jueves, 2 de junio de 2016

Guatemala 1954, Venezuela ? Los guatemaltecos, que no desconocemos la historia, sabemos lo que eso representa.


MIGUEL ÁNGEL ALBIZURES
A Estados Unidos no se le quita la maña intervencionista, sea el presidente que sea quien dirige el imperio, quiere en América Latina, mandatarios obedientes, postrados a sus pies, defensores de sus intereses y de las oligarquías locales, y no defensores del derecho de autodeterminación de los pueblos. Lo sufrió Guatemala con la campaña difamadora, el apoyo económico y los sulfatos que surcaron el aire contra el gobierno de Árbenz, y en apoyo a la ultraderecha guatemalteca. Después de ello, son incontables los países que sufrieron la intervención militar gringa, incluyendo a la pequeña isla de Grenada.

Los pasos que dieron aquí, se repiten uno a uno en Venezuela, pues el empresariado se ha unido al clamor “popular”, para deponer al presidente legalmente electo, que con todos sus errores, ha favorecido a los sectores más necesitados de ese país, quienes hoy sufren el desabastecimiento de productos de primera necesidad, provocado por el acaparamiento y la especulación del empresariado venezolano, servil a los intereses norteamericanos.

Al coro se han unido los diputados de la derecha venezolana y claman por la intervención del aparato de los gringos, la Organización de Estados Americanos (OEA), para que se aplique la Carta Democrática aprobada en el 2001, y hasta los españoles están metiendo su cuchara en donde nada tienen que ver, pues no dejan de sentirse conquistadores y apoyarían que, a sangre y fuego, los gringos depongan a Maduro y otros gobernantes de los países latinoamericanos que pongan en peligro sus intereses, pues hay presencia de transnacionales españolas en aspectos de construcción, energéticos y financieros.

Por ello, no es raro que los países del sur se hayan convertido en un dolor de cabeza para el imperio, pues querían trazar su propio destino y cada vez más eran un ejemplo a seguir por el resto de países del continente, por lo que había que desestabilizarlos y el ejemplo más claro es lo que sigue sucediendo en Brasil. Desgraciadamente muchos de los medios de comunicación, se han encargado de satanizar a los gobiernos del sur y ocultar la verdad de lo que sucede internamente para justificar un golpe de Estado o la intervención armada extranjera.

Los guatemaltecos, que no desconocemos la historia, sabemos lo que eso representa, pues sufrimos en carne propia la intervención y con ella el atraso y la presencia de dictaduras militares por varias décadas, que nos negaron el ejercicio de los más elementales derechos ciudadanos. Ojalá y nuestro país se niegue a apoyar cualquier determinación en contra de los países del sur y especialmente contra Venezuela que tiene derecho a forjar su propio destino.
http://elperiodico.com.gt/2016/06/02/opinion/guatemala-1954-venezuela/

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