martes, 29 de mayo de 2012

Guatemala: 29 de mayo Hace 34 años de la masacre de Panzós.






Opinión:elperiodico 29-05-12

29 de mayo


Hace 34 años de la masacre de Panzós.
Miguel Ángel Albizures
Esta se dio clara defensa de los intereses de los terratenientes, pues había un conflicto de tierras que se “resolvió” con la intervención violenta del Ejército que ubicó sus efectivos a inmediaciones de la plaza y en la propia Municipalidad, disparando contra indefensos campesinos que llevaban un pliego de peticiones. Lo que primero reportaron los medios de comunicación, fue un enfrentamiento y se guardaron la verdad que hoy siguen saliendo a luz, como muchas otras matanzas masivas o individuales que los responsables niegan, pero que la justicia se encargará de dignificar a las víctimas.

Muchos de los responsables aún viven y posiblemente, como ha sucedido en otros países, llegará el momento en que algunos de los autores materiales que recibieron órdenes de matar a inocentes, secuestrar y desaparecer, cuenten los hechos tal como fueron, como ya lo hicieron varios de los que participaron en la masacre de las Dos Erres de la Libertad, Petén, y por la que guardan prisión algunos militares.

Ahora, estamos bastante informados de lo que sucede, antes no era así, periodistas y medios de comunicación se vieron obligados al silencio, pero hoy sabemos que desde febrero pasado, la Fundación de Antropología Forense inició las exhumaciones en la antigua base militar de Cobán, en donde ya han excavado 19 fosas y han encontrado 178 osamentas de hombres y mujeres, entre las que se encuentran 37 de menores de edad. Nadie puede ya negar el uso que dieron a terrenos de bases militares o destacamentos, pues Comalapa es un ejemplo de lo que sucedió con los detenidos desaparecidos.

A lo largo de la región del Polochic, pero también a lo largo y ancho de Alta Verapaz, las comunidades han sufrido los estragos que provocan las lluvias, pero también la implementación de grandes proyectos de las transnacionales y la actitud violenta del Estado y de los empresarios nacionales y extranjeros, a quienes el afán de lucro, no de desarrollo integral, los hace cometer otro tipo de injusticias, muchas de ellas acompañadas de la eliminación física de dirigentes de las comunidades. Por eso el 29 de mayo no se olvida, no se puede olvidar, porque en toda la región sigue campeando la injusticia, el hambre sigue presente, como presentes siguen los conflictos de tierra no resueltos y que ojalá no quieran resolverlos como creyeron resolver lo de Panzós, un 29 de mayo de 1978.

Guatemala: Morir para Ganar la Vida


MORIR PARA GANAR LA VIDA La masacre de Panzós, de Boris Hernández y Arturo Albizures (Guatemala) : 1,999 Primer Lugar al Documental Profesional en el Festival ICARO a la Creación en video Documental, Premio Saúl Yelín del Comité de Cineastas de América Latina, CUBA, 21 Edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano

lunes, 28 de mayo de 2012

Panzós: Espinas en carne propia



Panzós: Espinas en carne propia

Cada 29 de mayo yo distingo que “es ese día” porque, aunque me haya olvidado de la fecha, amanezco con un terrible dolor de cabeza.
Juan José Guerrero
Nadie había acudido a prestar ayuda a la población herida porque alguien estaba bloqueando la salida de las ambulancias.
Más de 120 personas fallecieron en las primeras ráfagas de ametralladora. Se inició la balacera cuando llegaron a la plaza. Los soldados estaban apostados en techos, ventanas, casas e incluso, en el campanario de la iglesia parroquial. No hubo ningún intento de mediación.
La tarde del 29 de mayo de 1978 comenzó a circular en Cobán la noticia de que “algo malo había sucedido en Panzós”. Se decía desde, una balacera entre personas ebrias hasta un enfrentamiento guerrilla-ejército.
En la noche ya no quedaban dudas de lo acontecido y la población de Cobán se fragmentó en dos grupos claramente polarizados.
Uno fue conformado por el estudiantado y docentes del Centro Universitario del Norte de la USAC quienes organizaron una manifestación de protesta al frente de la cual se puso su Director. A ellos se adhirieron personas intelectuales —académicas y no académicas— y desde el atrio de la Catedral de Santo Domingo de Cobán se denunció al mundo la —ya para esa hora— calificada como Masacre de Panzós.
Otro se integró con finqueros residentes en Cobán, empresarios y vergonzosamente, algunos profesionales del Derecho quienes se alegraban porque “se habría puesto en su lugar a unos indios revoltosos que pretendían adueñarse de las fincas”.
A la fecha, yo era el EPS (Estudiante en Ejercicio Profesional Supervisado) de Medicina en el Centro de Salud de San Juan Chamelco y al enterarme de la noticia me fui para el Hospital Regional de Cobán. Allí me encontré con una terrible realidad: Nadie había acudido a prestar ayuda a la población herida porque alguien estaba bloqueando la salida de las ambulancias.  
Nos reunimos entonces un Cirujano, un Interno (EPS hospitalario), una Médica graduada en Brasil en proceso de incorporación, una Enfermera Profesional, una Hermana de la Caridad y yo. No tuvimos acceso a oficina alguna porque se sugirió evitar el tema. Los reunidos, en aras del Opus humanum, decidimos ir aunque fuera a pie y comenzamos a juntar avituallamientos.
Ante la imposibilidad de contar con las ambulancias del nosocomio, nos dirigimos al Presidente del Comité Local de la Cruz Roja Guatemalteca y él, sin cortapisas, nos proveyó dos vehículos signados con los símbolos internacionales de la benemérita institución. Solo pudimos salir a las 5 de la mañana del día 30.
Al llegar a Panzós nos encontramos con un pueblo en absoluto silencio, desolado y donde nadie, absolutamente nadie quería hablar. Buscamos el Puesto de Salud y allí encontramos al compañero EPS del lugar. Estaba en franco estado de terror. Nos contó casi tartamudeando que había sido interrogado en cuanto sus funciones como médico y no dijo más.
No hallamos muertos ni heridos. La única certidumbre de que algo había ocurrido era el olor a pólvora quemada que aún se percibía en el ambiente.
Prestos ya para volver a Cobán, una anciana pasó cerca de nosotros y con la cabeza agachada nos dijo en q’eqchi’: Ayuqex Cahaboncito (Vayan a Cahaboncito), una aldea que está a muy cerca de Panzós. Y para allá nos fuimos. Ya en la aldea, de nuevo: Nadie para hablarnos, nadie para decirnos. Todos en silencio.
En ese momento sucedió algo extraño: Otra anciana salió de un rancho y sin decir palabra nos señaló la puerta gesticulando para que entráramos. Encontramos allí tres jóvenes, dos mujeres y un anciano. Los tres tenían heridas leves provocadas por esquirlas de granada en los miembros inferiores. Y ya como constante: el silencio.
Cuando salimos del rancho nos esperaba una mujer de media edad que nos señaló otra choza. Creímos que encontraríamos más heridos pero la única persona que había dentro era un hombre adulto, de unos 60 años, con síntomas y signos de paludismo. Su situación era muy grave. Le ofrecimos trasladarlo al hospital de Cobán y aceptó. Su característica durante el viaje: el silencio.
En Cobán, dejamos al paciente afectado de paludismo en el hospital y no sabíamos qué hacer. Estábamos confusos. De no haber sido por el hallazgo de los heridos y el olor a pólvora, habríamos jurado que nada había sucedido en Panzós. Nos separamos y cada quién a lo suyo.
Cinco días más tarde llegué al hospital a dejar unas muestras de laboratorio y encontré al paciente de paludismo que ya mejorado, iba de vuelta para su comunidad. Le noté en la mirada que necesitaba hablar y en q’eqchi’ le pedí que me esperara cerca del parqueo. Lo subí al pequeño pick up que yo manejaba y en cuanto estuvimos juntos se soltó a contarme lo suyo. Realmente era un desahogo. De ese diálogo —legítimo y honesto— pude colegir:
1. La mayor parte de manifestantes eran de la aldea Cahaboncito. Iban a la municipalidad de Panzós para dirimir acerca de terrenos que a juicio de ellos eran suyos. No iban armados ni en busca de pleitos. Caminaban padres, madres, abuelos, abuelas y niños. No eran “de todas las aldeas” como se quiso hacer creer a la comunidad internacional.
2. La tropa que estaba en un campamento llamado Quinich, antes de llegar a Panzós, (entre Cobán y Panzós) aparentemente desconocía de la presencia de otro tipo de tropa. Los de Quinich eran de la zona militar de Cobán, los que llegaron para disparar eran de Zacapa.
3. Más de 120 personas fallecieron en las primeras ráfagas de ametralladora. Se inició la balacera cuando llegaron a la plaza. Los soldados estaban apostados en techos, ventanas, casas e incluso, en el campanario de la iglesia parroquial. No hubo ningún intento de mediación.
4. Un grupo grande de q’eqchíes, no cuantificado, murió al lanzarse al río Polochic. Iban heridos. Las posibilidades de que sobrevivieran eran ínfimas.
5.  La tropa de Zacapa tomó control absoluto de la población y en fosas comunes sepultaron uno sobre otro los cadáveres que inicialmente quedaron esparcidos en el centro del pueblo. Para ello se valieron de tractores que ya estaban preparados para dicho cometido.
6. La precisión y rapidez con que actuaron fue impresionante. De tal manera que, cuando nosotros llegamos, no encontramos ni moscas.
Cuando el paciente dejó de hablar, lloró, lloró y lloró. Cuando dejó de hacerlo, lo llevé a comer a un pequeño merendero cerca del hospital y luego al lugar donde tomó el bus de vuelta para Panzós. Nunca supe más de él. Y ese día mi rostro dejó de ser apacible. No opté por una facies de dureza pero sí de seriedad. Pasó un año antes de que yo pudiera derramar una lágrima. Lo hice justamente en el primer aniversario, cuando oí las campanas que tañeron todo el día en la Catedral de Cobán. El Obispo había dado la orden de que, cada aniversario de la masacre, en todas las iglesias de la Diócesis se “tocara a entredicho”. Con el paso del tiempo, a los curas de asfalto se les olvidó hacerlo.
Del grupo que fuimos, el Cirujano tuvo que salir del país, a la Médica graduada en Brasil la mataron extrayéndole in vivo un bebé de sus entrañas, el Interno hospitalario salió de motu propio del país, la Hermana de la Caridad se perdió en el tiempo siete años después, la Enfermera Profesional y yo permanecimos en Guatemala. ¿Qué ángel nos libró de la muerte?, quizá el solo hecho de estar del lado del bien.
Nunca se supo exactamente el número de víctimas. Las hubo desconocidas y cuando menos dos que —por la brutal realidad que les tocó vivir— perdieron el rumbo de su vida interior. Yo les llamo Las víctimas número 121 y 122.
Mañana 29 será “ese día”. Mis aspirinas las tengo listas, mi espíritu no.
                                               Adelina Caal Maquin  MAMA MAQUIN

                                                             Foto Mauro Calanchina

viernes, 18 de mayo de 2012

Guatemala: La fosa número 15 revela vejaciones contra 37 menores de edad

La Fundación de Antropología Forense de Guatemala ha encontrado 178 osamentas en la antigua Zona Militar 21 de Cobán, Alta Verapaz.

Evelyn Boche eboche@elperiodico.com.gt
EP Foto:  Rodrigo Abd > AP Antropólogos forenses trabajan en una de las fosas en el tomando Regional de Entrenamiento de Operaciones de Paz en abril.
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Las investigaciones en la antigua Zona Militar 21 en Cobán, Alta Verapaz, siguen dando pistas sobre uno de los episodios del conflicto armado interno. Una de las 19 fosas que ha excavado el equipo de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG) revela los abusos en contra de menores de edad. 

En la fosa 15 se hallaron las osamentas de 37 menores de 18 años y de varias mujeres, reveló el subdirector de la FAFG, José Suasnávar. En total, los forenses han encontrado 45 restos óseos de niños y adolescentes. Las evidencias están siendo trasladadas hacia la capital, con acompañamiento de la Policía Nacional Civil, para que sean analizadas por los expertos de la Fundación.

La Fiscalía de los Derechos Humanos del Ministerio Público (MP) le pedirá al Organismo Judicial que el caso de la Zona Militar 21 se separe de causa penal por la masacre del Plan de Sánchez,  informó el agente fiscal Orlando López, ya que el hallazgo de las fosas se derivó de un testimonio que surgió en el marco de las pesquisas por la citada masacre.

Hasta la fecha se han encontrado los restos correspondientes a 178 personas; 19 mujeres, 93 hombres y 66 en los que no se ha podido determinar el sexo. Los antropólogos han encontrado pedazos de tejidos que no corresponden a los trajes indígenas de Alta Verapaz, sino a Rabinal, Baja Verapaz, según la Fundación.

La fiscalía se centrará en determinar quiénes fueron los responsables de la matanza, que podría haber ocurrido de 1980 a 1985, según la fiscalía. Determinar la fecha de la masacre es una de las pistas clave en la investigación, una de las tareas que deberá efectuar la FAFG.

Para ello se evalúan los restos, algunas prendas y otros objetos, como monedas en el bolsillo de alguna de las víctimas, detalla Suasnávar. 

La Fundación tiene seis áreas por excavar. A la fecha han realizado trabajos en tres, pero solo han hallado restos humanos en una de estas. En el lugar trabajan cinco arqueólogos, dos antropólogos-sociólogos y personal que realiza los movimientos de tierra. También se están recolectando muestras para hacer coincidencias de ADN.

Aura Elena Farfán, de Familiares de Detenidos-Desaparecidos de Guatemala (Famdegua), dice que la denuncia de cementerios clandestinos se presentó en 2002, pero el caso no prosperó porque el fiscal del caso fue amenazado.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Canal de asocomunicarte youtube

 

 LES INVITAMOS A VISITAR   Canal de asocomunicarte  youtube

 

Guatemala: Inhuman restos de víctima de la masacre de la Embajada de España

Inhuman restos de víctima de la masacre de la Embajada de España

Miércoles, 16 Mayo 2012 17:26http://www.cuc.org.gt

Familiares de Mateo López Calvo observan el ataúd donde descansan los restos del líder campesino
Los restos humanos de Mateo López Calvo, líder campesino quiché, asesinado en la quema de la Embajada de España, el 31 de enero de 1980, fueron trasladados a su lugar de origen.
Los restos de López permanecieron durante 32 años en el cementerio general de la Capital guatemalteca, y debido a las pruebas de ADN que realizó la Fundación de Antropología Forence de Guatemala (FAFG) se logró identificar y trasladar al cementerio local de Cucabaj, del municipio de Santa Cruz, El Quiché.
Durante la actividad de inhumación, realizada el 15 de mayo del presente año, se conoció que de los campesinos que murieron en esa masacre únicamente los restos del compañero Mateo López se han podido rescatar.
Para los miembros del comité de Unidad Campesina CUC fue un honor haber participado en el acto fúnebre, pués Mateo López Calvo perteneció a esta organizacion campesina.
Cabe recordar que en el Quiché existen decenas de comunidades indígenas y campesinas organizadas en el CUC y se les ha dado el nombre de region Mateo López Calvo en honor ha éste compañero caído.
¡Mateo López Calvo…presente en la lucha!
Quién en vida fuera Mateo López Calvo
Sebastián López (hermano), Diego López (padre) y Marta Calvo (mamá) de Mateo López Calvo.
Restos de Mateo López Calvo

ANTE EL ESTADO DE SITIO DE BARILLAS


ANTE EL ESTADO DE SITIO

La Organizaciones de derechos humanos y sociales abajo firmantes, luego de la misión de verificación in situ realizada por la Convergencia por los Derechos Humanos en Santa Cruz Barillas en torno al Estado de Sitio y otros hechos relacionados, queremos externar que:
·        El Estado de Guatemala es responsable de todos los hechos de violencia que redundan en violaciones de derechos humanos de las comunidades que defienden su derecho al territorio en tanto que al no regular ni respetar el derecho de consulta consagrado en el Tratado de la OIT 169 y que es ley de la República genera las condiciones de frustración y abuso que se registran en Santa Cruz Barillas y otros lugares de Guatemala.
·        La respuesta del Estado ante la constante oposición de la población de Santa Cruz Barillas y su Alcalde fue reafirmar permisos de construcción y apoyar la imposición del proyecto hidroeléctrico Hidro-Santa Cruz a través de la intervención del Ejército de Guatemala en el conflicto y la criminalización de la dirigencia.  Asimismo, la empresa ha utilizado su poder económico y de contratación de personal de seguridad que desarrolla acciones de violencia en contra de las comunidades y sus líderes.  Por otra parte, la inacción del juzgado de paz y de la Fiscalía de Santa Eulalia, en Huehuetenango genera el clima de impunidad.
·        La respuesta de algunos miembros de la comunidad a través del uso de la violencia (destrucción de propiedad, robo de armas, agresiones a miembros del Ejército) ante las constantes agresiones y violaciones de la Empresa se explica ante la ausencia de diálogo y respeto del Estado de Guatemala; pero no se justifica.
·        El asesinato del Sr. Andrés Francisco Miguel y las lesiones graves en contra de  Pablo Antonio Pablo Pablo y Sebastián Esteban Bernabé ocurridas el día 1 de mayo del 2012 constituyen un acto de provocación por parte de aquellos que ordenaron dicha agresión ya que se sabía que era el día de la Feria y que sería muy fácil una reacción violenta.   Esta provocación se da en el marco de llamados a la instauración de Estados de Sitio para la reducción de la conflictividad social y el impulso de proyectos.
·        El atentado en contra de Pablo Antonio Pablo Pablo es una violación al derecho de defender derechos humanos debido a qué el Estado de Guatemala genera el marco para que actores privados actúen.
·        El Estado de Sitio colocado en el Municipio de Santa Cruz Barillas, el 3 de mayo del 2012 viola el principio de proporcionalidad o razonabilidad y de ad hominem.  Además su mantenimiento, al ya no existir la causal esgrimida por el Estado en los hechos del 1 de mayo, produce una violación del principio de temporalidad.
·        El Estado de Sitio impulsado por el Gobierno de Otto Pérez Molina ha incurrido en un número elevado de violaciones de derechos humanos ya que la Ley de Orden Público no permite ni la destrucción de propiedad, ni los golpes, ni la violencia sexual, ni el secuestro de documentos, ni allanamientos sin cumplimiento de los procesos judiciales, incluida la notificación.  De esa cuenta todo lo actuado y cualquier evidencia obtenida con los allanamientos no son admisibles en juicio.
·        Se aprecia que el Estado de Sitio no tiene como objeto responder a los hechos del 1 de mayo sino generar terror ya que se aplicaron una serie de acciones que responden al actuar del Ejército durante la contrainsurgencia.  Se evidencia que la división entre hombres, mujeres y niños; la toma de fotografías a personas y documentos de identidad, el robo de bienes y daño a la propiedad, rodear a las comunidades y mantener patrullas en el entorno de las viviendas busca revivir las vivencias del conflicto armado interno, generando un control poblacional y territorial.
·        De nuevo se vuelve a utilizar al Ejército para los intereses de las inversiones millonarias de minería frente a los intereses de las comunidades indígenas quienes en base al derecho de consulta garantizado en el convenio 169 han expresado su derecho a preservar sus recursos naturales.
·        Los estados de excepción han sido utilizados por los últimos gobiernos para justificar acciones de seguridad y que los resultados en todos los casos han sido magros y el costo beneficio es muy grande derivado de las restricciones a las libertades individuales y el debilitamiento de las instituciones civiles responsables de seguridad.
Ante esta situación le exigimos que:
1.      Al Ejecutivo que anule el Estado de Sitio en Santa Cruz Barillas ya que los hechos que lo suscitaron ya no están presentes y se violan principios   de temporalidad, proporcionalidad y ad hominem.
2.      El Ejecutivo retire de las acciones de seguridad ciudadana del municipio de Santa Cruz Barillas al Ejército de Guatemala y fortalezca la presencia y calidad de la Policía Nacional Civil, quien es el encargado de velar por la seguridad pública.
3.      El Ministerio Público investigue a fondo las denuncias previas, los hechos de violencia del 1 de mayo y los hechos posteriores para deducir las responsabilidades de autores materiales, de funcionarios públicos por acción u omisión y las posibles responsabilidades intelectuales.  Asimismo que investigue las denuncias de violencia sexual.
4.      Las instituciones de justicia ejerzan un rol más claro y contundente en la defensa de las garantías, no puede ser que frente a los campesinos y los pueblos indígenas se opere con mucha efectividad y frente a otros casos se sea ciego o inefectivo.
5.      Las autoridades del Estado retome la discusión sobre la aplicación del derecho de consulta y mientras esto se hace se congelen todos los proyectos que han sido objetados por comunidades indígenas.  Alejándose así de las respuestas de criminalización y militarización de la respuesta de la conflictividad social.
6.      Los organismos internacionales de derechos humanos se pronuncie sobre la situación que se vive en Santa Cruz Barillas y mantenga la vigilancia y presencia en el lugar para prevenir de acciones futuras de violaciones de derechos humanos.

Asociación Seguridad en Democracia - SEDEM
Centro de Antropología Forense y Ciencias Aplicadas – CAFCA
Centro de Estudios de Guatemala - CEG
Centro Internacional de Investigaciones de Derechos Humanos – CIIDH
Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos – CALDH
Concejo Ecuménico de Guatemala
Equipo Comunitario de Acompañamiento Psicosocial – ECAP
Fundación Guillermo Toriello
Fundación Rigoberta Menchú
Fundación Sobrevivientes
Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala – ICCPG
IEPADES
Movimiento Tzum Kim Pop
Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala – ODHAG
Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos – Guatemala- UDEFEGUA

Guatemala, 16 de mayo de 2012