jueves, 4 de mayo de 2017

RECORDANDO A LOS MÁRTIRES


El derecho a la libertad de pensamiento, libre expresión, manifestación y protesta, son derechos irrenunciables que debemos mantener, aún a costa de la vida.
 Miguel Ángel Albizures
Un día como hoy, 4 de mayo de 1886, después de las grandes marchas del Primero de Mayo, principalmente en la ciudad industrial de Chicago en reivindicación de la jornada de los tres ochos: Ocho horas de trabajo; ocho horas de esparcimiento y ocho horas para dormir, se dio la masacre de obreros en Haymarket Square, cuando la Policía disparó contra ellos. Muchos dicen el Día del Trabajo, pero es el Día Internacional de Lucha de los Trabajadores, pues va acompañado de reivindicaciones legítimas y sentidas de la clase obrera que a lo largo de la historia se ha enfrentado a quienes detentan el poder y mantienen condiciones de trabajo infrahumanas y sueldos miserables para quienes hacen posible la riqueza.

El Primero de Mayo, los trabajadores volvieron a tomar las calles en Guatemala y a pesar de la invisibilidad en que se quiere mantener al movimiento, los obreros, los empleados públicos, los trabajadores de la economía informal, las mujeres, los jóvenes, los estudiantes, se hicieron presentes. A muchos les preocupa saber que la clase obrera, a pesar de los errores de algunos de sus dirigentes, sigue gritando que “ese día no es de fiesta, es de lucha y de protesta” y esas protestas han costado la vida de miles de trabajadores. A ellos les debemos muchas conquistas que nos alejan de la esclavitud que la oligarquía quisiera mantener.

También ayer fue el día de los albañiles que dejan su vida en la construcción de casas y edificios, pero también fue el Día Internacional de la Libertad de Prensa que, junto a la libertad de pensamiento y de expresión, ha costado la vida y el exilio a los periodistas que no se ponen al servicio de quienes detentan el poder. Las páginas de la historia recogen los hechos violentos y los nombres de quienes han caído en defensa de la libre expresión.


Pero volviendo al Primero de Mayo, que miles de trabajadores recorrieron la sexta avenida, recordamos el año de 1974, cuando los manifestantes nos enfrentamos a la Policía para recuperar el derecho a recorrer la zona semaforizada, muertos y heridos fue el saldo, pero la prohibición no volvió a tener efecto. No podemos dejar de mencionar el Primero de Mayo ensangrentado de 1980, más de cien trabajadores fueron asesinados o desaparecidos antes, durante y después de ese fatídico día, ni podemos dejar de recordar a la principal dirigencia de los estudiantes universitarios y de educación media que, en mayo de 1984, fueron secuestrados y asesinados por la fuerzas de seguridad del gobierno, ni a los dirigentes obreros que se salvaron de la persecución en tiempos de Lucas y Ríos Montt y los exterminó Mejía Víctores antes de entregar el poder. Las conquistas de hoy, aunque mínimas, son el fruto de la lucha de los trabajadores, estudiantes y profesionales. 

El derecho a la libertad de pensamiento, libre expresión, manifestación y protesta, son derechos irrenunciables que debemos mantener, aún a costa de la vida.
http://elperiodico.com.gt/opinion/2017/05/04/recordando-a-los-martires/

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