, la discriminación, y la exclusión, y que siempre defendieron la dignidad y libertad de su pueblo.
Los sobrevivientes de la barbarie construimos con la MEMORIA, caminos de vida, esperanza y fe inquebrantable de la NO REPETICION de estas atrocidades.
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