lunes, 6 de abril de 2015

RECORDAR PARA NO ALVIDAR

Recordar para no olvidar

Por Salazar Ochoa
jsalazar@lahora.com.gt
A mediados del 2014 un grupo heterogéneo de cineastas, algunos consolidados y otros emergentes, guatemaltecos y extranjeros y realizadores jóvenes, crearon una serie de “cortos de autor” en torno a la situación de los derechos humanos en Guatemala. Una experiencia inédita en el país. El resultado son siete miradas diferentes hacia el significado de los derechos humanos hoy, su relevancia y vivencia.
Cul3 1B Recordar para no olvidar cultura  Recibí una invitación para participar en una exhibición de cortometrajes previa a su estreno al público. Llegué justo a tiempo a “La Casa Roja” lugar donde serían proyectados algunos de los materiales. Tuve oportunidad de observar tres de ellos y la calidad de los materiales no deja lugar a dudas, para resumir en una palabra estos cortos imprescindibles para entender cómo ha ido configurándose la historia de abuso y despojo en Guatemala diría que son CONTUNDENTES
Conversé con Alfonso Porres, uno de los realizadores participantes con su corto documental “El Visualizador” a continuación un fragmento de nuestra conversación.
La narrativa del cortometraje sorprende. ¿Cómo se originó la idea?
Primero Hivos nos hizo una propuesta para desarrollar un corto relacionado con los derechos humanos, de genocidio o bien el tema del juicio a Ríos Montt. Luego a partir de la libertad que ellos daban se planteó un primer tema relacionado con derechos humanos. En mi caso particular trabajé tres propuestas de guión, la primera era una ficción que trataba de imaginar el tema de la defensa de Ríos Montt, el cómo pudo haberse construido esa defensa, la intención era hacerlo de manera irónica, escribí varias páginas, pero no quedé convencido, no eran contundentes. Luego apareció la idea de trabajar en base a cómo había visto la gente la resolución del juicio, hacer un documental en la calle a partir de testimonios de la gente usando como hilo conductor a un taxista que iba escuchando estas historias, pero miré que iba a ser una cuestión difícil para que la gente accediera a dar su punto de vista. La tercera fue ya directamente el tema del juicio por genocidio.
Me hice unas preguntas sobre cómo abordar un tema como este, tan delicado, sin poner una opinión que estuviera fundamentada desde las emociones y el razonamiento, el discurso político o el contra discurso. Nosotros le hemos dado seguimiento al tema del juicio contra Ríos Montt desde siempre y me llamó la atención el tema de los peritajes. Con ese tema estaba Cassaús, estaba incluso el peritaje de la defensa. Pensé en cómo articular algo que fuera determinante.
¿Influye bastante en vos la selección del guión y por consiguiente del protagonista a partir de tu experiencia personal con el mundo de la fotografía?
Sí, pero más que eso es reivindicar el trabajo de la gente que hace audiovisuales porque a veces se les ve como personas que no tienen criterio político o no tienen conocimiento técnico y científico. Hay una gran parte de racismo.
El protagonista reúne todo eso que decís.
Exactamente. Él se llama Marlon García, trabajó en ese momento con la Fundación de Antropología Forense de Guatemala y actualmente está trabajando en el Archivo de la Policía. Tiene conocimiento científico, tiene la sensibilidad artística, tiene el conocimiento técnico y maneja el discurso científico sobre lo que propone por eso la historia se basa en su peritaje.
Como autor es muy difícil llegar a saber qué reacciones va a llegar a tener la gente con tu trabajo, pero de alguna manera uno las induce, vos al final, a la hora de editar el material tenés una propuesta concreta, ¿Cómo esperas que la gente reciba esto?
Aquí el tema es dar las evidencias con todos sus elementos, el forense, visual, estético, el análisis. Es decir no puede haber refutación. Para poder refutar una tesis de esta característica tenés que armar un discurso similar que es uno de carácter científico que no está ligado a lo político ni a lo racional
Pero ese discurso científico no existe en la contraparte, quienes niegan el genocidio no cuentan con esos argumentos ni esas herramientas para rebatir.
No pueden rebatirlo, ese cortometraje describe la masacre de la comunidad Chel, ahí murieron 93 personas y de hecho la persona que aparece en el cortometraje es la única sobreviviente aunque nunca se dice, pero representa la presencia simbólica de las personas que siempre van a estar allí.
La Exposición de los cortometrajes
La cita es el próximo 9 de abril (jueves) en el cine Lux (6ª. avenida 11-02 zona 1) a las 18:00 horas
Justicia, derechos humanos, identidad, tierra, comunidad, indígenas, mujeres, alimentos, vida, miedo, son algunos de los conceptos que más se reflejan en estas siete historias.
SietexGuatemala será lanzada en el Teatro Lux, en el Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala, pero luego podrá verse en diferentes espacios culturales y académicos. Estas historias también participarán en festivales de cine internacionales y muestras de derechos humanos, entre ellos el Festival de Berlín y Festival de Buenos Aires.
“Esperamos que estas obras conduzcan a la reflexión y a una mayor sensibilidad en torno al tema de los derechos fundamentales. Se trata de una visión válida y profunda de la Guatemala de hoy. Este es un intento por dejar un testimonio de lo que se vive y siente en el país en este inicio del siglo XXI”, expresó Susana Rochna, Oficial de Programa de Hivos.

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