MIGUEL ANGEL ALBIZURES
Si uno lee detenidamente las opiniones sobre la continuidad o no de la CICIG, cuyo mandato vence en septiembre del presente año, encuentra que los sectores que pujan por la transformación del sistema de justicia y la profundización de la democracia, fueron los que propusieron su creación y se pronuncian por la prórroga del mandato, mientras que los sectores más conservadores, ultraderechistas y corruptos, se oponen y vienen acusando a la CICIG, desde el momento de su instalación, porque para ellos todo está bien, el Ministerio Público tiene la capacidad de investigar, y el sistema de justicia debe seguir como está. La persecución penal a los perversos toca de cerca sus intereses y por eso la CICIG debe irse mil veces al carajo. Nunca, según ellos, debió aceptarse su presencia que representa una ofensa a la soberanía del país.
El Gobierno, en su desesperación por salir de la CICIG, ha conformado una comisión ad-doc para justificar el fin de su mandato, en la cual las organizaciones de derechos humanos y de la sociedad civil, que tienen mucho qué decir al respecto, han quedado fuera, quizá porque se sabe de antemano que su posición sería la prórroga del mandato, pues se requiere continuar con el apoyo al sistema de justicia, que representa la profesionalización y especialización en nuevos y efectivos sistemas de investigación, que permitan poner tras las rejas a quienes conforman las estructuras clandestinas, incrustadas en las mismas instituciones del Estado y en las cuales participan funcionarios que se han enriquecido ilícitamente.
En septiembre de 2014, la CICIG presentó un importante informe del trabajo realizado y de las expectativas que tiene para el futuro; en esa oportunidad, hace apenas cinco meses, el Ministro de Gobernación agradeció a la cooperación internacional por el apoyo para asegurar la presencia de la Comisión en Guatemala, y señaló que “gracias al trabajo de la CICIG fue posible fortalecer capacidades en las instituciones nacionales. Este logro ha permitido la cooperación interinstitucional con la PNC y el MP”.
Asimismo, mencionó “que el presidente de la República, Otto Pérez Molina, apoya el trabajo de la CICIG y que el Gobierno que representa no descartaba una posible extensión del mandato”. De plano, el ministro de Gobernación ya se alineó a todos los que pretenden que el Gobierno dé las gracias a la CICIG y no solicite la prórroga del mandato, pues al general Otto Pérez le falta voluntad política para terminar con la corrupción, de la cual es corresponsable, y con los aparatos criminales incrustados en las mismas fuerzas de seguridad, ya que los efectos de una investigación de esa naturaleza, podría poner tras las rejas a muchos funcionarios.
http://www.elperiodico.com.gt/es/20150212/opinion/8421/La-incómoda-CICIG.htm
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